BilbaoES posible que ayer quedara cerrado un debate. El Bizkaia Bilbao Basket y su entrenador tenían claro que necesitaban un pívot que fuera una referencia defensiva, que asegurara posesiones en la lucha bajo tableros. Cuando el público de Miribilla se puso a corear el nombre de D'Or Fischer después de su sexto tapón lo hizo de forma sincera porque el pívot de Philadelphia se lo ganó a pulso. Los seguidores bilbainos aún recuerdan todo lo que aportó el Fred Weis de sus buenos tiempos y desde que se marchó el francés se sigue buscando un sucesor a su altura. Claro que no hace tanto que también un jugador, sin señalar a nadie, oyó jalear su nombre en la primera jornada, pero después su rendimiento distó mucho de ser el esperado. Ahora todo apunta a que será muy distinto por una simple cuestión de actitud que potencia las cualidades, pocas o muchas, que un deportista pueda tener. Había algunas dudas por la mentalidad que pudiera acompañarle tras un mal año en el Real Madrid, pero Fischer quiere hacerlo y lo hace, en los partidos y en los entrenamientos, con lo que el cuerpo técnico y sus compañeros están más que satisfechos de su trabajo y su implicación en este par de meses.

"Estoy contento. Para mí muy importante escuchar mi nombre porque el año pasado lo pasé mal por la frialdad del público de Madrid. Aquí estoy recuperando el gusto por el baloncesto", comentó tras el partido un jugador al que Katsikaris ha convencido de que su rol es fundamental para el éxito de la temporada y el jugador está respondiendo con hechos.

Ayer el de Philadelphia tuvo delante a un juego interior bajito y marcó las diferencias esperadas y empequeñeció aún más con sus larguísimos brazos a los pívots del Fiatc Joventut. Sus seis tapones suponen el récord individual de un jugador del Bilbao Basket en ese apartado del juego -el propio Weis puso cuatro en siete ocasiones- y sus catorce rebotes son su mejor marca desde que está en la Liga Endesa. Realmente, el tapón es una de las principales habilidades de Fischer que ya fue el mejor en esa labor en la Liga alemana con el Oldenburg, en la Liga belga con el Euphony Bree y la pasada temporada en la Liga ACB con el Real Madrid, pese a que solo jugó 20 minutos por partido. Además, en la Euroliga su promedio en 56 encuentros se sitúa en 1,6 tapones, una cifra que supera a la que el Bizkaia BB firmó en toda la campaña anterior.

esfuerzo recompensado D'Or Fischer no racaneó en el esfuerzo, que es lo que el público de Bilbao siempre agradece, como quedó demostrado y por eso su hoja estadística fue brillante. Del cinco de los hombres de negro no se puede esperar que sea una constante fuente de anotación en el poste bajo porque carece de fundamentos para esa tarea, pero sí que esté cerca del aro o por encima de él para rescatar balones. Además, con un buen tiro de cuatro o cinco metros puede abrir espacios para Banic o para los aleros cuando juegan de espaldas. Su juego se completa con una más que buena capacidad de pase que le mantiene ahora mismo como el segundo mejor del equipo en esa faceta.

Toda aportación es importante en este arranque de temporada ya que el mismo Fischer reconoce que "el equipo todavía se está conociendo. Tenemos mucho margen de mejora y la victoria de ayer es importante para coger confianza de cara al partido del viernes en la Euroliga". Ese día está marcado en rojo por el Bilbao Basket y sus seguidores. "Será una jornada muy especial, una noche bonita ante un gran rival", señaló el nuevo dueño del espacio aéreo de Miribilla. Ya se echaba de menos alguien que pusiera un candado en la zona bilbaina. A la tercera puede ser la vencida.