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En busca de sí mismo

El correcto debut de Markota no saca al Bilbao Basket de la senda derrotista

En busca de sí mismoDavid de Haro

bilbao

En esta ocasión, Damir Markota no pudo ser un revulsivo como la primera vez que llegó a Bilbao. En enero de 2009, el ala-pívot croata se encontró un equipo que acumulaba cinco derrotas consecutivas en la Liga ACB y en su primer partido el Bilbao Basket se impuso al Estudiantes. Ayer, el de Sarajevo no pudo contribuir a la victoria ante el Dinamo Sassari y eso que jugó muchos minutos, quizás más de los que se espera de un recién llegado. Fueron 27.27, el tercero que más tras Raúl López y Gabriel. "Ha jugado muchos minutos porque con su presencia en cancha en la segunda parte hemos mejorado en el rebote y en defensa", comentó después Rafa Pueyo.

Su estreno se produjo a falta de 25 segundos para finalizar el primer cuarto y su aportación fue de ocho puntos y diez rebotes, repartiéndose el puesto de cuatro con Hervelle. En su redebut como hombre de negro, Markota firmó los números que se esperan de él y lo mejor que puede decirse es que su presencia en cancha no supuso una rémora para el equipo bilbaino. No hizo nada que no debiera hacer ni cometió errores que pudieran descubrir una falta de adaptación. Y es que en eso ha mejorado mucho el croata en los últimos años: su lectura del juego es mejor.

Por desgracia, su presencia no cambió la dinámica perdedora en la que se mueve el Bilbao Basket, que ha encadenado tres derrotas consecutivas que le obligan ahora a ganar al menos dos partidos y, quizás, los tres que le quedan para pasar a la siguiente fase. La inesperada victoria del Elan Chalon ante el Oldenburg beneficia a los bilbainos, aunque meta en la pelea por la clasificación a los galos, que parecían descartados. El conjunto de Rafa Pueyo aún depende de sí mismo para entrar en el Last 32, aunque muchos de los que acudieron ayer al Bilbao Arena se marcharon sin ninguna fe en un equipo que se está comportando con una sorprendente falta de oficio. Y es que las derrotas empiezan a pesar también en unos jugadores con tantas horas de vuelo como los que tiene el Bilbao Basket.

Al conjunto vizcaino volvieron a penalizarle errores defensivos y ofensivos que se escapan al absoluto control del entrenador, de este y de cualquier otro. El que se fallen bandejas, el que el equipo rival coja doce rebotes ofensivos cuando sus jugadores, no muy altos, viven por detrás de los 6,75 metros y que Pilepic y Bertans firmen 1 de 11 en triples sin oposición no entra en el guion. En la prórroga, el Bilbao Basket no logró aprovechar las ventajas que tuvo en la prórroga y cedió ante un rival que manejó sus posesiones con confianza en esos cinco minutos añadidos, a los que en teoría deberían haber llegado tocados anímicamente.

Pero si algo tiene el Dinamo Sassari es mucha personalidad. Los de Romeo Sacchetti saben a lo que juegan y no les importa que su referencia ofensiva tenga un día gris. Ellos ejecutan su plan, con unos o con otros. En cambio, el Bilbao Basket aún se está buscando, quiere, pero no le salen las cosas con la continuidad y encima carece de determinación. Si tu rival vive del triple, lleva 1 de 13 y solo ganas por tres puntos, tienes un problema. Ahora, con la llegada de Damir Markota, cambiarán algunos roles y queda ver cómo lo asumen los afectados. Los dedos acusadores ya buscan destinatario, pero las derrotas, como las victorias, tienen muchos padres.