Bilbao. EL hambre de baloncesto quedó saciado en el Bilbao Arena. El Bizkaia Bilbao Basket regaló a sus aficionados la primera victoria de calidad de la temporada y aparcó las dudas que pudo dejar la derrota en Alicante. El Real Madrid llegó con todas sus estrellas, con su nueva propuesta y, como hace casi cinco meses, tuvo que rendirse por segunda vez en sus ocho visitas ligueras a Bilbao. El público, en menor cantidad de la esperada porque la mayoría de los asientos ganados tras la última ampliación del recinto de Miribilla estuvieron vacíos, estuvo en cambio muy metido y tiró de los suyos en los momentos difíciles, que acabaron siendo unos cuantos después de un inicio espectacular de su equipo.

La gente quería ver a su equipo, pero también a Raúl López, que aún no había podido debutar con la camiseta negra por culpa de una lesión muscular. Y lo cierto el junior de oro dejó apuntes muy esperanzadores de lo que puede ofrecer un jugador al que solo los percances físicos le convierten en cuestionable para aquellos que no atienden a la enorme calidad que posee. Su primera aparición llegó muy pronto. Tuvo que salir cuando solo habían pasado 4 minutos y 18 segundos por las tempranas dos faltas de Jackson. El marcador señalaba un elocuente 14-2 que el base de Vic hizo durar en sus primeros minutos oficiales como jugador del Bizkaia Bilbao Basket.

Raúl López dirigió con su clarividencia de siempre y anotó tres triples con los que castigó la contemplativa defensa del Real Madrid en ese rato. La primera rotación del base catalán supuso una inyección de aire fresco por lo fácil que lo hizo. Se retiró tras casi diez minutos en y tuvo que volver para cerrar la primera parte.

exigencia física Claro que después notó el desgaste físico ya que su nueva presencia tras el descanso no fue tan buena. Katsikaris recurrió a él para desatascar al equipo ante la zona que puso el Real Madrid, pero no resultó. Una falta en ataque, tres tiros libres cedidos a Llull y vuelta al banquillo, aunque hubo tiempo para volver a recurrir a él en el agónico tramo final donde Raúl López sumó dos tiros libres que ayudaron a amarrar la victoria.

Fueron al final 13 minutos y 30 segundos satisfactorios, aunque seguro que el jugador siente que puede dar más en cuanto adquiera su mejor condición física. "Ahora solo está al 50%. Imaginad cuando esté al 100%, aunque con que esté al 80% ya me sirve", confesó Fotis Katsikaris, que sabe que cuenta con dos bases de garantías con los que "cerrar muy bien los partidos". Y con un tercero ya que Josh Fisher ha entendido su papel y ayer también tuvo que jugar para que la rotación no perdiera fuerza: "Puede aprender mucho de Raúl y lo está haciendo".

Un poco más tarde que Raúl López apareció en cancha Oliver Stevic, el otro jugador que se presentaba ayer ante el Bilbao Arena. El serbio estuvo mucho más discreto que en Alicante, algo lógico ya que delante tenía mucha más calidad. Bregó, pero en ocasiones se hizo pequeño ante las torres madridistas. En todo caso, Stevic también sabe para qué ha llegado y sus minutos permiten que otros jugadores cojan aire.

La última novedad, relativa, fue la de Tomas Hampl, que ayer añadió tres a los treinta minutos que había jugado hasta ahora en la ACB. Todos sumaron al final para lograr uno de los triunfos más deseados, el primero de los muchos que se esperan esta temporada.