EL Bilbao Basket sigue batiendo registros en esta temporada en la que ha ascendido hasta el podio de la Liga Endesa. El triunfo de ayer permite a los hombres de negro lograr su mejor balance de victorias después de veinte jornadas, que tenía el equipo de la temporada 2007-08 con catorce triunfos. El equipo bilbaino está calcando lo que hizo en la primera vuelta, con una racha de tres jornadas victoriosas, y se ha situado en una posición de privilegio ya que cinco partidos le separan de los puestos que quedan fuera de play-off cuando quedan catorce para acabar la temporada regular. Además, con seis triunfos más igualaría los 21 que figuran como tope histórico en la Liga ACB desde la campaña citada.
Las victorias caen y da la sensación de que el Bilbao Basket gana ya por inercia. Seguramente de ahí vienen las advertencias de su técnico, que siempre ve aspectos a mejorar en cualquier partido, sea cual sea el resultado, y que está a detalles que desde fuera se escapan al común de los espectadores. Ayer los bases del Manresa encontraron muchas facilidades para atacar el aro, pero probablemente al conjunto bilbaino eso le preocupaba menos que el hecho de que los jugadores visitantes encontraran buenas posiciones para el lanzamiento exterior y tomaran una confianza que no les concede su clasificación.
Los temores previos sobre la manera de organizar la rotación quedaron disipados en cuanto Marko Todorovic pudo estar disponible, pero el Bilbao Basket pecó de suficiencia en la parte final del primer cuarto y se complicó la vida. Sito Alonso metió en cancha a Mendia y en esta ocasión la apuesta no resultó. Se juntaron el hambre y las ganas de comer. Entre que el joven jugador se metió en una guerra con Sakic que no le convenía y que los árbitros tienden a pasar factura a los novatos, el Manresa sumó puntos gratis por las tres faltas consecutivas del meritorio que abrieron un hueco de diez puntos después de apenas minuto y medio de juego y tres jugadas.
una gran pareja A partir de ahí, el público tomó conciencia de una cierta injusticia, pero el Bilbao Basket tuvo que ponerse serio para marcar las diferencias que hay entre los dos equipos ahora mismo. En este sentido, la aparición de Marko Todorovic fue mano de santo ya que su combinación con Latavious Williams fue imparable para los pocos atléticos pívots de La Bruixa d’Or. El montenegrino hizo un partido inmaculado con solo cinco tiros de campo y el estadounidense firmó su mejor actuación con la camiseta del Bilbao Basket y una de las mejores en su carrera en la ACB. El pívot de Starkville acabó con su primer doble-doble en Bilbao y su máxima valoración y puntuación. Además, atrapó 11 rebotes por tercera vez como hombre de negro y demostró que si no está en su mejor forma física de los últimos meses, debe estar muy cerca.
Álex Mumbrú, con su acierto en los triples, y Quino Colom, de nuevo muy atinado en el último cuarto, completaron la gran aportación, juntos o por separado, de la pareja de cincos del equipo para acabar sometiendo al Manresa, que se vino abajo cuando los de Sito Alonso elevaron el listón de intensidad. El Bilbao Basket va cumpliendo así su objetivo de sumar victorias antes de la Copa, pero sigue quedando la duda de dónde llegará cuando pueda disponer de todas sus piezas. De momento, se mantiene tercero, avanza a velocidad de crucero y con las constantes vitales intactas. De ello, se encarga el técnico, que no permite que nadie se lo crea.