Dos mundos paralelos
El Bilbao Basket roza el techo deportivo de su historia cuando peor está su situación económica
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DA la impresión de que el calendario ha vuelto atrás. En junio de 2004, el Bilbao Basket buscaba afanosamente el dinero necesario para ascender a la Liga ACB. Eran 6 millones de euros. Casi nueve años después, el club espera que le llegue la cantidad que necesita para salir de la delicada situación económica en la que se encuentra. No llega a tanto, pero casi. Conocido que se ha cumplido el plazo que tenía Uxue para abonar los 900.000 euros del acuerdo de patrocinio firmado el pasado mes de diciembre sin que la empresa bioenergética haya cumplido, se abre un periodo de incertidumbre en todos los ámbitos que coincide con la clasificación para la final de la Eurocup.
Sergio Castro, presidente de Uxue, ha asegurado que cumplirá el compromiso adquirido, que debe extenderse hasta 2017 para lo que ha pedido una moratoria para hacer frente a un pago fraccionado de la primera cantidad, que abonaría en los próximos quince días y en las primeras semanas de mayo. De hecho, ha manifestado su intención de presentar un aval por una cifra superior a la estipulada en el acuerdo con el club para que "el equipo y la afición que tanto respeto me inspiran estén tranquilos". Y si Castro, que conviene recordar que forma parte del consejo de administración del Bilbao Basket y ve los partidos a pie de pista, se atreve a solicitar un aval, es porque está convencido de que podrá hacer frente a esos 900.000 euros.
En todo caso, una vez más en sus trece años de historia, el rendimiento deportivo de la plantilla está tirando del club hacia unas cotas impensables, quién sabe si por encima de sus posibilidades reales. Hace nueve años, el Bilbao Basket subió a la ACB antes de lo previsto y obligó a realizar gestiones intensas y apresuradas que culminaron con éxito. Ahora, los hombres de negro se han clasificado para la primera final europea en un momento en que el contexto económico obligaría a dar un paso atrás en los objetivos. Pero el balón es caprichoso y la plantilla, incluidos técnicos y jugadores, está cumpliendo más que de sobra, pese a que acumula algunos meses de retraso en el cobro de sus nóminas. La clasificación para la final de Charleroi ha movilizado también a la afición y ha demostrado el poder de convocatoria que tiene el club y el inmejorable activo que debería suponer en estos momentos esa masa social que se desplazará hasta la ciudad belga de todas las maneras posibles.
a peor en lo económico En el seno del club siguen mostrando su confianza en Sergio Castro y en Uxue porque lo contrario abocaría a una situación cuyas consecuencias son imposibles de prever. En diciembre de 2010, con ocasión de la junta de accionistas, el Bilbao Basket ya reconoció que se encontraba en causa de disolución. Desde entonces, el equipo ha jugado una final de la ACB, ha alcanzado los cuartos de final de la Euroliga y se ha clasificado para la final de la Eurocup, además de mantenerse entre los cuatro primeros de la Liga Endesa. Sin embargo, la coyuntura económica no ha ido de la mano de los resultados en la cancha. Al contrario, ha empeorado, sobre todo desde que a principios de esta temporada se conociera la pérdida de los apoyos de Gescrap y de la Diputación de Bizkaia, que alcanzaban casi los tres millones y medio de euros.
Uxue venía a aliviar la situación, a cubrir solo en parte ese hueco, pero en la última junta de diciembre de 2012, a pesar de una deuda creciente, se aprobó de forma sorprendente un presupuesto de 11 millones de euros para la campaña en curioso y ya entonces eran de dominio público los problemas de tesorería de la empresa de bionergía, que estaba en situación de insolvencia declarada.
Si el Bilbao Basket no logra reconducir en breve su delicado momento económico, puede verse abocado a entrar en fase concursal y, obligatoriamente, a reducir bruscamente su presupuesto y abandonar su posición de relativo privilegio en el mercado con lo que ello supondría en cuanto a ver mermado el potencial de la plantilla. Por eso, la final del 13 de abril aparece como una tabla de salvación para un club que necesita de sólidos apoyos económicos para mantener su crecimiento. Hasta ahora, siempre ha salido adelante, pero las circunstancias han cambiado mucho.