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Cuando muchos aficionados al baloncesto sean preguntados por su quinteto ideal en Europa, quizás pocos incluirían a Erazem Lorbek. El ala-pívot esloveno del Barcelona Regal no llama la atención por su espectacularidad, ni por su lenguaje corporal, ni aparecerá a menudo en los resúmenes de las mejores acciones de la jornada. Es, sencillamente, su calidad la que le ha convertido en un jugador casi imparable si está inspirado, en el molde perfecto de la posición de ala-pívot.

Lorbek no es ese cuatro abierto que habita lejos de la línea de 6,75 metros como Teletovic para abrir el campo y explotar su lanzamiento. No es tampoco un jugador en constante movimiento para crear espacios como Kirilenko o Khryapa. Ni se emplea en el rebote con la agresividad de Felipe Reyes. El barcelonista puede hacer todo eso y, además, añade un repertorio de movimientos de espaldas al aro propio de los mejores pívots puros de antaño, de esos que ahora ya se cuentan con los dedos de una mano.

Erazem Lorbek tiene el cuerpo y la altura (2,09 metros y 103 kilos) para dominar su posición, pero todas sus ventajas las consigue gracias a una prodigiosa técnica individual, tanto con los pies como con ambas manos. Con suavidad y elegancia, sin esconder en la contundencia la carencia de recursos, siempre encuentra una manera de anotar. No es solo un fiable finalizador, es también un generador de juego que mejora lo que hay alrededor. Ya se sabe que Juan Carlos Navarro es el líder anotador del Barcelona, el eje vertebrador de su ataque, pero el ala-pívot de Kranj es un excelente plan B, alguien al que no puedes dejar solo y facilita las cosas a los demás.

En la Liga Endesa, Lorbek es el segundo mejor anotador de su equipo, el tercer reboteador, el cuarto asistente, el tercero más valorado y, sobre todo, el jugador más influyente de largo cuando está en cancha, como demuestra la estadística más-menos. En la Euroliga, su peso ha sido mayor: mejor anotador y reboteador del Barcelona y segundo más valorado tras las dos primeras fases de la competición por detrás de Nenad Krstic. Y todo ello sin sobreactuar, sin abandonar ese aire distraído que muestra en la cancha. Una frase suya define perfectamente su manera de entender el juego: "En el baloncesto lo más importante de todo es tomar buenas decisiones. De nada sirve ser el mejor atleta o el mejor tirador si lo utilizas mal".

La sensibilidad con que se mueve en el parqué probablemente tenga que ver con su formación. Erazem Lorbek estudió piano durante ocho años hasta que tuvo que elegir y se quedó con el baloncesto, que le viene de familia y le permitía mezclarse con los jóvenes de su edad. Sus dos hermanos menores, Domen y Klemen, también juegan como profesionales, lo mismo que su padre Radovan, que posteriormente fue entrenador, dirigente del Olimpia Liubliana, uno de los impulsores de la Liga Adriática y dicen que un tipo con mucha influencia en Eslovenia.

carrera en ascenso El mayor de sus hijos eligió bien porque su carrera ha ido en continuo crecimiento. Solo la temporada que pasó con los Spartans de Michigan State después de ser el mejor jugador del Europeo U18 de 2002 con más de 24 puntos y 12 rebotes de media supuso un frenazo porque no tuvo demasiados minutos. Regresó a Europa a través del Fortitudo Bolonia y empezó a amasar un palmarés interesante. En 2004, Erazem Lorbek fue de nuevo el mejor jugador del Europeo U20 que ganó Eslovenia. En el quinteto ideal de ese torneo también estuvo Kostas Vasileiadis, con el que después coincidió unos años después en Málaga.

Con el equipo boloñés había jugado la final de la Euroliga en 2004, ganó la Lega en 2005 y fue subcampeón en 2006. Sergio Scariolo lo reclutó para el Unicaja y no acabó de cuajar por lo que se marchó en enero de 2007 al Benetton. Pero el conjunto de Treviso no respetó el plazo reglamentario y el fichaje quedó anulado un mes después. El Benetton fue duramente sancionado por la Lega y Lorbek acabó el curso en la Lottomatica Roma.

Quizás por ser un jugador muy cotizado, su carrera no acabó de asentarse y el CSKA Moscú fue su siguiente destino. Allí sumó otra Liga y volvió a ser subcampeón de la Euroliga, que se le resistió hasta que firmó por el Barcelona. En su primera campaña como culé, logró al fin el máximo título europeo al que después ha añadido una Liga y dos Copas. Erazem Lorbek se ha convertido en uno de los puntales del Barça, pero concluye contrato. Joan Creus ya busca la manera de convencer a un jugador al que van a pretenden otros ricos de Europa. Scariolo parece decidido a volver a tirarles los tejos desde Milán. Y es que saber usar al esloveno no tiene que ser difícil porque lo tiene todo.