Sin prisa, pero sin pausa
La dirección de Zisis y Raúl permitió al Bilbao Basket no salirse del guion, incluso en los peores momentos Ambos generaron para sí mismos y los demás
No hay mal, ni racha, que cien años dure. El Bilbao Basket se topó en la primera jornada con su maldición particular en La Roca de Las Palmas de Gran Canaria, pero ayer dio carpetazo al particular idilio que mantenía el Barcelona Regal con el Bilbao Arena. Los azulgranas no habían perdido nunca en Miribilla y llevaban desde el play-off de la temporada 2007-08 sin caer en su s visitas a la capital vizcaino, y eso que lo había hecho en varias competiciones. Este Barça es otro Barça, quizás con menos potencia de fuego, y este Bilbao Basket es otro Bilbao Basket, quizás más cerebral. Y de la batalla entre dos de los equipos más renovados este verano, salió triunfador el que más lo necesitaba.
Nunca son asumibles las derrotas en un equipo grande, pero ya se sabe que transatlánticos como el azulgrana ponen sus miras más allá del mes de febrero porque saben que antes o después reconducirán el rumbo hacia aguas tranquilas. En cambio, el Bilbao Basket tenía que exhibir esa nueva personalidad que ante el Gran Canaria no se vio. El Barcelona era el mejor rival posible para demostrarlo y las dudas que podía crear la respuesta del público quedaron disipadas en cuanto el balón voló al aire. El aficionado de Bizkaia quiere baloncesto del bueno y se lo demostró a sus jugadores casi llenando los coloridos asientos del Bilbao Arena.
Ya se sabía que este no era un partido para corazones débiles ni para vaivenes emocionales. Había que estar firmes, incluso cuando el Barcelona atacó los problemas defensivos del Bilbao Basket antes del descanso. Tomic llegaba muy fácil al aro y Lorbek tardaba en recibir las ayudas. Pero los hombres de negro tienen este año en la dirección a dos tipos muy fiables, de esos que disfrutan cuando sus compañeros disfrutan. Nikos Zisis, que vivió su primera titularidad, y Raúl López dieron al equipo el poso que necesitaba para mantenerse en el partido cuando los campeones de Liga amenazaron con escaparse en el marcador.
Incluso el entrenador les reclamó en alguna ocasión que pidieran el balón a sus compañeros para dirigir los ataques. Fueron unos minutos en los que apareció cierta anarquía y precipitación, como si Mamadou Samb fuera la única opción. Sin prisa, pero sin pausa, como debe ser, Zisis y Raúl fueron encontrando soluciones y tras el descanso, consiguieron involucrar a todos en el juego y se vieron los mejores minutos del Bilbao Basket en estos dos partidos.
puntos y asistencias Ausente Hamilton, había que generar espacios dentro. Sin Pilepic, a los dos bases les tocó compartir minutos. El griego supo buscar las ventajas que le dan su estatura para ganar el centro de la zona y anotar. Su inmaculado 10 de 10 en tiros libres fue una importante fuente de puntos -el Barça pudo dar fe de ello en sentido contrario-. El catalán prefirió ordenar el pick and roll para alimentar a Rakovic y Samb dentro de la zona y a Moerman en los tiros abiertos y concluyó con cinco asistencias, sin que el Barça encontrara un antídoto, probablemente por la ausencia de Sada.
La jugada que decidió el partido después de desperdiciar alguna otra fue un resumen de ese sello que Katsikaris quiere imprimir a su equipo esta temporada: con Zisis y Raúl en cancha, el reloj corrió, el balón no pasó por otras manos que las de ellos, el de Vic amagó una penetración, atrajo las ayudas de quienes iban de azul y dejó solo a Moerman tras la línea de 6,75 metros. El francés ha venido para eso y ejecutó al Barcelona con un triple limpio, por más que Jasikevicius se empeñara en impedirlo con canastones desde ocho metros.
Otra derrota habría generado alguna duda, pero el Bilbao Basket respondió con una actuación solvente, sobre todo porque venir desde atrás ante un enemigo como el Barcelona siempre resulta más complicado. Fotis Katsikaris podría decir como Hannibal Smith, el jefe del Equipo A: "Me encanta que los planes salgan bien". Cuando uno tiene a sus órdenes a dos buenas cabezas pensantes, solo hay que seguir el guion.