El Athletic ganó el trofeo Euskal Herria Txapela con absoluto merecimiento. Ofreció una versión muy convincente el equipo de Ernesto Valverde. Sólido e incisivo, gobernó el partido prácticamente en su totalidad. Puede afirmarse que no concedió la más mínima opción a Osasuna de opositar a la victoria, si se exceptúa el lance con el Rubén García igualó el gol de Djaló. Un breve paréntesis en una tónica condicionada por la seriedad de los rojiblancos, seguros de lo que hacían, deseosos de plasmar sus cualidades. El vistoso gol de Iñaki Williams que decantó el derbi en el segundo tiempo estableció una diferencia exigua si se repara en el rendimiento de unos y otros.

La cita dejó flotando la sensación de que el Athletic se encuentra bastante avanzado en su puesta a punto, mientras que de Osasuna solo cabe decir lo contrario. Al menos, en la tarde de este sábado no hubo color entre los contendientes. Uno se manejó con soltura y ambición, equilibrado y punzante. Ninguna de estas virtudes asomó en las filas navarras, sometidas al dictado de la tensión que presidió el quehacer del Athletic, siempre enfocado a no regalar ni un balón y a crear peligro.

Valverde escogió una formación con cuatro novedades respecto a la que utilizó frente al Sporting de Portugal, la cita más compleja hasta la fecha. De Marcos y Paredes, que se estrenaron dos días antes en Las Llanas, suplieron a Gorosabel y Lekue; además, Herrera relevó a Jauregizar y Djaló entró por Guruzeta, descartado para la ocasión tras haber tomado parte en todos los ensayos. Un once bastante similar a algunos vistos en jornadas ligueras de la pasada campaña, salvo por el concurso de Padilla y el recién llegado Djaló. Vicente Moreno se decantó asimismo por una alineación reconocible. Introdujo varias modificaciones sobre la que hace escasos días derrotó a la Real con dos goles de Budimir, pero hubo una generosa presencia de hombres que aspiran a la titularidad en el esquema del sucesor de Jagoba Arrasate.

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En imágenes: la afición del Athletic tiñe Lasesarre de rojiblanco Oskar González

La posición de Djaló como pieza más avanzada suscitaba cierta curiosidad y la expectativa se vio satisfecha. Habituado a alternar en todos los puestos de ataque, este sábado tenía que batallar con dos torres, Catena y Herrando. Algún recado se llevó, pero aprovechó su movilidad para generar inquietud y además volvió a poner de manifiesto que no es de los que se lo piensa cuando intuye la posibilidad de rematar. Probó desde fuera del área y dentro de la misma exprimió su rapidez en espacios cortos para abrir el marcador.

El gol se gestó en una acción muy ligada, con intervención de media docena de jugadores. En última instancia, Sancet sirvió al espacio y allí Prados acertó a dar un pase raso hacia atrás que Djaló, previo control, convirtió con un violento chut, imposible para Aitor Fernández. Era la recompensa al buen fútbol realizado desde el pitido inicial. Tocó bien el Athletic y se movió mejor, estuvo atento para abreviar los turnos de Osasuna y siempre trató de abastecer a sus delanteros. Osasuna quedó a merced de la dinámica propuesta y prácticamente no dio señales de inconformismo. Se limitaron los navarros a aguantar y poco más.

Sin embargo, la felicidad rojiblanca duró un suspiro. Con el 1-0, por fin Osasuna se decidió a adelantar líneas y un centro templado por Moncayola le dio a Rubén García margen para cabecear a placer. La ausencia de reacción de defensas y portero explicaría la facilidad con la que el centrocampista anotó, pues pisaba el área chica sin oposición alguna. De inmediato, el Athletic recuperó el control de la situación y, quizás sin la fluidez mostrada antes, dominó claramente. Hasta que encadenó cuatro oportunidades en el tramo que conducía al descanso.

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En imágenes: así ha sido el homenaje a Mikel Balenziaga Oskar González

El asalto del Athletic nació de un centro cerrado de Djaló que el portero palmeó a córner. A continuación, probó suerte Sancet, con un derechazo duro que salió cerca del larguero. El siguiente rematador fue Iñaki Williams, que se fue solo gracias a un error de Bretones, incapaz de interceptar un pase largo de Yeray. El delantero quiso romper la pelota, pero tuvo el punto de mira muy desviado. El primer acto se cerró con un complicado toque de espuela de Yuri a saque de falta de Berenguer que no sorprendió a Aitor.

Para que no faltase de nada, poco antes de la hora de partido Yuri y Rubén Peña se enzarzaron, sin balón por medio. Ambos fueron amonestados y los técnicos pensaron que una ducha les vendría bien para bajar pulsaciones. Fueron relevados en un turno de cambios que trajo el regreso de Vesga. También ingresaron Gorosabel y Lekue en los laterales, así como Budimir y Arnaiz. Osasuna buscaba mayor profundidad, objetivo que sí halló el Athletic: Djaló avanzó por la izquierda y cedió a Williams que, tras girarse, colocó el balón en la escuadra opuesta. Perfecto.

Y el partido se aceleró. Osasuna quiso replicar, pero el Athletic se mantuvo concentrado para eludir sustos y dispuesto a ampliar la ventaja adquirida. La verticalidad de Berenguer, Djaló y Williams impedía que el rival se asentase, generaba sobresaltos constantes. El único lance inquietante para Padilla vino a balón parado y ni siquiera dio pie a un remate. Quien perseveró fue Djaló, autor de tres disparos, dos mal dirigidos y un tercero que exigió a Aitor. Estaba con hambre, en sintonía con sus compañeros.

ATHLETIC: Padilla; De Marcos (Min. 59, Gorosabel), Yeray, Paredes, Yuri (Min. 59, Lekue); Herrera (Min. 59, Vesga), Prados (Min. 84, Jauregizar); Iñaki Williams, Sancet (Min. 71, Unai Gómez), Berenguer (Min. 84, Martón); y Djaló.

OSASUNA: Aitor Fernández; Areso (Min. 80, Nacho Vidal), Catena, Herrando, Bretones (Min. 80, Juan Cruz); Muñoz, Torró; Rubén Peña (Min. 59, Arnaiz), Moncayola, Rubén García; y Raúl (Min. 59, Budimir).

Goles: 1-0: Min. 18; Djaló. 1-1: Min. 26; Rubén García. 2-1: Min. 65:; Iñaki Williams.

Árbitra: Olatz Rivera Olmedo (Comité Vizcaino). Mostró tarjeta amarilla a Yuri, del Athletic; y a Rubén Peña y Herrando, de Osasuna.

Incidencias: Final de la Euskal Herria Txapela, disputado en el campo de Lasesarre, en Barakaldo, ante unos 5.000 espectadores. Antes del partido se le tributó un homenaje a Mikel Balenziaga, recientemente retirado del fútbol profesional.