Bilbao - El RETAbet Bilbao Basket cerró la temporada con su décimo octava derrota, las mismas que la temporada pasada, lo que lleva a enlazar dos campañas con récord perdedor. Se ha quedado en catorce partidos ganados y en el mismo décimo puesto que el curso anterior. Es el balance final de una temporada extraña en la que los hombres de negro han viajado muchas jornadas en tierra de nadie. Además, el equipo bilbaino ha concluido con un solo triunfo en sus últimos seis partidos, similar al año pasado cuando solo ganó en dos de las últimas seis jornadas. Ambas temporadas se hicieron largas, aunque en la que terminó ayer el Bilbao Basket ha jugado doce partidos menos y ha tenido que lidiar con un tramo final muy empinado sin su principal anotador, Scott Bamforth.
Los jugadores de Carles Duran no han dejado de intentarlo incluso cuando todo el pescado estaba vendido, han jugado tramos de buen baloncesto, pero hasta el último día han penado por defectos para los que no se ha encontrado solución. Uno de ellos han sido las pérdidas de balón, 17 ayer, que impidieron otra vez al equipo concretar sus opciones cuando el partido estaba totalmente abierto. Y el otro han sido los desajustes defensivos, como los que ocurrieron ayer en el tramo final del partido ante el Gran Canaria. En esos momentos se decidió cambiar la marca en los bloqueos directos, pero la consecuencia fueron cuatro puntos fáciles del conjunto insular porque el Bilbao Basket no tenía los jugadores adecuados para ejecutar ese cambio de asignación.
Con todo, para dar ese paso que ha faltado para elevar la nota de la temporada los hombres de negro habrían necesitado mejores porcentajes de tiro y una lectura atinada de sus ataques para encontrar a los jugadores más acertados. El Bilbao Basket ha acabado con un escaso 51% en tiros de dos, el decimocuarto de toda la competición, y con un discreto 34% en triples, siendo el segundo equipo más ha utilizado la línea de 6,75 metros. Dos jugadores han estado por encima de la media del equipo en las tres estadísticas de tiro: Bamforth y Buva. La ausencia del estadounidense se ha notado en el equilibrio del juego en este tramo final, sobre todo porque no ha habido quien compensara esos porcentajes desde el perímetro. Mumbrú, sin ir más lejos, ha firmado 5 de 35 en triples en los partidos en que no ha estado Bamforth. El capitán, que ayer se metió en el club de los 7.000 puntos, decidió cuatro partidos seguidos, pero desde marzo su acierto se ha resentido a medida que crecían su desgaste físico y su responsabilidad.
El baloncesto sigue premiando al que mete la pelota por el aro y el Bilbao Basket ha acabado en números ofensivos pobres, con solo 77 puntos a favor por partido, y una aportación que ha ido a menos con el paso de las jornadas. Por eso, sorprende que los dos cincos hayan sido infrautilizados en muchas ocasiones y sorprende aún más que en los últimos partidos hayan asumido un protagonismo mayor. Bamforth, Buva y Eric han cerrado el curso por encima del 58% en tiros de dos puntos, nadie más en el equipo ha llegado al 50%, pero los dos interiores no han recibido los balones suficientes para facilitar que los demás encontraran mejores tiros. Salvo al final, cuando el Bilbao Basket ya jugaba a la desesperada en busca del play-off y renunció a su estilo de todo el curso para reducir sus tiros exteriores y mirar más al poste bajo. Ningún equipo ha tenido a sus dos cincos entre los 40 jugadores con más valoración esta temporada y, aún así, ha dado la impresión de que no ha sido una baza suficientemente explotada.