bilbao. La mañana de hoy pondrá de los nervios a los seguidores del Gescrap Bizkaia. Dos plazas para la Copa están aún en juego en cuatro partidos y los hombres de negro todavía tienen opciones de meterse en la cita de febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona que ya se está calentando entre las aficiones. "Pero no depende de nosotros. Si entramos en la Copa, será un premio para todos", reconoció ayer Fotis Katsikaris. Pero bien está que su equipo haya sido capaz de llegar a este momento con tres triunfos consecutivos.

La carambola de resultados es complicada, pero cosas más raras se han visto en el mundo del deporte. Con ocho victorias y un average general de un punto positivo, el Gescrap Bizkaia hizo ayer su trabajo y ahora necesita la derrota de tres de estos cuatro equipos: el Lagun Aro, el Fuenlabrada, el CAI Zaragoza y el Valencia, estos por al menos trece puntos, para beneficiarse de un empate múltiple y colarse de rondón en la octava plaza. Para los donostiarras, pese a su excelente average, la victoria es indispensable y el Assignia Manresa, pese a su amplio triunfo ayer ante el Unicaja, lo tiene casi imposible.

A la hora de comer, el Gescrap Bizkaia y sus aficionados ya sabrán su destino para el fin de semana del 16 al 19 de febrero. Katsikaris no le da muchas más vueltas al asunto porque "lo que queríamos era ganar en Santiago para estar cerca de la zona de play-off. En la segunda vuelta tenemos que hacer un gran esfuerzo para estar entre los seis o siete primeros, que es nuestro objetivo". El técnico griego recordó que han sido "dos semanas muy duras para el equipo con cuatro partidos fuera de casa y muchos viajes. Felicito a los jugadores porque habíamos hablado de la necesidad de ganar los tres de la Liga Endesa para no descolgarnos".

defensa y actitud Katsikaris analizó el triunfo de ayer ante el Blusens Monbus y destacó que había sido "un partido muy complicado" que el Gescrap Bizkaia se complicó aún más porque "hemos salido blandos y sin agresividad en defensa y ellos nos han hecho daño cerca del aro". La mejoría llegó de nuevo tras el descanso. "La actitud ha sido muy buena y eso nos ha ayudado en ataque para ser más verticales y determinantes. Al final del tercer cuarto, el partido estaba ya bien controlado", explicó el entrenador de Korydallos.

Pese al esfuerzo de los últimas dos semanas y los problemas que afectaron a algunos jugadores, Fotis Katsikaris aseguró que su equipo está "bien físicamente, pero nos cuesta ponernos las pilas". Y bien que lo acusa porque "no podemos jugar de otra manera. Somos como una máquina diésel que necesita funcionar a tope en las dos partes del campo para ganar", añadió el técnico heleno que deseó "lo mejor" al Blusens Monbus, cuya afición dio ayer una lección de señorío.