LAS victorias saben mejor cuando son compartidas, cuando todos los jugadores se sienten involucrados en el objetivo común. Álex Mumbrú lo sabe muy bien y está llevando a rajatabla esta máxima en el manejo de su plantilla en este arranque de temporada. Cuando una plantilla es larga, lo normal es emplearla y exprimirla en todo lo que dé de sí y este Bilbao Basket cuenta con diez jugadores que pueden participar sin que el nivel del equipo se resienta demasiado. Además, es la mejor manera de alcanzar otra de los objetivos que persigue el técnico catalán, que es llegar frescos de cabeza y de piernas, o viceversa, a los minutos finales de los partidos, donde se suelen resolver la mayor parte de ellos. Ayer también porque a falta de cinco minutos para el final entre el Bilbao Basket y el Carramimbre Valladolid solo había tres puntos de distancia y todo estaba abierto.
Los números lo dejan claro. Ningún hombre de negro disputó ayer más de 25 minutos ni menos de 12. Entre los 24,48 que jugó Jaylon Brown y los 12,47 del debutante en Miribilla Leonardo Demetrio se movieron los diez jugadores que utilizó Mumbrú, y está siendo así desde que empezó la temporada ya que el más utilizado está siendo el propio Brown, con casi 26 minutos, que le coloca en el trigésimo segundo puesto entre los jugadores que más tiempo están en cancha en la LEB Oro. El que menos minutos promedia en el Bilbao Basket, incluidos los ahora lesionados Matulionis y Sinica, es Tomeu Rigo, que llega a quince cuando, en teoría, al décimo jugador se le adjudicaba un papel más limitado.
Huertas y Demetrio han encontrado pronto un hueco y habrá que ver cómo maneja el técnico el hecho de contar con un jugador más cuando vuelva Matulionis, algo que ocurrirá en breve. Probablemente, añadirá un undécimo jugador a la rotación para repartir aún más los minutos y ganar versatilidad. El alero lituano llegó para ocupar un lugar importante en el equipo que deberá recuperar cuando se reincorpore a un grupo que ya está bastante rodado y, guiado por Schreiner y Salgado, tiene las cosas cada vez más claras.
En ataque, todos saben a que hay que jugar en cada momento y el Bilbao Basket promedia 78,5 puntos de media a la espera de que los porcentajes en tiro de tres mejoren. Ayer ya llegaron al 37,5%, que es algo más aproximado a lo que se esperaba de los hombres de negro en verano. Nadie acapara más tiros de los necesarios ya que, por ejemplo, Brown, que estaba llamado a ser la referencia, solo hace once lanzamientos por partido. Además, otras de las virtudes ofensivas del Bilbao Basket está siendo el cuidado del balón ya que sus nueve pérdidas le sitúan como el mejor equipo en ese aspecto del juego. Todo tiene que ver, como dijo ayer Mumbrú, con lograr que “los partidos no se descontrolen y se conviertan en un ir y venir”.
defensa oportuna Muchos piensan que el equipo de Mumbrú también tiene que mejorar en defensa, pero que nadie espere a un ejército de fajadores porque no los tiene el Bilbao Basket. Con ese movimiento constante de piezas, el equipo también llega con fuerzas para la contención en el tramo decisivo. El Valladolid es el conjunto más anotador de la LEB con 85,7 puntos y ayer se quedó en ocho menos al final y en solo 35 en la segunda mitad del partido. Desde que quedaban 5:29 hasta que quedaba medio minuto para la bocina, los pucelanos no metieron ni un punto, lo que supone un mérito defensivo que a veces se diluye en medio de los números globales. Ganar partidos desde la defensa también es esto, no solo reducirlos a guarismos bajos y, generalmente, aburridos.
En resumen, la afición de Miribilla está viendo en estos primeros seis partidos al Bilbao Basket más coral de los últimos años. No solo en el reparto de minutos, sino en el de las responsabilidades. Varios son los focos de atención para las defensas contrarias y varios los jugadores con capacidad para desequilibrar. En seis partidos, ha habido cinco máximos anotadores distintos y 22 jugadores han anotado por encima de diez puntos. Si se añade a Lammers como máximo taponador de la competición, con tres gorros por partido, se concluye que el Bilbao Basket está exhibiendo los recursos que se le suponían. Lo que no significa que no pueda conseguir aún más.