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El regreso del gran capitán

Después de ocho temporadas y trece títulos con el Barcelona, Roger Grimau vuelve hoy como 'hombre de negro' al Palau Blaugrana, donde será homenajeado

El regreso del gran capitánFoto: Jose Mari Martínez

BILBAO. "A punto de volar hacia casa. Empiezo a sentir cosquillas en la tripa. No sé cómo reaccionaré, pero seguro que será un día inolvidable". Así despertó ayer en Twitter Roger Grimau, escolta del Bizkaia Bilbao Basket, en la jornada previa a su regreso hoy (18.00 horas) al Palau Blaugrana, la que fue su casa durante los últimas ocho temporadas, las cuatro últimas como gran capitán de un Barcelona que vivió con él en sus filas uno de los periplos más exitosos de toda su historia. La gran mayoría de los idilios deportivos acostumbran a tener fecha de caducidad y la de la relación contractual entre el club azulgrana y Grimau llegó el pasado verano -no así la unión sentimental, ya que Roger sigue siendo culé hasta la médula y seguidor azulgrana en todas y cada una de sus disciplinas deportivas-. En su despedida, dejó escrito un epílogo en forma de sentida declaración: "Me haría mucha ilusión poder despedirme en el Palau, en mi terreno, con toda la gente, agradeciéndolo todo. Si sigo jugando en la ACB, cuando vuelva con mi nuevo equipo, o sino de otra manera". Su deseo se hará realidad hoy, cuando salte a cancha como hombre de negro.

Los números hablan bien a las claras de la importancia de Grimau en la reciente historia azulgrana. Ocho temporadas en el equipo, 294 choques disputados y trece títulos conquistados (cuatro Ligas, tres Copas, dos Supercopas, una Euroliga y tres Ligas Catalanas)... Además, suyo fue el honor y la responsabilidad de actuar como capitán del Barça en las cuatro últimas temporadas y, por lo tanto, fue el hombre que tuvo el privilegio de levantar al cielo de las celebraciones ni más ni menos que nueve trofeos (dos Ligas, dos Copas, dos Supercopas, dos Ligas Catalanas y, sobre todo, la tan ansiada Euroliga conquistada en París en 2010).

Así las cosas, no es de extrañar que hoy no solo sea un día especial para Grimau, sino también para el Barcelona y la afición culé. Por ello, poco antes del inicio del encuentro de hoy, el jugador recibirá un merecidísimo y emotivo reconocimiento por parte de la que hasta hace poco fue su hinchada y también por parte de sus excompañeros, tal y como informaba ayer la web del Barcelona. Está previsto que Joan Bladé, directivo responsable del baloncesto azulgrana, le entregue un galardón en agradecimiento a su figura de capitán del Barça Regal en las cuatro últimas temporadas, además de alguna otra sorpresa.

Incluso Xavi Pascual, entrenador del Barcelona, ha querido hacer un llamamiento para que el público del Palau Blaugrana reciba a Roger Grimau "como se merece". Su anterior técnico considera que este recibimiento debería estar cargado de "mucho cariño", principalmente debido a que "en toda su etapa con nosotros no se le puede encontrar un pero". Pascual cree que el excapitán del Barça Regal "ha sido un ejemplo para todos, un excelente jugador y un excelente compañero. Para mí ha sido un placer tenerlo como jugador. Es más que merecido que todos lo recibamos con mucho cariño".

Proceso de adaptación Tras terminar su exitoso periplo en Barcelona, Grimau firmó el verano pasado por el Bizkaia BB, club al que batió en la final de la última Liga ACB, y hasta el momento su rendimiento está siendo destacable, sobre todo en la faceta defensiva. El viernes fue pieza importante en el victorioso debut en Euroliga de los hombres de negro y su experiencia es muy agradecida en un vestuario que este curso tiene ante sí novedosos retos. Sus compañeros y su nueva afición saben de sobra que el escolta catalán es un seguro de vida en cuanto a entrega e intensidad, de las que dará hoy nuevas muestras a pesar de la innegable carga emocional que acompañará al duelo.

"Tengo en la cabeza mi regreso al Palau y me hace mucha ilusión, pero intento no pensar mucho. Será un partido muy difícil. Y no sólo jugar, sino el entrenamiento, pisar la cancha sabiendo que ya no estoy allá... No sé como saldrá; si me temblarán las piernas o no, si podré jugar o no. Será muy extraño", reconoció a comienzos de esta semana en declaraciones al diario catalán Ara. "Sigo pensando que me veía con fuerzas para seguir un año más allá. Mi ilusión habría sido retirarme en el Barça y con la cabeza fría me continúo viendo capaz de aportar cosas, no de estar allá de figurando, moviendo la toalla. Pero son cosas que se tienen que aceptar", reconoce, aunque su compromiso con sus nuevos colores es indudable, tal y como demuestra cada vez que salta a cancha vestido como hombre de negro. "No es un proceso fácil. Son muchos años en mismo lugar y hay cosas que tienes que aprender nuevas. No es sencillo, pero estoy bastante contento de cómo va todo".