Amorebieta - Hace dos años, el teléfono de David Quero (Durango, 1984) sonó. Tras un tiempo alejado del mundo del baloncesto profesional, su antiguo compañero de equipo y actual entrenador del Zornotza, Mikel Garitaonandia, le hizo una oferta. Lo quería como su base titular. Entonces, el vizcaino hizo un “cambio de chip” y se preparó para volver a la batalla. El retorno del timón durangarra. La vuelta a casa tras muchos años fuera. Viajes que le han llevado a Almería, Huelva e incluso Estados Unidos. Experiencias que le han servido para crecer, convirtiéndose así en un base capaz de leer el juego a la perfección. “Soy un jugador diferente al que se marchó por primera vez de casa. Tengo más experiencia, eso me ha ayudado a conocer más el juego y seleccionar mejor mis acciones”, afirma Quero, que no ha perdido la mentalidad de sus inicios: “Al final intento hacer lo que sea necesario. Desde robar un balón a dar un pase o tirarme al suelo”.

Pero antes de hacer la maleta y vivir esa aventura fuera de casa, David tuvo que formarse como jugador y lo hizo en un lugar donde el baloncesto es casi una religión, en el club Tabirako de Durango. Allí, coincidió con su actual compañero de equipo Ibon Carreto y con el que es ahora su entrenador, Garitaonandia. “Es mucha casualidad. Hemos sido compañeros de equipo y también de clase y de cuadrilla”, comenta Quero, que reconoce que al principio se hizo “un poco raro” pero que con el tiempo supo adaptarse a esta situación ya que “sabemos diferenciar las cosas” y “Mikel es un tío serio y muy responsable”.

Poco a poco, a Quero Durango se le fue haciendo pequeño y entonces surgió la oportunidad de cruzar el Atlántico. “Me dieron una beca para jugar al baloncesto en Estados Unidos y estudié segundo de bachiller allí. Luego, tuve ofertas de varias universidades de la NAIA, una liga inferior a la NCAA, pero decidí volverme a casa”, comenta el durangarra, que se convirtió así en uno de los primeros vizcainos en acudir a los programas deportivos estadounidenses. Una opción muy recurrida en los últimos tiempos.

Bilbao Basket A su vuelta a Bizkaia, Quero se encontró con una sorpresa agradable. El Bilbao Basket, entonces en LEB, solicitó sus servicios para hacer la pretemporada con ellos. “Eran muy buenos...”, recuerda el durangarra. En aquel equipo coincidió con Tiago Splitter, Javi Salgado o Rubén Quintana, entre otros. “Son jugadores que han llegado a triunfar en la ACB e incluso en la NBA”, apostilla.

Sin embargo, la oportunidad de triunfar en Bizkaia era demasiado escasa y, después de un buen año en el Santurtzi, Quero fichó por el Municipal de Tijola de la desaparecida LEB Bronce y tras dos cursos a gran nivel, consiguió dar el salto a la Leb Plata en el Huelva. Pero, por “motivos personales”, el durangarra decidió hacer un alto en su trayectoria y abandonó las canchas profesionales durante dos temporadas. Un par de años de menor exigencia antes de volver a casa a disfrutar del baloncesto de nuevo. “Estoy muy a gusto en Zornotza y ahora solo rezo para que me respeten las lesiones”, concluye.

Partido contra el Ávila Con todo, Quero y sus compañeros se enfrentan hoy a partir de las 19.00 horas al Ávila. “Será un partido duro. En esta liga es muy difícil ganar fuera de casa y nos enfrentamos a un rival complicado”, declara el base durangarra, que quiere quitarse el mal sabor de boca después de la derrota de hace dos jornadas, en la que desperdiciaron una ventaja superior a la quincena de tantos para acabar perdiendo por dos puntos ante el Lucentum Alicante. “No sé si la semana de descanso nos habrá venido bien, pero estamos con muchas ganas de jugar. Después del último partido, en el que nos fuimos con mal sabor de boca, nosotros lo que queríamos era jugar lo antes posible”, relata David. En caso de ganar, el Zornotza se colocaría con tres victorias, lo que les permitiría seguir en los puestos de honor de la tabla.