bilbao. A Ricky Rubio le va a tocar cargar a la espalda durante toda la temporada una mochila con la imagen de Justin Bieber. El base de El Masnou es un novato en la NBA y, pese a toda la experiencia que acumula, no se libra de los peajes propios de su condición fuera de la cancha. Dentro de ella, los mismos compañeros que le recordarán cada día que es un rookie ponen el destino en sus manos. Ricky ha llegado para quedarse muchos años en la Liga y quienes jueguen con él tendrán un futuro mejor.

La explosión inicial de Rubio, que le llevó a ser elegido mejor novato del mes de enero en la Conferencia Oeste, se ha atemperado por la fuerza de la costumbre, por la naturalidad con que se han aceptado sus buenos y sus no tan buenos partidos. Los Minnesota Timberwolves son los grandes beneficiados de la llegada de un jugador diferente que ya pertenece al universo de la NBA y que este fin de semana tendrá en Orlando su primera experiencia en el All Star, esa cita que reúne a las figuras presentes y futuras y en la que Ricky encaja como un guante. "Siempre he visto ese espectáculo por televisión y ahora he tenido la suerte de que lo podré vivir, y voy a disfrutarlo al máximo", ha afirmado el jugador de los Timberwolves.

Nadie dudaba de que iba a estar al menos el viernes, en el Rising Stars Challenge, en el desafío de estrellas emergentes. Lo de jugar el domingo quizás sea prematuro. Aún debe quemar etapas en una Liga tan jerarquizada, por más que sus números no disten de los de otros bases que sí estarán en el partido de los mayores. Llegado el parón del All Star, cuando se suele hacer balance, Ricky Rubio es el quinto mejor en asistencias (8,4) -solo están por delante Steve Nash, Rajon Rondo, Chris Paul y José Manuel Calderón- y el segundo en robos de balón (2,3) -por detrás de Mike Conley- a los que acompaña con 11,3 puntos y 4,3 rebotes en casi 35 minutos de juego por noche, quince más de lo que jugaba en la ACB. Las comparaciones no se han hecho esperar y ya hay quien coloca al catalán a la altura de Pete Maravich, Steve Nash o Jason Kidd. Lo cierto es que solo Marc Jackson, Oscar Robertson y Damon Stoudamire promediaron más asistencias en su primera temporada en la NBA. Ni siquiera lo lograron superestrellas como Magic Johnson, John Stockton, Isiah Thomas o el mismo Maravich. De hecho, desde hace 16 años ningún rookie ha dado tantas asistencias como el de El Masnou cuyo impacto en el juego de los Timberwolves ha sido inmediato.

al timón Rick Adelman tardó solo diez partidos en darle la titularidad y a partir de ahí todo ha venido rodado. No hay jornada en la que Ricky Rubio, involucrando en el juego a todos sus compañeros, no aparezca una o dos veces entre las diez mejores jugadas con algún pase de fantasía. Tricky Rubio le llaman los medios de Minneapolis. La confianza recuperada es la clave de todo, según el propio jugador, que ahora se siente libre de ataduras y sin miedo en el reparto de aciertos y errores. En los 34 partidos jugados, promedia diez tiros intentados por partidos, el doble que en sus seis temporadas en la ACB. Ha conseguido once doble-dobles en puntos y asistencias y ya tiene un partido de 22 puntos, una cifra que solo superó una vez en 204 presencias repartidas entre el Joventut y el Barcelona. Y eso que sus porcentajes en la NBA son peores.

Pero da igual. Ricky Rubio ya es un icono mediático en la Twin City y la sociedad que forma con Kevin Love ha elevado el interés por la franquicia de Minnesota, que está llenando el Target Center muchos días, viaja a ritmo de 50% de victorias por primera vez desde hace cuatro temporadas cuando aún estaba con ellos Kevin Garnett y ya ha ganado tantos partidos (17) como en toda la pasada campaña. Que Ricky iba a participar en el All Star caía por su propio peso, pese a que su fulgor ha remitido en las últimas semanas por la aparición de Jeremy Lin.

Ya se sabe que en la NBA velan por su negocio y el jugador de origen taiwanés ha sido colado en la fiesta del fin de semana casi por decreto ley después de no figurar entre los elegidos inicialmente. Pero Lin es ahora un ídolo en el mayor mercado de la Liga y en casi todo el mundo y si hay que cambiar las normas, se cambian. Primero se le hizo hueco como acompañante de Iman Shumpert en el devaluado concurso de mates, pero no podrá ser por la lesión de su compañero. Al final, la NBA elevó a diez la lista de jugadores por equipo en el desafío de rookies y sophomores de hoy para que entrara el fenómeno de los New York Knicks. Y lo que son las cosas: Ricky Rubio y Jeremy Lin han sido asignados, por elección de Shaquille O'Neal, al mismo equipo que compartirán con Blake Griffin, otro claro producto All Star, lo que asegura una sucesión de virguerías, pases de fantasía, intentos de alley-oop, mates estruendosos y cero defensa.

Todo por el espectáculo. Más aún en la ciudad de Mickey Mouse, donde entre Ricky, Lin y los demás van a alterar el pulso de los aficionados más jóvenes. La mochila de Justin Bieber solo es una pesada carga para los próximos meses que viajará a la espalda de un jugador que debe cumplir con las normas no escritas. Las otras hace tiempo que se las saltó.