fUE hace veinte años cuando el Baskonia dio el primer gran paso hacia lo que es en la actualidad. En el Buesa Arena se festejará hoy el título de la Recopa de Europa que el equipo conquistó el 12 de marzo de 1996 ante el PAOK Salónica en el por entonces casi recién estrenado pabellón de Zurbano, que aquel día estaba abarrotado en sus escasos, comparados con los de ahora, 5.000 espectadores. Han acudido a los actos conmemorativos que empezaron ayer en Gasteiz la mayoría de los integrantes de aquel equipo que ya es mítico para la afición baskonista y del que Ramón Rivas y Marcelo Nicola eran sus buques insignia.
Faltarán Kenny Green, que no pudo jugar la final por estar lesionado, y el hombre que hizo creer a todos que, después de dos intentos fallidos ante el Olimpia Ljubljana en Lausana y ante el Benetton Treviso en Estambul, al tercer intento aquella gesta era posible. Manel Comas, fallecido hace casi tres años, sembró en el banquillo del entonces Taugrés la semilla de la competitividad que prendió en los años posteriores y convirtió al Baskonia en uno de los clubes más importantes de Europa. La estrella de aquel equipo triunfador, que remontó una desventaja de seis puntos al descanso para acabar ganando por 88-81 puntos era Velimir Perasovic, que hoy se sentará en el banquillo y intentará aislarse del festejo para concentrarse en dirigir a sus pupilos en el triunfo en el derbi ante el Bilbao Basket.
Marcelo Nicola, Ramón Rivas, Jorge Garbajosa, Miguel Ángel Reyes, Jordi Millera, Ferrán López, Juan Pedro Cazorla, Iñaki Gómez y Carlos Cazorla completaron el equipo que puso patas arriba el Buesa Arena en un duelo ante un rival que contaba con jugadores muy consolidados como Bane Prelevic y Dean Garret y figuras en ciernes como Efthimios Rentzias y Peja Stojakovic.
único título europeo La afición gasteiztarra volverá hoy a ovacionar a jugadores que, metidos ahora en otras ocupaciones fuera de la cancha, en muchos casos siguen siendo ídolos en el preludio de un partido en el que comparecerá un Laboral Kutxa que ha recuperado algunas de las señas de identidad que empezaron a definirse con aquellas finales sucesivas de la Recopa y el triunfo definitivo ante los griegos del que ahora se cumplen veinte años. El Baskonia no ha vuelto a ganar otro título europeo desde entonces, el baloncesto vasco tampoco por lo que esa conquista sigue en lo más alto de los recuerdos de los seguidores de un club que esta temporada mira de nuevo a los ojos a los grandes de Europa después de que la pasada fuera poco más o menos que un calvario.
La buena trayectoria en la Liga, con solo una derrota en casa hasta ahora, la reciente semifinal de Copa y, sobre todo, el hecho de que el Laboral Kutxa roza a estas alturas la clasificación para el Top 8 de la Euroliga han reconciliado al equipo con el baskonismo. Ante ese ambiente festivo y, en cierto modo, reivindicativo, tendrá que jugar el Bilbao Basket que si de algo puede presumir esta campaña es de no asustarse. Hoy jugará ante el presente del Baskonia y ante parte de su pasado, que no mete canastas, pero puede ayudar a un equipo que llega de jugar menos de 48 horas antes. El 12 de marzo de 1996 ardió Gasteiz. Fue el día en que el Baskonia empezó a convertirse en un grande