BILBAO. Un día después del triunfo ante el Montepaschi y con la mente más reposada, ¿qué sabor de boca le ha dejado el partido?
Me quedó con que conseguimos ganar un partido importantísimo, con el hecho de seguir vivos en la Euroliga. Ahora dependemos de nosotros mismos para acceder a cuartos de final, si hacemos nuestro trabajo no tenemos que mirar lo que hagan nuestros rivales. Fue un partido muy complicado, muy intenso, y supimos sacarlo adelante.
Usted fue el gran protagonista por la canasta ganadora. ¿Se le ha quedado alguna imagen grabada?
La verdad es que no tengo un recuerdo concreto. Faltaban seis segundos para el final y hacía falta anotar una canasta, no quedaba otra. En situaciones así intentas pensar lo mínimo, solo actúas. La clave estuvo en que todos estuvimos muy bien colocados en cancha y con las ideas claras. Fue relativamente fácil encontrar la situación para tirar, aunque otra cosa es que la pelota entre o no.
Además, la jugada salió tal cual se diseñó en la pizarra de Katsikaris.
En situaciones así si el balón entra todo sale perfecto. El factor suerte también interviene.
¿Qué piensa un jugador en estas situaciones límite, se siente la presión, el apoyo del público?
Intentas no ser consciente de nada y dejas que el cuerpo haga lo que tiene que hacer, pones los cinco sentidos en tu cometido y esperas que la fortuna esté de tu lado.
La ejecución de la jugada fue perfecta, pero en genialidades así también hay mucho trabajo detrás.
Sin duda alguna. No hay ningún jugador que protagonice en cancha acciones que antes no haya probado en los entrenamientos. A mí me gusta mucho trabajar la técnica individual y disfruto muchísimo probando este tipo de acciones durante la semana. Está claro que todo suma a la hora de prepararte cuando toca asumir situaciones así.
El Gescrap Bizkaia se está acostumbrando este curso a vivir una sucesión de citas históricas y a sacarlas adelante.
Eso siempre es positivo, aunque queda claro que los retos cada vez son más complicados. Ante el Montepaschi tuvimos que hacer un esfuerzo muy grande. Además, llevábamos diez días sin competir y estos parones siempre acaban afectando al juego.
Hasta ahora el equipo había demostrado que sabía moverse en encuentros de alto voltaje ofensivo, pero el miércoles tuvo que recurrir a otro tipo de juego
Saber ganar este tipo de choques es importante. Hasta ahora conocíamos nuestra capacidad en duelos con muchos puntos, pero no sabíamos si éramos capaces de resolver los duelos en los que la pelota no quiere entrar. Esta victoria nos da mucha confianza, ahora sabemos que si la pelota no entra también podemos ser competitivos.
Las ilusiones de la afición están puestas ya en el duelo de Málaga, pero este fin de semana hay Liga Endesa
Nos gusta que la gente se ilusione porque es lo que nos hace vibrar y esforzarnos de esta manera, pero nosotros no podemos caer en la euforia. Ganar al Siena estuvo muy bien, pero hay que olvidarlo y pensar en el Murcia. El domingo por la tarde ya pensaremos en Unicaja.
¿En qué ha cambiado el equipo para que se haya producido este cambio radical a mejor?
Ahora no hacemos nada distinto con respecto a cuando las cosas no iban bien. Lo que ocurre es que antes no atábamos los partidos. No era que jugásemos mal, sino una cuestión mental.