Bilbao. La sensación va a ser rara, muy rara. No es porque no haya pasado otras veces, sino porque nunca ha ocurrido en Bilbao. A cada lado de la mesa de anotadores, en cada uno de los banquillos del Bilbao Arena, se sentará un entrenador de Bilbao. Será una pugna entre maestro y alumno, aunque a ambos les separen solo cinco años. Rafa Pueyo (11-8-1971), que ejercerá de anfitrión, y Txus Vidorreta (20-6-1966) formaron parte del mismo cuerpo técnico durante nueve temporadas y media y cerca de 400 partidos: la primera en Askartza y todas las demás en el Bilbao Basket. Los avatares del deporte les separaron en enero de 2010 y les ofrecen la oportunidad de enfrentarse como máximos responsables de un proyecto profesional por primera vez en su carrera.
Su relación comenzó en la temporada 1997-98 en la cancha del colegio claretiano de Leioa. Vidorreta entrenaba al equipo senior del club en la Primera División y Pueyo, que dirigía al cadete, aceptó también acompañar a aquel entrenador que había ascendido al Cajabilbao a la Liga ACB tres años antes y que no era el típico técnico en aprendizaje que puede haber en un colegio. Quiso el azar que Rafa Pueyo tuviera que calzarse las botas para acabar la temporada por la lesión de uno de los bases, pero la relación a través de la pizarra ya estaba consolidada.
Al final de esa campaña, el técnico de Indautxu emigró a La Palma y el de Txurdinaga quedó al cargo del Askartza, al que metió en la fase de ascenso a la Liga EBA. La separación no duró mucho ya que cuando Txus Vidorreta llegó al Bilbao Basket en 2001 reclamó de nuevo a Rafa Pueyo. Juntos consiguieron un ascenso a la Liga LEB, otro ascenso a la ACB, una fase final de la Copa, una Final Eight de la Eurocup y empujaron en el ascenso imparable del equipo hacia las posiciones de play-off.
estreno a la fuerza La primera ocasión en que Pueyo tuvo que ponerse delante de los focos fue el 2 de diciembre de 2007 en el Buesa Arena de Gasteiz. Txus Vidorreta fue expulsado al final del tercer cuarto y su ayudante tuvo que dirigir lo que faltaba de un partido que concluyó con el primer triunfo del Bilbao Basket en la cancha del Baskonia. Esa misma temporada volvió a repetirse esta misma circunstancia en el duelo del 1 de marzo de 2008 ante el Joventut en La Casilla, pero esta vez Rafa Pueyo no consiguió rematar con la victoria.
En enero de 2010, por culpa de la peor racha de resultados de la historia del Bilbao Basket, los caminos de los dos técnicos bilbainos volvieron a separarse. Pueyo dirigió un partido en Granada mientras se incorporaba Fotis Katsikaris y se mantuvo fiel al club, arropando al griego. Vidorreta esperó otra oportunidad y puso sus conocimientos al servicio del Lucentum Alicante, primero, y del Estudiantes, después, con los que siguió aumentando su cuota de partidos en la ACB hasta los 294 que cumplirá mañana en el pabellón que ve desde el balcón de su casa de Bilbao.
El técnico del Estudiantes ya se quitó la costra emocional en sus anteriores visitas a Miribilla, pero el de mañana será una cita muy especial para él porque al otro lado estará su alumno más aventajado, una persona a la que considera un amigo y casi un hermano. Rafa Pueyo, que no oculta su cercanía a los métodos de Vidorreta, solo lleva nueve partidos de Liga con el Bilbao Basket y se encuentra en pleno proceso de aprendizaje del oficio de primer entrenador con unos conocimientos de los que nadie duda, pero de momento los resultados le están dando la espalda.
No faltarán quienes se sentarán en el Bilbao Arena con ánimo morboso, con ganas de comparar injustamente y analizar con lupa un duelo táctico que debería hacer felices a los aficionados vizcainos. Durante casi diez campañas, Rafa Pueyo y Txus Vidorreta compartieron muchas horas de cancha, de análisis, de estudio. Ahora que esa historia se reparte en dos banquillos tienen que descubrir qué haría el otro en su lugar, qué detalle táctico puede decantar un partido que necesitan ganar. Si este enfrentamiento se repite en el futuro, será una buena señal para el Bilbao Basket.