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EN el scouting que maneja el Bilbao Basket de cara a un partido tan trascendental como el que afronta hoy en tierras francesas, seguro que A. J. Slaughter ocupa un lugar preferente a la hora de establecer las vías de anotación a taponar para desactivar el juego ofensivo del Elan Chalon. El escolta estadounidense (3-VIII-1987, Louisville) se ha destapado en el presente curso como el principal killer de un plantel que también necesita hoy de manera imperativa la victoria para apurar sus opciones, escasas, de acceder a la siguiente ronda de la Eurocup. Slaughter no es solo el máximo anotador de la Liga francesa (19 puntos por partido) y el noveno de la competición continental (17,3), sino que está acostumbrado a asumir un gran número de lanzamientos en cada contienda, hasta el punto de que en la Eurocup solo seis jugadores han engatillado hasta el día de hoy más veces que él. Suya es la responsabilidad de echarse el equipo a las espaldas y no la rehuye, ya sea desde la línea de 6,75 (intenta más de seis triples por partido con un notable 44% de acierto) o penetrando sin miedo a canasta pese a su escaso 1,91 de altura.

El caso de Slaughter es uno de tantos que se ven año tras año en la transición NCAA-NBA: capacidad anotadora fuera de toda duda, pero demasiado bajo para actuar de escolta entre los profesionales y sin el suficiente manejo de balón para jugar de base. Tras culminar su periplo universitario en Western Kentucky en 2010, el actual jugador del Chalon no fue seleccionado en el draft y tampoco fue capaz de convencer a los técnicos de los Detroit Pistons, franquicia con la que disputó las Ligas de Verano, comenzando su peregrinaje por Europa, a equipo por año. Debutó en el Angelico Biella italiano, pasó por el Mons-Hainaut belga y el Cholet francés y el verano pasado trató de aprovechar su experiencia europea, en la que ha actuado como director de juego cuando las circunstancias han obligado, para convencer a los Orlando Magic. Tuvo partidos notables como uno ante los Boston Celtics, en el que acabó con 25 puntos, 9 asistencias y 7 robos de balón, pero no fue suficiente para hacerse con un hueco en la plantilla. Recaló finalmente en el Elan Chalon y desde el arranque del curso se convirtió en el principal brazo ejecutor del club galo. El sábado ante el Cholet, su anterior equipo, se fue hasta los 28 puntos.