El Athletic sumó en su visita al Martínez Valero en un encuentro en el que el Elche fue superior a los leones en juego y que retrató las debilidades de un conjunto rojiblanco que careció de argumentos creíbles para batir la portería de un Iñaki Peña que tuvo una tarde más placentera de lo que esperaba.

Lo mejor: Mantener la portería a cero gracias a un certero Unai Simón

El Athletic se presentó en el Martínez Valero reanimado gracias a su victoria sobre el Mallorca que ponía fin a su pésima racha de seis encuentros consecutivos sin ganar, lo que había generado una especie de estrés, y supuestamente también refrescado al cargar pilas durante el segundo parón competitivo en lo que va recorrido de curso. Sin embargo, no hubo rastro alguno de la mejoría que se intuía y que alentaba el regreso de pesos pesados del equipo, por lo que el único buen sabor de boca que deja la visita al Elche de Eder Sarabia y Álvaro Núñez lo aporta el dato de que el conjunto rojiblanco mantuvo la puerta a cero, una situación que se produce por segunda ocasión después de la primera que se remonta al encuentro de liga en San Mamés frente al Rayo.

Una plusvalía que llevó la firma de Unai Simón, que puso el candado y sacó del apuro a sus compañeros, especialmente a los de la línea defensiva, que no tuvieron precisamente su mejor día. En un escenario de debilidades colectivas, el de Murgia proyectó su mejor repertorio con intervenciones decisivas, como la que ofreció a los 21 minutos en un duro disparo de Rafa Mir que había ganado un duelo a Aymeric Laporte, repitió en otro golpeo ejecutado con mala leche por André Silva tras un grueso erro de Jesús Areso en la salida de balón y en una última de Mendoza tras un desajuste de Dani Vivian. Unai Simón blindó el punto administrativo que da un 0-0 en un partido que también regaló en clave positiva los detalles de Alejandro Rego en sus 25 minutos en el verde.

Lo peor: Un solo disparo a puerta… y en el minuto 92

El Athletic ratificó en su comparecencia en Elche los problemas que asoma este temporada a la hora de ver puerta, un déficit que se explica en su no numerosa nómina de ocasiones claras de gol y en la carencia de un goleador nato. El hecho de que ninguno de sus futbolistas haya sido capaz de firmar más de una diana dice mucho de un problema que debe empezar a preocupar de cara al futuro inmediato, sobre todo con la Champions a la vuelta de la esquina con el trascendental duelo del miércoles en San Mamés frente al Qarabag azerí, y debe inquietar aún más que los leones solo dispararan una sola vez a los tres palos de la meta defendida por Iñaki Peña. Un único lanzamiento que lo protagonizó Alex Berenguer a los ¡92 minutos! de juego, con la incredulidad que ello genera en el entorno athleticzale, que precisamente no se quedó satisfecho con lo presenciado en el Martínez Valero.

Un partido en que las malas sensaciones las ofrecieron también algunos futbolistas, como el caso de Oihan Sancet, que está muy lejos del nivel ofrecido antaño. El de Mendillori, del que se dice que pone la diferencia en el ofensivo, no da señales y no hace más que desacreditar esos galones que se le ha adjudicado; y ayer volvió a ser una sombra de que lo él se espera, por mucho que algunos puedan alegar que haya estado tres semanas en el dique seco. Una excusa que la desactiva Alex Berenguer, que retornó un mes después y él sí aseó su partido, aunque tampoco fuera su mejor partido. Sancet apenas apareció, Robert Navarro, excelso en el partido anterior frente al Mallorca, se convirtió en una bicoca para Álvaro Núñez, un viejo conocido en Lezama; Iñaki Williams falla más de la cuenta y así en los supuestos de otros jugadores que deben dar un paso adelante y no lo dieron en un encuentro en el que Eder Sarabia también superó en la pizarra a Ernesto Valverde. El alumno pudo con el profesor.