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Iberostar Tenerife 70 -78 Bilbao Basket

El equipo que nunca se rinde

El Bilbao Basket, soberbio, exprime su mermado depósito de energía para someter al Tenerife a base de intensidad y buen juego, se estrena en esta fase final y se resiste a desconectarse

El equipo que nunca se rindeReportaje fotográfico: Efe y ACB Photo/M. Pozo y J. M. Casares

Ocurre con los equipos con carácter, rebeldes, con aquellos que tienen impreso en su ADN la incapacidad de asumir la lógica y se revuelven cuando se ven acorralados, arrinconados contra las cuerdas. Esos conjuntos tienen algo especial, un sello distintivo que les separa del resto y les impide rendirse. Pueden ganar o pueden perder, pero en el camino exprimirán el depósito de combustible, por muy vacío que esté, para resistir mientras sea posible. Eso fue lo que hizo ayer el Bilbao Basket, revolverse contra la adversidad y los elementos que se han empeñado en aliarse en su contra para mantener ese fino hilo que le conecta con la esperanza de seguir adelante en esta fase final de la Liga Endesa. Es muy complicado llegar a una cita sin red de seguridad en peores circunstancias que los hombres de negro ayer: tras perder los dos primeros partidos, uno de manera apabullante y otro en la prórroga tras acariciar prácticamente el triunfo, y con el fondo de armario aún más recortado tras unirse la ausencia de Thomas Schreiner a las de Jaylon Brown y Arnoldas Kulboka. Pero el conjunto vizcaino se sacó de la chistera un auténtico partidazo, rebosante de solidaridad e intensidad en la retaguardia y pulcro en la faceta ofensiva, superó al Tenerife a base de poner más carne en el asador y estrenó su casillero de triunfos en el torneo.

Los de Álex Mumbrú demostraron sus ganas de reivindicarse de principio a fin. Comparecieron con mayor ​agresividad que los de Txus Vidorreta, apostaron de inicio por minar las distancias intermedias y cortas para que Marcelinho Huertas y Gio Shermadini no fueran factores diferenciales y el duelo se les atragantó a los insulares, incómodos en todo momento, fuera de foco. El cuadro bilbaino llevó la batuta del duelo desde el salto inicial, su rival trató de mantenerse a flote a base de triples, sobre todo con un Nick Zeisloft especialmente inspirado (22 puntos, seis dianas desde los 6,75), pero cuando Jonathan Rousselle y Rafa Martínez dieron un paso al frente en el tramo final del tercer acto se encontraron con el respaldo de todos sus compañeros. Ambos lideraron a los hombres de negro con 13 puntos y asumieron responsabilidades para abrir un hueco en el luminoso que ya no tuvo marcha atrás (52-61 a diez minutos del final), pero junto a ellos también brillaron Emir Sulejmanovic, Ben Lammers o un Miguel Ruiz al que las circunstancias permitieron jugar 16 minutos en los que no se cortó ni lo más mínimo para acabar con siete puntos demostrando un nivel de concentración, saber estar y acierto dignos de aplauso.

El Bilbao Basket apostó desde el inicio por colapsar su zona por lo que trampeó constantemente alternando defensas zonales. Su buena labor de retaguardia unida a la verticalidad de Rousselle y al buen juego en línea de fondo de Iván Cruz permitieron que suyas fueran las primeras ventajas en el luminoso (8-12). Mumbrú, sin Schreiner pero también sin complejos, activó. Miguel Ruiz a 4:04 de la conclusión del primer acto y el chaval, muy entero, aportó su granito de arena a un conjunto que amagó con abrir una brecha seria en el luminoso en el momento en el que Lammers activó su muñeca y enlazó tres canastas seguidas desde cinco metros (12-20). Sin embargo, dos pérdidas seguidas de los bilbainos dieron mucho aire a los de Vidorreta, que exigía a los suyos elevar el listón de la intensidad. El Tenerife reacciono con un parcial de 7-0 y recuperó el rebufo de los hombres de negro con el segundo acto ya en marcha (19-20). Rafa Martínez rompió la mala racha en ataque con el único triple de los de Mumbrú en toda la primera mitad, pero los suyos compensaban esa tara con una gran efectividad en las distancias medias y cortas y, sobre todo, un gran desempeño atrás. Las circunstancias llevaron al técnico catalán a alinear un quinteto totalmente atípico (Ruiz, Rigo, Rodríguez, Cruz y Balvin), pero su equipo no le perdió la cara al partido. El Tenerife llegó a igualar la cita, pero un dos más uno de Rousselle hizo que fuera el Bilbao Basket el que alcanzara en ventaja el camino hacia vestuarios (32-33) pese a un más que preocupante 1 de 8 desde más allá de la línea de 6,75 y a un puñado de pérdidas evitables que habían dando puntos sencillos al rival.

En la reanudación, al conjunto vizcaino siguió sin corregir su problema con los balones perdidos y los insulares no tardaron en darle la vuelta a la tortilla (37-36). Rigo reaccionó con cinco puntos seguidos, Zeisloft respondió con dos triples (43-41) y los de Vidorreta amagaban con poner el choque a su favor, pero el Bilbao Basket se mantuvo firme. Rousselle y Rafa Martínez dieron un paso al frente para frenar la exhibición triplista de Zeisloft, que enchufó otros dos, Sulejmanovic, Lammers y Ruiz, con un triple, se unieron a ellos y los hombres de negro llegaron a los diez minutos finales con un interesante colchón a su favor (52-61). Y cuando se esperaba una reacción del Tenerife lo que llegó fue la confirmación del carácter de un Bilbao Basket que no hizo otra cosa que confirmar su magnífico partido. Su ventaja no bajó en ningún momento de los ocho puntos porque en defensa mantuvo la seriedad y la efervescencia hasta el final y porque en ataque su juego fue resolutivo merced a su buena circulación de balón. Por delante quedan dos gigantes (el Barcelona mañana y el Unicaja el jueves) y sigue sin haber red de seguridad. Pero tampoco hay absolutamente nada que perder. Solo queda disfrutar y, sobre todo, competir. El ADN del Bilbao Basket.

1

Dentro de un triunfo coral, ejerció de líder en el demarraje del equipo durante la segunda parte. 13 puntos sin fallo.

2

Siempre activo, siempre trabajador, siempre sumando en favor del equipo. Ayer, 'doble-doble' con diez puntos y otros tantos rebotes.

3

Sin Schreiner, jugó 16 minutos e hizo un gran trabajo. Actuación seria y siete puntos.