Bilbao. Efervescente y eléctrico en pista, Kostas Vasileiadis se convierte en un tipo reflexivo cuando se pone delante de una grabadora. Siempre busca un discurso con fondo, con mensaje. Por eso no duda a la hora de reconocer que varios errores suyos le han costado muy caro al Gescrap Bizkaia en este arranque de curso y promete mejorar en este aspecto. Pese a todo, ve con optimismo el futuro del equipo y repasa para DEIA su experiencia como jugador de Olympiacos.

Usted jugó en la temporada 2007/08 en el Olympiacos. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

Tengo buenos recuerdos de aquella temporada. En Grecia solo había jugado en el PAOK Salónica y ese verano pude fichar por Olympiacos, uno de los dos clubes más grandes de mi país. Alcanzamos los cuartos de final en la Euroliga y disputamos la final de Liga y Copa, pero no pudimos ganar ninguna. Personalmente, para mí fue un buen año hasta el ecuador del curso, hasta que cambiamos de entrenador. Pini Gershon se fue, llegó Panagiotis Giannakis, cambió diversas cosas en el equipo, empecé a tener muchos menos minutos y el verano siguiente fiché por el PAOK. De aquella temporada solo quedan en el equipo Panagiotis Vasilopoulos y Georgios Printezis, además de Milan Tomic, que es el tercer entrenador.

Nacido y criado en Salónica, formado en el PAOK... Usted no sería fan de Olympiacos de niño.

No, la verdad es que no (risas). Soy hincha del PAOK desde que nací y lo sigo siendo.

¿Le resulta especial regresar a El Pireo?

Estos regresos siempre son especiales, pero al final solo jugué un año allí. Mantengo amigos allí, pero lo único que quiero es ganar. Es bonito volver a jugar en Grecia, pero mi ciudad es Salónica, Atenas es diferente (risas). Soy jugador del Bilbao Basket y en mi regreso allí solo pienso en ganar.

Su Olympiacos perdió las finales de Liga y Copa contra el Panathinaikos. ¿Fueron esos partidos los más duros de su carrera?

En Grecia sí, sin duda. La rivalidad es muy grande y cuando juegas en una cancha rival en la que hay hasta 20.000 personas en la grada ganar se convierte en algo muy complicado. De todas formas, en Liga forzamos hasta el quinto partido. Hicimos un gran trabajo, pero en aquella ocasión el Panathinaikos fue mejor.

En aquel Olympiacos había muchos grandes nombres y usted tenía solo 23 años. ¿Le costó encajar?

En absoluto. Tuve una muy buena relación con todo el mundo. Formamos un grupo muy unido y había jugadores con muy buen talante, por lo que no tuvimos ningún problema. Recuerdo que en aquel vestuario estaban Qyntel Woods, Lynn Greer, Jake Tsakalidis, que acababa de volver de la NBA... También teníamos a Arvydas Macijauskas, pero estuvo todo el año de baja, y a Ronnie Seibutis, que sufrió ese año una lesión de espalda y posteriormente vino al Bilbao Basket.

Usted que ha jugado allí como local y como visitante. ¿Cómo es jugar en el Palacio de la Paz y la Amistad?

Es duro tanto si luces la camiseta del Olympiacos como si llevas la del rival. Me explico. Posteriormente ha ganado dos Copas y ha regresado a la Final Four, pero cuando yo jugué allí el club llevaba muchos años sin levantar trofeos, por lo que la presión era muy grande. El público empujaba mucho y te exigía ganar cada partido, jugar bien siempre... Es una de las canchas más duras en las que he jugado, sin duda. Imagínate a 12.000 personas animando o abucheando a la vez. El ambiente que se forma es increíble. Es una afición muy entregada, con el punto de locura de los hinchas griegos. Están muy cerca de la cancha y se pasan todo el tiempo gritando. Arropan mucho al equipo cuando se gana, pero cuando se pierde... Todo se vuelve complicado entonces.

¿Y los medios de comunicación?

Con decirte que en Grecia hay a día de hoy unos quince periódicos de información deportiva... Tienes que hablar con mucha gente, dar muchas entrevistas... Un lío. Cuando no juegas bien o el equipo no gana no escatiman a la hora de darte palos, escriben cosas negativas. De todas maneras, Olympiacos es uno de los grandes clubes de Europa, por lo que ese tipo de presión es normal.

¿Y cómo son en las distancias cortas los propietarios, los multimillonarios hermanos Angelopoulos?

Son gente muy cercana a los jugadores. Han invertido muchísimo dinero los últimos años con el objetivo de levantar títulos. Su objetivo siempre es facilitar la vida a los jugadores, hacer que vivan lo mejor posible en Atenas, que estén tranquilos y que no tengan que preocuparse de nada más que de jugar a baloncesto.

Este año han tenido que recortar drásticamente el presupuesto. ¿Qué opina de su plantilla?

La situación económica en Grecia es la que es y ha tenido reflejo en el presupuesto del club. Pese a todo, yo creo que Olympiacos tiene una buena plantilla como para alcanzar el Top 16. Creo que ese es su tope, pues tienen muchos jóvenes jugadores con calidad, pero sin experiencia. Tanto ellos como nosotros tendremos que trabajar duro para avanzar a la siguiente fase.

¿Qué tipo de partido espera?

Ellos tienen mucha presión, pero saben que si ganan la situación se vuelve muy favorable a sus intereses. Dependerá también del número de personas que acudan al partido, ya que últimamente no está yendo mucha gente. Creo que tendremos muchas oportunidades de ganan si defendemos fuerte y somos capaces de mantenerles en un marcador bajo. El partido de la pasada semana en Gasteiz nos marca una buena senda a seguir, pero todavía debemos encajar menos puntos.

¿Cómo analiza el arranque de temporada protagonizado por el equipo?

Necesitamos tiempo para alcanzar nuestro mejor nivel, pero tampoco podemos negar que estamos a una altura de temporada en la que las victorias empiezan a tener una importancia vital. Si queremos alcanzar el Top 16 sin demasiados agobios debemos ser infalibles en casa y arrancar una victoria a domicilio. En la Liga Endesa tampoco tenemos demasiado margen de maniobra.

¿Y qué me dice de su rendimiento personal?

No estoy del todo contento con mi rendimiento, creo que tengo que aportar mucho más al equipo. He cometido demasiados errores, ese ha sido mi gran problema y quiero arreglar la situación para poder ayudar a mis compañeros. Por culpa de mis errores el equipo ha perdido puntos en ataque y en defensa.

Sus minutos en pista han subido en los últimos encuentros, algo que siempre es importante para un tirador.

Es cierto, pero cada partido es diferente. Es posible que contra Olympiacos empiece el partido en el banquillo, pero para mí es lo mismo. Juegue 15 minutos o 35 estaré concentrado en hacer mi trabajo, en cumplir con lo que el entrenador quiera de mí.