bilbao. Seguramente, Sergio Llull no será un base puro, de esos que gustan a los puristas, y ni falta que hace, contestarán el propio jugador y Pablo Laso. El jugador menorquín, que llegó al Real Madrid como escolta y ha regresado a la posición que era suya en su etapa formativa, se llevó ayer el galardón de MVP de la Copa con todo merecimiento. Sus promedios de 16 puntos, logrados con buenos porcentajes, 2 rebotes, 5 asistencias y 18,7 de valoración pesaron en la elección tanto como el peso que tuvo en el desarrollo de la final.

Su brioso arranque, con ocho puntos en seis minutos, rompieron los esquemas al Barcelona que quizás esperaba un inicio más pausado. Pero eso con Llull es imposible. El de Mahón interpreta y ejecuta el juego a toda velocidad. Su actual técnico ha entendido que Sergio Llull no puede jugar con el freno de mano y la calculadora y le da rienda suelta, para lo bueno, como ayer, y para lo malo. Explotar las virtudes de un jugador es lo que define a un entrenador y Laso juega a lo que juegan sus bases. Hacerlo de otra manera es condenarlos y condenarse al fracaso.

Llull es todo carácter y sus piernas son de las más poderosas en toda la Liga Endesa. A templarse aprenderá con los años. En su quinta temporada completa en el Real Madrid, al que se incorporó desde Manresa para el play-off de la 2006-07, añade el título de Copa logrado ayer a la Liga y a la Copa ULEB. Además, se ha convertido en un habitual en la selección española lo que le ha llevado a colgarse la medalla de oro de los dos últimos Eurobasket.

"Sergio ha dominado el partido", reconoció Pablo Laso, cuya apuesta se vio premiada con su primer título como entrenador. Y es que, como señaló el gasteiztarra, "las finales están para ganarlas". Llull se acordó de "unos cuantos momentos complicados que he vivido. La Final Four de la pasada temporada fue duro, también las dos últimas Copas... Las derrotas en las finales siempre son momentos complicados". En cualquier caso, el MVP de la Copa se mostró muy feliz por el éxito colectivo y "por el gran partido que hemos hecho". "El rival era durísimo y sabíamos que si mostrábamos fisuras las íbamos a pagar. Hemos controlado el partido los 40 minutos y hemos jugado con mucha regularidad", concluyó.