BILBAO. El Gescrap Bizkaia se ha abrazado a un lema para olvidar sus penas, recomponer su maltrecha moral y buscar las victorias que necesita para que media temporada no se le vaya por el desagüe antes del cambio de año. "Lo que no te mata te hace más fuerte", afirmó ayer Fotis Katsikaris con el puñal de Gianluca Basile aún clavado en su espalda y en la de todo el equipo. Pero a los hombres de negro no les queda para remedio que "olvidar y seguir adelante" porque todavía no están muertos.

"Creo que podemos llegar a la Copa y a los objetivos marcados", aseguró ayer el técnico heleno en la víspera de recibir al mermado Valencia Basket en un partido cuya importancia huelga recordar. La carrera por la Copa no permite muchos más tropiezos; la europea, ninguno. "Estamos al límite y hay que ganar el máximo número de partidos posibles", reconoció Katsikaris que habló de que su equipo debe recuperar "la identidad, la imagen, el carácter, la actitud" para empezar a jugar y a ganar con regularidad. También deben volver la alegría y el descaro y lo tienen que hacer sin más dilación.

El Gescrap Bizkaia está dando su mejor cara, esa que ahora puede volver a surgir, cuando la soga le aprieta en el cuello, como ahora. "Es algo que no son capaces de explicar ni los propios jugadores. Hemos hablado de ello y no encontramos respuestas para saber por qué el equipo tiene presión cuando va 0-0 y no cuando va 15 abajo", confesó ayer el técnico de Korydallos, que insistió en la receta para poner las cosas en su sitio y que su equipo se empiece a parecer al de la temporada pasada: la defensa. "Hay que arreglarlo desde ahí, es prioritario. La segunda parte ante el Cantú es la referencia. La defensa es lo que te permite correr y, después, recuperar la confianza", señaló antes de lanzar una advertencia: "En ataque tenemos talento, pero el que falle en defensa, en lo colectivo y lo individual, no va a jugar. Tenemos que ser más responsables en defensa, eso lo tienen claro todos los jugadores. Voy a ser muy exigente".

Detectados los problemas, ahora toca ponerles remedio. Muchas miradas apuntan sobre Aaron Jackson, más bien sobre ese jugador que viste su camiseta, pero que no se parece nada al de la temporada pasada. El técnico quiere quitar presión al de Hartford porque "se siente muy responsabilizado y eso no es bueno", pero a la vez espera una reacción. "Le está costando y estamos intentando animarle. Pero él tiene que estar mejor preparado porque el objetivo de todos los rivales es él", comentó. La ayuda que le puede prestar Raúl López es limitada ya que el base de Vic está entre algodones por unos problemas en los abductores.

El valencia, con lo justo Pero si hay un equipo al que las lesiones le están afectando es al Valencia Basket, aunque Fotis Katsikaris matizó que "se ha acostumbrado" y sigue siendo un rival "muy peligroso", pese a que apenas tendrá ocho jugadores de la primera plantilla en la rotación. Su colega Paco Olmos no podrá contar hoy con Vitor Faverani, Víctor Claver y Florent Pietrus por distintos percances, ni con Tiago Splitter, que ya ha tenido que regresar a San Antonio. Al menos, se han recuperado AJ Ogilvy y Nik Caner-Medley, que podrán echar una mano para restañar el juego interior de los taronjas.

El Valencia Basket busca un par de refuerzos, que podrían ser Mickael Gelabale y los exbilbainos Damir Markota o Martin Rancik, pero de momento tendrá que tirar con lo que tiene. El discurso de Olmos es el mismo de otros técnicos, ese que tan poco gusta por Bilbao: "Jugamos en uno de los campos más complicados de la Liga Endesa. Debemos pensar que va a ser muy duro, que va a haber mucha pelea, mucho contacto y mucha agresividad, es el estilo de baloncesto del Gescrap Bizkaia. Tenemos que jugar con la misma intensidad que ellos y con la misma necesidad de victoria que ellos".