Un misil en la línea de flotación, una flecha a todo el corazón de un equipo que ayer se quedó sin la magia del efecto Miribilla y recibió una derrota muy dura y, lo peor, que puede costar muy cara. Casi lo de menos es que el Bizkaia Bilbao Basket haya visto seriamente comprometidas sus opciones de alcanzar el Top 16 tras caer ante el Fenerbahçe Ulker, sino que quizás perdió por un tiempo que puede ser largo a Axel Hervelle.
El belga se resintió de la rodilla derecha, la que se lesionó en verano, tras una jugada en la que anotó bajo el aro y abandonó la cancha inmediatamente con serios gestos de dolor. Hervelle permaneció sentado en el banquillo, pero no pudo volver a jugar. Ni probablemente lo hará en los próximos partidos. Las primeras exploraciones advirtieron problemas en el ligamento lateral, el mismo que el ala-pívot de Lieja se dañó con su selección pocos días antes de empezar el Eurobasket. Hoy será explorado más a fondo, pero en las entrañas del Bilbao Arena se intuía que la cosa no tiene muy buena pinta.
El Bizkaia BB acusó el golpe de la baja de Axel Hervelle durante unos minutos en que quedó tocado. Pero logró rehacerse y ponerse en situación de ganar un partido que tiró de mala manera. Lo más preocupante es que la ausencia del belga va a obligar a mover de nuevo una plantilla que si algo necesita ahora mismo es estabilidad, confianza, algo a lo que agarrase para salir del balance de solo un triunfo en los últimos seis partidos que le ha cargado de dudas y de frustración, tal como revelaron los gestos del entrenador y algunos jugadores.
Porque el Bizkaia BB dejó escapar una gran oportunidad de dar un paso adelante en una competición que se le ha puesta muy cuesta arriba. Tanto como todo el arranque de la temporada con el que los hombres de negro no están pudiendo. La txanpa inicial se les está atragantando, probablemente porque el equipo está lejos de su mejor nivel como lo están varios jugadores. De ahí que el Bizkaia BB se muestra inconstante, irregular y, en ocasiones, sin las ideas claras.
Neven Spahija sabía bien de esta circunstancia y se dedicó a cambiar la configuración de sus quintetos hasta agotar la paciencia de los jugadores locales. Ora con grandes en el perímetro, ora con pequeños, con dos cincos o con Sefolosha de cuatro, el técnico del Fenerbahçe Ulker fue hurgando en la debilidad mental del Bizkaia BB que se cayó cuando tenía todo a favor para encarrilar el partido hacia sus intereses.
En la primera parte, los bilbainos ganaban por 36-32 a 3.46 del descanso, pero ya no hubo más puntos. El Bizkaia BB desperdició seis ataques para aumentar la ventaja en un duelo que ya se veía que nadie iba a poder romper ya que los dos conjuntos sabían de la importancia de la victoria y jugaban atenazados, con errores a ratos incomprensibles. Los turcos llegaron con vida al descanso, repartiendo la responsabilidad entre varios de sus jugadores.
En el tercer cuarto, la tensión alcanzó su máximo nivel y fue el Bizkaia BB el que salió del atolladero tras la lesión de Hervelle y una antideportiva contra Mumbrú que el Fenerbahçe tampoco aprovechó. Banic y Fischer conectaron, la defensa bilbaina elevó su nivel, pese a algunos despistes, y el choque cayó en manos del Bizkaia BB después de que un desacertado Aaron Jackson anotara una bandeja tras fallar unas cuantas.
El marcador señalaba un 67-59 que, con todo lo que había pasado, era un tesoro a proteger en los 5 minutos y 15 segundos que quedaban para el final. Ahí, ante los cuatro pequeños del Fenerbahçe, el Bizkaia BB se hizo más pequeño aún y estuvo temeroso, blando y sin alguien a quien acudir para que anotar los puntos definitivos y echara el candado al cofre. El Fenerbahçe, sin alardes, se hizo con el control por deméritos del banquillo y los jugadores bilbainos. El Bizkaia BB se olvidó de atacar y acumuló otros cinco minutos sin anotar que, esta vez sí, el Fenerbahçe no dejó pasar.
De nada valieron el esfuerzo, los breves ratos de buen juego, el apoyo del público.... En total, sumando tres tramos distintos del partido, los hombres de negro se pasaron casi doce minutos sin subir un punto a su casillero, algo que en la Euroliga se paga muy caro, tan caro como se comprobó ayer ante un rival que tampoco alcanzó la brillantez. El Bizkaia Bilbao Basket salió muy tocado de Miribilla después de que llegara el lobo de la primera derrota como local. Una derrota muy dolorosa y que Axel Hervelle personificó para su desgracia.