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Un proceso irreversible

La apuesta del Bilbao Basket por los jóvenes para suplir a Bamforth resulta coherente con la realidad del club

Un proceso irreversibleFoto: José Mari Martínez

bilbao - El RETAbet Bilbao Basket se agarra a la coherencia después de la lesión de Scott Bamforth. Las palabras de Raúl López en el sentido de que el club no se plantea acudir al mercado para sustituir al estadounidense son consecuentes con las decisiones que adoptó en verano en su llegada al cargo de director directivo. Porque no se apuesta por jugadores con contratos de más de un año para que los pasen en el banquillo sin asumir una pizca de responsabilidad y después tener que cambiarlos por otros.

Buscar un recambio para Bamforth puede ser relativamente sencillo, otra cosa es que pudiera encajar en las necesidades deportivas del equipo y en el plan económico del club. “Habrá jugadores que esto les va a beneficiar porque habrá más minutos y más espacio. Ahora lo tienen que aprovechar. Dar esta oportunidad a estos jugadores es algo que me apetece”, dijo Raúl López, para retar a nombres y apellidos que el aficionado tiene muy presentes.

Cuando se habla de los jóvenes del Bilbao Basket se tiende a olvidar que no son unos júniors recién llegados a la élite, sino gente con cierto recorrido a sus espaldas. Jugadores como Tobias Borg, Miha Lapornik, Dejan Todorovic o Danilo Nikolic ya han cumplido los 23 años y están en la edad de coger el toro por los cuernos. Más que nada porque para eso se les trajo. Raúl López recordó que ahora puede ser un buen momento de que asuman más minutos de juego, que eso y no otra cosa necesitan para desarrollarse y crecer. Negarles ahora esa posibilidad sería dar pasos atrás en la construcción del Bilbao Basket del futuro, que pasará por sus manos o las de alguien parecido, no por las de jugadores como Mumbrú, Hervelle o Salgado, cuyo recorrido en el baloncesto está cerca de acabar.

El club no está ahora mismo para fichar jugadores contrastados en el mes de marzo, del nivel del que se ha lesionado, y acertar. Por eso, tiene que mirar a lo que tiene en la plantilla, que quizás es más de lo que ha parecido hasta ahora. A lo mejor el equipo no llega al play-off, pero depositando la confianza en los jóvenes sabrá si valen o no para hacerse con el mando y la responsabilidad y que no les estallen en las manos. Este era el plan de la dirección deportiva cuando se hizo la plantilla, pero la crisis de resultados que se abrió en diciembre hizo dilatar un proceso que, en las circunstancias actuales del Bilbao Basket, debe ser irreversible.

Tras la lesión de Scott Bamforth, las miradas se desvían hacia Lapornik, que parece el reemplazo más natural en la posición de escolta titular y de productor de puntos. El jugador esloveno llegó a Bilbao después de disputar 57 partidos el curso pasado en la Olimpia Liubliana en tres competiciones diferentes con promedios de más de 25 minutos y diez puntos por partido, a los que añadió los que disputó en verano con su selección. En su mismo equipo, Vasilije Vucetic sumó 49 encuentros y a día de hoy sigue pareciendo una osadía dar minutos al joven pívot vinculado en el Zornotza, al que la LEB Plata le queda pequeña.

También se esperaba, y se sigue esperando, mayor participación en el Bilbao Basket de Danilo Nikolic, un jugador que la pasada campaña acumuló 43 partidos, a 28 minutos de media, en el Mega Leks y que ahora tendrá algo más de hueco ya que Mumbrú jugará, probablemente, a tiempo completo como alero.

cien partidos Y por hablar de los que llevan ya tres cursos en el equipo, Todorovic ha superado los 100 partidos como hombre de negro y Borg los alcanzará muy pronto. Aún así, ambos siguen estando bajo la lupa para subrayar sus defectos cuando, para el rol que ocupan y el precio que cuestan, será complicado que el Bilbao Basket encuentre jugadores mejores en el futuro.

Los nueve partidos que quedan para acabar la temporada tienen que servir para apuntalar el futuro y, en este sentido, convendría también que el entrenador se sintiera respaldado en sus decisiones. Porque también Duran llegó con el mandato de desarrollar a los jóvenes y eso, generalmente, supone sacrificar los resultados. El entrenador y el mismo Raúl López se educaron en el reino de las oportunidades, en un club donde no se niega una oportunidad a quien se lo merece. En el Bilbao Basket, ahora y antes, no queda otro remedio que hacerlo. Ningún minuto que jueguen los jóvenes será un desperdicio ni un riesgo. Si el equipo sigue unido y se arropan unos a otros, no tiene por que darse el bajón de rendimiento que algunos temen.