bilbao. El Gescrap Bizkaia aún sueña con la Copa después de dar la vuelta en apenas diez días a una situación que se había hecho inasumible. Con el de ayer en Santiago de Compostela, son tres triunfos consecutivos fuera de casa, que suponen a su vez la mejor racha de la temporada, y que han colocado a los hombres de negro en los puestos que deben ser los suyos atendiendo al nivel de su plantilla. No han sido triunfos fáciles porque el equipo de Fotis Katsikaris sigue haciendo algunas concesiones y convirtiendo a equipos limitados en aparentes potencias, pero al menos los jugadores han sido capaces de reaccionar y marcar las diferencias ante rivales que, al fin y al cabo, son inferiores.
Ya dice el sabio refranero que "ande o no ande, caballo grande". Pues bien, el Gescrap Bizkaia se acordó por primera vez en la temporada de que tiene un tipo muy alto en la zona al que hay que darle de comer, como dicen en Estados Unidos. D'Or Fischer, motivado como pocas veces, recogió el guante y surgió en el tercer cuarto para recoger los pases de sus compañeros y destrozar al Blusens Monbus en las cercanías o por encima del aro. Los pívots del conjunto gallego se vieron impotentes para frenar al de Filadelfia, muy superior en centímetros, que solo falló un tiro de campo y clavó un mate tras otro hasta anotar seis y completar unas imponentes dobles figuras y una valoración global de 38 puntos que le acercará al MVP de la jornada.
Fischer encontró un buen socio en Marko Banic para reconducir una mala primera mitad en la que el Blusens Monbus, uno de los peores ataques de la Liga Endesa, se fue a 43 puntos. La defensa bilbaina volvió a hacer aguas en ese periodo y los gallegos llegaron a mandar por trece puntos (31-19) en el segundo cuarto tras un triple de Corbacho. El nigeriano Ebi Ere, con doce puntos al descanso, se erigía en protagonista mientras el Gescrap Bizkaia era incapaz de imponer su mayor rotación porque varios jugadores estaban desconectados del partido.
Solo un arreón antes de concluir la primera parte, conducido por Grimau y Banic, permitió a los de Katsikaris reducir los daños y mantener el duelo al alcance. Los siete puntos que indicaba el marcador suponían un motivo para la esperanza a poco que se pusieran a la tarea. Y la tarea, claro, era defender, lo mismo que en Valladolid. Álex Mumbrú se encargó de secar a Ere, que no sumó ningún punto más, y al Blusens Monbus se le empezaron a ver todas sus costuras, la mayoría de las cuales tienen que ver con la falta de piernas y de oxígeno en los pulmones. Porque lo de ayer no es la primera vez que le pasa al veterano equipo de El Alquimista Moncho Fernández.
el momento de rematar Cada mate de Fischer era como una gota malaya que hundía la moral de la gente del Fontes do Sar. Una canasta de Banic cerró un parcial de 2-11 que puso al Gescrap Bizkaia por delante (50-52) después de muchos minutos. Lo más difícil ya estaba hecho. Faltaba rematar. Hervelle, con tres faltas, regresó para fortalecer aún más la defensa y Katsikaris, viendo que Jackson estaba de nuevo desacertado, entregó los trastos de matar a Raúl López, cuya dirección en el último cuarto justificó su presencia en el equipo.
Un triple del catalán abrió una renta de cinco puntos (58-63) como preludio a la irrupción de Kostas Vasileiadis, que había sido recibido como un héroe por la afición santiaguesa, pero que hasta ese momento estaba casi seco, como superado por la emoción del momento. Ya se sabe que el griego es de una pasta especial, un tipo impredecible en sus reacciones en la cancha, y ayer lo volvió a demostrar. Una canasta y un triple del de Salónica sobre la bocina elevaron la ventaja bilbaina a los diez puntos (58-68) a 2.50 del final. La Ley de Kostas, esa que se inventaron en Santiago hace dos temporadas, dictó sentencia.
El Blusens Monbus, devorado por la ansiedad de su mala situación en la clasificación, había anotado quince puntos en 17 minutos y, evidentemente, no podía dar la vuelta al marcador. La precipitación hizo mella en las filas gallegas mientras el Gescrap Bizkaia clausuró su aro y se encaminó hacia una victoria necesaria e ineludible a la que puso el colofón Vasileiadis con un triple desde su campo que dejó en catorce puntos la distancia final y provocó que el público del Fontes do Sar coreara de nuevo su nombre.
No estuvo mal el botín para un equipo que solo dio lo máximo durante medio partido. El Gescrap Bizkaia ya ha vuelto al grupo que lucha por el play-off con toda la segunda vuelta por delante. Lo que ocurra hoy ya no depende de él, pero el camino ya está marcado.