bilbao - El Dominion Bilbao Basket vio alejarse de forma casi definitiva la quinta plaza de la Liga Endesa después de ceder por segunda vez en la temporada ante el Gran Canaria, que le saca tres partidos de ventaja y el average particular. Bastante hicieron los hombres de negro con competir a un gran nivel durante tres cuartos con la paliza de kilómetros que han acumulado durante esta semana, una de las más duras que se recuerdan. Además, se encontraron con uno de los rivales más físicos de la Liga Endesa que avanzó siempre en una marcha alta hasta que el motor del Bilbao Basket no dio más de sí.

Aíto García Reneses se guardó la última bala de un internacional como Xabi Rabaseda para el último cuarto, mientras Sito Alonso no pudo contar con Tobias Borg lo que vino a ahondar en la precariedad física del equipo bilbaino, que se fundió en el último cuarto y ahora deberá rearmarse para afrontar el jueves la durísima eliminatoria de Copa ante el Barcelona, que si de algo puede presumir es de ir sobrado de capacidad física.

Las pérdidas de balón cuando el partido estaba igualado impidieron al Bilbao Basket progresar en el marcador cuando las fuerzas en el Gran Canaria Arena estaban más o menos parejas. Y la debilidad en el rebote defensivo concedió a los canarios doce posesiones más que terminaron siendo determinantes. El Gran Canaria lanzó doce veces más y, pese a anotar menos canastas en juego y con peores porcentajes, consiguió, por pura insistencia y repetición, llegar a los últimos cinco minutos con un colchón de diez puntos imposibles de levantar por un equipo al que, de nuevo, le abandonó el acierto en los lanzamientos triples cuando más los necesitaba. Y eso que los de Sito Alonso se habían mantenido en el partido con muchos menos lanzamientos lejanos de lo habitual, pero al final, de una u otra manera, se quedaron sin puntos porque se quedaron sin aire.

debut con buenos apuntes Al menos, el Bilbao Basket pudo contar con Tautvydas Slezas en sus primeros cinco minutos con la camiseta negra. El lituano apareció por primera vez en el partido a 1.49 de acabar el primer cuarto para dar un respiro a Bogris. Sus primeras acciones fueron positivas ya que protagonizó una defensa ante Omic y luego asistió de forma brillante para que Bertans sumara un 2+1. En esa jugada acreditó su buena visión de juego y de pase, unas de las virtudes que el técnico ha destacado para valorar su incorporación. Después, se comió un 2+1 de Omic con el que el pívot esloveno le recibió en la liga.

Slezas volvió a salir en el tercer cuarto y sumó su primera canasta tras un palmeo. También hizo una falta de ataque antes de volver de nuevo al banquillo donde preguntaba algunos detalles a sus nuevos compañeros. Y es que el jugador de Kaunas apenas ha tenido tiempo de entrenarse ni de coger unos pocos conceptos de la vasta pizarra de Sito Alonso. Casi todo lo que pueda aportar en estos primeros partidos debe salir de su conocimiento del juego y de su capacidad para asimilar las ideas que le vayan llegando. En sus circunstancias, tampoco se puede pretender que aprenda en poco tiempo lo que a los demás les ha costado bastante. Ese verbo tan socorrido para los entrenadores, ayudar, debe ser el objetivo que se marque el pívot lituano. Con eso será suficiente porque cualquier ayuda es poca.

Pese a la derrota, el Bilbao Basket transmitió buenas sensaciones durante mucho rato, plantó cara a un equipo con una plantilla superior en recursos, lo que invita a pensar que de ahora en adelante podrá añadir a los partidos eso que ahora le está faltando, esa capacidad para anotar los tiros, para coger los rebotes, que separan la victoria de la derrota en plazas tan complicadas como han sido Valencia, Bandirma y Las Palmas de Gran Canaria. A la vuelta de la Copa, espera el Andorra en Miribilla, otra de esas citas marcadas en rojo para seguir aspirando a ser un equipo que, aunque consuma las fuerzas, dispute dos partidos cada semana.