bilbao - “A un partido, puede pasar cualquier cosa”. Es el mantra que repiten todos los protagonistas cuando se acerca la Copa. El problema que tiene el torneo, que cumple 80 años, es que “cualquier cosa” ocurre cada vez con menor frecuencia y las sorpresas llegan de Pascuas a Ramos. “Se ha abierto el abanico de favoritos”, aseguró ayer Juan Carlos Navarro, la estrella del Barcelona y el tipo que más Copas ha ganado, seis. “Hay dos trasatlánticos favoritos y seis aspirantes”, terció Pedro Martínez, el técnico del Valencia Basket. Dos opiniones que reflejan que una cosa son los deseos, el curarse en salud por parte de los grandes, y otra, la realidad que asumen los del escalón inferior. En esto se ha convertido la Copa: con la obligación de hacer tres esfuerzos grandísimos en tres o cuatro días, las plantillas más largas tienen todas las de ganar. Y esas son las del Real Madrid y el Barcelona. Todo lo que no sea un triunfo de uno de ellos sacaría del baúl de los recuerdos esa calificación de sorpresa.

Y con ese objetivo todos miran al Laboral Kutxa y al Valencia Basket. No es casualidad empezar por los baskonistas ya que después de su ausencia hace un año llegan a la cita de A Coruña como el equipo más en forma de Europa. Soñar con su séptimo título, diez años después del que ya lograron con Velimir Perasovic en su anterior etapa en el banquillo, no es exagerado después de haber ganado de forma consecutiva al CSKA Moscú, el Barcelona, el Real Madrid y el Valencia Basket.

El Laboral Kutxa está fino, muy fino, pese a la baja por lesión de Tornike Shengelia. Pero Davis Bertans ha llegado justo a tiempo para formar una pareja con Ioannis Bourousis que puede sumar muchísimo. Un pívot tan dominante en el poste bajo como el griego esta temporada y un tirador en el puesto de cuatro abierto como el letón componen una combinación ideal en el baloncesto europeo y un quebradero de cabeza para las defensas rivales por los espacios que genera y que están aprovechando los bases Darius Adams y Mike James para expresarse en el arte que mejor dominan, el del uno contra uno.

La única pega para el conjunto gasteiztarra es que juega en el último turno de cuartos de final, con lo que supone de robarle horas al necesario descanso. Enfrentarse al anfitrión es también un arma de doble filo, más aún de haberlo hecho una semana antes y ganar con comodidad. El Rio Natura Monbus, que llega con nueve derrotas en sus últimos diez partidos, quiere tomarse la Copa como un premio para quitarse de encima una presión que podía ser muy perjudicial a la hora de competir al máximo de sus posibilidades ante su afición. El Obradoiro nunca ha estado en una de estas y la afición gallega tiene la oportunidad de hacerse notar ante un rival que siente que está ante la oportunidad de reabrir su palmarés.

VALENCIA BASKET-GRAN CANARIA La primera jornada se completará con el partido del líder de la Liga Endesa, que debe demostrar cómo ha asimilado el sonado sopapo que se llevó al quedar eliminado prematuramente de la Eurocup para ser ese serio aspirante que tenía hasta hace poco. Porque pese a que Aíto García Reneses piense que los taronjas “van a ganar la Copa”, esta eliminatoria está mucho más igualada que hace un mes cuando se realizó el sorteo. El Valencia Basket ha bajado un poco sus prestaciones y el Gran Canaria las ha subido, como prueban sus once triunfos en los últimos doce partidos y su convincente clasificación para los octavos de final de la Eurocup. Al final, las diferencias entre las plantillas de uno y otro no son tantas, por más que el veterano técnico de los insulares se ponga la piel de cordero. “No queremos vender humo, pero si nos incluimos nosotros entre los aspirantes, también hay que incluir al Gran Canaria”, advierte Pedro Martínez.

REAL MADRID-FUENLABRADA En 1993 se jugó la Copa por última vez en A Coruña y la ganó el Real Madrid, con el que cargaba a hombros Arvydas Sabonis. 23 años después, los blancos regresan a la ciudad herculina para tratar de sumar su tercer título consecutivo. Tras unos meses lastrado por una pretemporada atípica y alejada de lo recomendable, el equipo de Pablo Laso apunta una trayectoria ascendente que le ha colocado en la Copa en su mejor momento de la temporada. Rudy Fernández no jugará, Nocioni y Reyes son duda, pero el Real Madrid tiene quince jugadores en nómina para tapar ausencias y salvar, al menos, los cuartos de final ante sus vecinos del Fuenlabrada, la gran revelación del curso.

El equipo del sur de Madrid no ha bajado el pistón desde que logró la clasificación y llega a la Copa como sexto clasificado tras sumar cuatro triunfos en sus últimos cinco partidos. Los de Jota Cuspinera representan el descaro, la alegría y la ambición que impulsan a un grupo de jugadores de la más diversa procedencia que ha encontrado una química perfecta y la oportunidad de disfrutar de un evento como la Copa cuando algunos de ellos están en el tramo final de sus respectivas carreras.