el Bilbao Basket se medirá en A Coruña al equipo copero por excelencia. En las 32 ediciones jugadas bajo el mando de la ACB, solo en siete el Barcelona Lassa se quedó fuera antes de las semifinales. La última vez fue en Gasteiz en 2008 cuando los bilbainos eliminaron en cuartos de final a los azulgranas que dirigía Dusko Ivanovic. Al año siguiente, los culés cayeron en semifinales y desde entonces acumulan seis finales consecutivas de sus 17 totales y tres de sus diez títulos de esta era, que son 23 con los que logró antes de la creación de la Liga ACB.

Muchos consideran al Barcelona el favorito para esta Copa gallega, más que nada porque después de una temporada anterior de sorprendente sequía no puede esperarse otra cosa de una plantilla tan poderosa que ganar títulos, algo que ya hizo en la Supercopa. El conjunto de Xavi Pascual llega con solo dos derrotas en la liga, al acecho del líder Valencia Basket, aunque con una vacilante trayectoria en la Euroliga que, de momento, le tiene fuera de los play-off de cuartos de final. Y es que algo tiene este Barça que no enamora, que no engancha, salvo en contadas ocasiones, como sí lo ha hecho el Real Madrid de Pablo Laso. Los azulgranas pueden ganar por aplastamiento, como ocurrió en el último fin de semana ante el Baloncesto Sevilla, pero también sufrir apagones ofensivos que les condenan a sufrir derrotas que un equipo de su nivel no se puede permitir. El motor del rodillo, a veces, gripa y el Barcelona se convierte en un equipo asequible.

Su mejor virtud, de unas temporadas para aquí, es la defensa ya que solo encaja 70 puntos por partido, algo que también tiene que ver con que su número de tiros por partido no es muy alto. Su labor en la contención es óptima ya que dejan a sus rivales por debajo del 42% en tiros de campo gracias a su despliegue físico. Eso sí, en ningún otro departamento del juego el Barcelona es el mejor, quizás en un reflejo de esa falta de brillantez que sorprende en un equipo con jugadores muy creativos. Pero el equipo azulgrana deja poco lugar a la improvisación. Todo está perfectamente estructurado, sobre todo en partidos como el de mañana, lo que le acerca a los títulos, pero a la vez le aleja de los aficionados neutrales.

muchos recursos Pascual cuenta con una plantilla de catorce jugadores y ni siquiera la ausencia por lesión de Shane Lawal ni el hecho de que muchos de ellos sean debutantes en el Torneo disminuyen un ápice sus opciones en esta Copa. Cuatro jugadores del Bilbao Basket juegan más minutos que los que más participan en el Barça: Tomas Satoransky y Justin Doellman. Entre esos 23 minutos del checo y el estadounidense y los 13 del búlgaro-chipriota Alexandar Vezenkov se mueven las doce piezas principales del conjunto culé, con Markus Eriksson y Moussa Diagné como elementos complementarios en las distintas convocatorias que el técnico debe hacer para distribuir los esfuerzos.

Esa amplitud de recursos es lo que acaba por demoler a la mayoría de sus rivales. En la apuesta física suele ganar el Barcelona que añadió músculo con Lawal y Samuels para respaldar a Tomic en la zona, experiencia al más alto nivel con Perperoglou, capacidad de desequilibrio en el uno contra uno con Ribas y Arroyo y juventud con Vezenkov y Diagné. Además, Doellman ha subido sus prestaciones después de un curso de adaptación y todo ello debería hacer al equipo azulgrana menos dependiente de Juan Carlos Navarro, cuyas apariciones deben cambiar cantidad por calidad.

Las estadísticas del Barcelona expresan fielmente este concepto coral del juego que resulta tan complicado de defender porque en cada una de ellas brilla un jugador distinto: Doellman es el máximo anotador (12,1), Tomic el mejor reboteador (6,6), Satoransky el mejor pasador (4,6), Lawal el mejor en tiros de dos (72%), Oleson el mejor en triples (49%) y Ribas el mejor en tiros libres (92%). Si el vigente subcampeón de Copa tiene debilidades, es difícil hacer las asomar.