Ya saben aquello de que quien ríe último ríe mejor. Que se lo pregunten a Nico Williams, protagonista anoche en el Metropolitano de forma indeseada, cuando fue objeto de insultos racistas por parte de unos pocos aficionados del Atlético de Madrid. Un hecho despreciable que ya le tocó vivir a su hermano Iñaki en primera persona en el pasado en al menos dos ocasiones: en el campo del Sporting de Gijón y en el del Espanyol, y que sigue siendo una de las grandes lacras del fútbol, como pudo lamentar este sábado el pequeño de los Williams. De hermano a hermano, juntos en la lucha contra el racismo, curiosamente en una semana en la que han expuesto su compromiso social con una charla en San Mamés y que arrancó con ambos futbolistas mostrando su apoyo a los manteros de Bilbao.
Todo sucedió muy rápido. Pasada la media hora de juego, cuando Nico Williams se disponía a lanzar un córner en el fondo en el que se ubican los ultras del Atlético de Madrid, de marcada ideología ultraderechista, el futbolista del Athletic escuchó, tal y como desveló al término del encuentro, que varias personas le realizaban sonidos de mono. En ese mismo momento, Iñaki, su hermano, llamó la atención del colegiado, Juan Martínez Munuera, para que este detuviera el partido. Nico se detuvo junto al córner mientras interactuaba con el juez de línea principal y el árbitro se dirigió a la zona de los banquillos para dialogar con el delegado de campo.
Protocolo mal ejecutado
Martínez Munuera siguió el protocolo de manera correcta, llevó a cabo las indicaciones que figuraban en el mismo: hizo saber al delegado de campo la situación que había sufrido el menor de los Williams y aguardó a que desde la megafonía del Metropolitano se diera a conocer los lamentables hechos acontecidos antes de reanudar el partido. Claro que la buena ejecución del colegiado no tuvo refrendo en los responsables del Atlético de Madrid, que lejos de llevar a cabo correctamente el protocolo, se limitaron a llamar la atención por la megafonía por los “cánticos ofensivos”, cuando realmente debieron decir que se habían producido, tal y como denunció Nico, insultos racistas.
Lo que siguió a la reanudación del partido, que estuvo detenido en torno a tres minutos, fue un continuo señalamiento del Frente Atlético hacia ambos hermanos, con continuos silbidos hacia ambos cada vez que tocaban el balón.
Celebración con rabia
Y fue entonces cuando apareció la justicia poética, pues Nico Williams marcó el gol que ponía el empate momentáneo en el marcador y su celebración fue un gesto de pura reivindicación. Estiró el brazo izquierdo mientras señalaba su color de pie ante la grada en la que se ubican los miembros del Frente Atlético.
El Athletic salió rápido en defensa de su futbolista con el siguiente mensaje en redes sociales: “Nico Williams habla en el campo”. El Atlético de Madrid, en una semana en la que este periódico ha informado que intentó sin éxito que el Athletic le devolviera el importe de las entradas de los miembros del Frente Atlético que entraron casi en el descanso en el partido de vuelta de las semifinales de Copa, mostró su rechazo a lo vivido anoche en el Metropolitano: “El Atlético está en contra de cualquier acto de racismo o de odio”. Un mensaje lanzado también a través de las redes sociales.
Claro que el más contundente fue Nico Williams: “Espero que esos indeseables no vuelvan a entrar más en el campo”, dijo en alusión a quienes le insultaron con sonidos de mono. Al menos se desquitó con un gol. La justicia poética de Nico.