Iñaki Williams se lamenta de una ocasión fallada.Efe
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El Athletic despertó anoche del sueño que arrancó allá por el mes de octubre. Tuvo que ser en el Metropolitano, tuvo que ser el Atlético de Madrid, que se acostó como líder, quien se encargase de pinchar esa confortable nube de quince jornadas consecutivas sin conocer la derrota. Y, cómo no, el revés se materializó por la mínima, al igual que sucediera en el enfrentamiento celebrado en San Mamés. Las victorias ajustadas son una de las especialidades del conjunto de Simeone, que exprime al máximo la colección de recursos que guarda en el banquillo para sentenciar. Una acción aislada del recién ingresado Julián Álvarez rompió un choque nivelado, donde la suerte se convirtió asimismo en un factor determinante, toda vez que se negó a premiar el esfuerzo de los hombres de Valverde, que en tres oportunidades estrellaron sus remates en la madera de la portería de Oblak en el último tramo.
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Solo por esta cuestión bastaría para considerar que el resultado no reflejó con ecuanimidad los méritos de los contendientes. Tres ocasiones tan nítidas cuando el Athletic se lanzó en pos del empate e hizo recular y resguardarse en su área al anfitrión, se antoja suficiente bagaje para aspirar con legitimidad a premio, como mínimo a un punto. Pero el infortunio penalizó la postrera reacción. Prados e Iñaki Williams, por dos veces, acariciaron la recompensa. Con el marcador en contra, el Athletic logró meter el miedo en el cuerpo al Atlético y poner de los nervios a su técnico, que volvió a brindar un insoportable alarde de gestualidad en la banda, prácticamente a pie de campo, como si estuviera poseído.
El reparto de puntos hubiese sido un colofón más acorde al intenso combate librado. No se apreció una superioridad nítida por parte de ninguno, hubo alternativas y una concienzuda laboriosidad que apenas dejó margen para el lucimiento. Fue un duelo de dos conjuntos bien armados, disciplinados y poderosos que presagiaba un veredicto de combate nulo o a lo sumo, el que se produjo, un gol de margen. Y cuando el asunto se plantea en estos términos, los colchoneros optan con mayor motivo a salir vencedores. Su nómina de piezas determinantes resulta superior a la del Athletic. En ese punto no hay posibilidad de equiparación. Este sábado volvió a comprobarse.
El respeto mutuo condicionó desde el inicio el desarrollo del juego, lo cual dejó flotando una permanente sensación de equilibrio apenas alterada por acciones sueltas, no demasiadas en las áreas. El detalle más llamativo del once rojiblanco fue la ausencia de un ariete específico. Maroan y Guruzeta empezaron en el banquillo siendo Berenguer el hombre más avanzado. Mencionar asimismo el regreso de Galarreta a la titularidad después de un mes largo. Cinco novedades en total respecto a la jornada previa, las mismas que en la pizarra de Simeone, que tuvo cita copera entre semana.
En general, prevaleció la convicción de ambos equipos de que lo prioritario era tener al rival bajo control sobre el atrevimiento. Cada cual aferrado a su estilo se dedicó a mantener el orden, a no despistarse en el aspecto posicional y tratar de rentabilizar las escasas acciones aisladas que el disciplinado comportamiento de unos y otros permitía. Sin asumir riesgos, por si acaso. Salvo un ratito cerca del descanso en que la cosa se aceleró y pudo pensarse que, después de tanto rigor táctico, los jugadores tenían ganas de marcha, el interés radicó en saber hasta cuándo serían capaces de mantener el pulso en lo más alto, sin realizar concesiones.
En realidad, hubo algunos resquicios por los que pudo colarse el gol. Los más evidentes, en el comienzo: un cabezazo a bocajarro de Le Normand que se marchó alto y un mano a mano de Iñaki Williams y Oblak, nacido de un robo y pase filtrado a cargo de Vivian, muy bien resuelto por el portero en su salida. Acciones que no fueron premonitorias, pues en adelante mandaron las defensas, costó ver oportunidades claras. Llegadas, varias: un doble remate de Galarreta repelido por los centrales, una anticipación de Yeray a Griezmann, que esperaba el pase de la muerte en el área chica, un disparo al lateral de la red de Iñaki Williams en una veloz salida de Berenguer que él mismo ralentizó en exceso y un cabezazo picado de Sorloth que halló a Vivian en su camino a portería.
En suma, intercambio de golpes un tanto contenido. Nadie lograba imponerse en el manejo. El Athletic entró mejor al partido, luego el Atlético estuvo más cómodo un rato, pero se diría que preferían ir desgastándose mutuamente y dejar la resolución para el segundo acto. A la vuelta del descanso, de nuevo era el Athletic quien transmitía sensaciones más sugerentes, pero la profundidad brillaba por su ausencia.
Así que Simeone quiso agitar el juego con cuatro cambios en torno a la hora. En mitad de los mismos, Gorosabel sirvió raso y Berenguer malgastó un chut propicio para marcar, le salió demasiado centrado y flojo. Seguido, probó Jauregizar, con menos puntería. Pero eran detalles que justificaban la operación de refresco impulsada por el entrenador local. Qué decir cuando en la primera pelota que tuvo, Julián Álvarez, superó a un Simón vendido tras recibir un pase al espacio con los centrales mal perfilados.
La sentencia rondó al Athletic en un error grueso de Jauregizar que Correa, otro depredador, malgastó. Pero justo ahí viró el rumbo del encuentro. En apenas cinco minutos, la portería de Oblak escupió los tres intentos ya citados, de cabeza Prados y con su derecha de volea en la misma jugada Iñaki Williams y luego en una falta sacada en corto que Molina desvió dejando al meta con el molde. Prados y Guruzeta, con sendos remates dentro del área, menos claros, volvieron a merodear el gol. Pero no hubo manera. Y el Atlético tiró de oficio para certificar lo bien que se maneja en las distancias cortas.
ATLÉTICO: Oblak; Molina, Le Normand, Lenglet, Galán; Giuliano (Min. 58, Marcos Llorente), De Paul, Barrios (Min. 67, Giménez), Lino (Min. 58, Gallagher); Griezmann (Min. 62, Correa) y Sorloth (Min. 58, Julián Alvarez).
ATHLETIC: Unai Simón; Gorosabel (Min. 77, De Marcos), Vivian, Yeray, Yuri; Galarreta (Min. 63, Prados), Jauregizar (Min. 81, Vesga); Iñaki Williams, Berenguer (Min. 77, Maroan) y Nico Williams.
Goles: 1-0: Min. 66; Julián Alvarez.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó con tarjeta amarilla al local Sorloth y a los visitantes Galarreta, Gorosabel y Yeray.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo sexta jornada de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio Metropolitano ante 63.810 espectadores, según datos oficiales.