Un parón de la liga da mucho de sí. Para el Athletic, malo no ha sido, pues ganó en la jornada previa, además bien, lo cual siempre favorece un ambiente distendido. Y las dos semanas posteriores le han servido para recuperar a varios jugadores con mermas físicas, no a todos los que apuraban su rehabilitación. La parte menos amable de este paréntesis está conectada a su siguiente compromiso. Demasiado tiempo para darle vueltas a los antecedentes, a unas estadísticas deprimentes que se han desmenuzado de todas las maneras posibles. Más de dos décadas encadenando reveses ahogan cualquier atisbo de esperanza al rendir visita al Barcelona.

Ni el detalle de que se vaya a jugar en el Olímpico de Montjuic, no en el intimidante Camp Nou, despierta el optimismo, porque las experiencias vividas en este escenario circunstancial, frente al Espanyol, son igualmente negativas. Así que, si hay que guiarse exclusivamente por los datos, solo cabría aferrarse a que la combinación adversario-campo obre un milagro. Lo malo es que el balance como local de los de Xavi Hernández, pleno de victorias, cuatro de cuatro, tampoco sirve para elevar la moral.

En todo caso, el Athletic sí cuenta con un factor que sobre el papel elevaría el escaso porcentaje de opciones de éxito que el pronóstico le atribuye: las sensibles bajas que acumula su rival. Solo Balde y Lamine Yamal, que han estado los últimos días entre algodones, disponen del alta médica, mientras que Koundé, De Jong, Pedri, Sergi Roberto, Lewandowski y, casi seguro, Raphinha, se perderán el partido. En condiciones normales, al menos cinco de ellos son titulares.

Es decir, que mientras Valverde podría alinear a su once habitual, descontando a Vesga y a un Yeray recién operado que, la verdad, tampoco había participado con asiduidad, Xavi debe apoyarse en un grupo bastante reducido que en la próxima semana afrontará dos citas de altura, el miércoles en la Champions y el sábado contra el Real Madrid.

La expedición del Athletic coge el avión para Barcelona Athletic Club

Las apreturas ajenas, por sí mismas, no garantizan un resultado favorable, pero acaso faciliten la empresa si el Athletic ofrece un rendimiento consistente. En este tipo de cruces, al margen de que nadie se rasga las vestiduras por un mal resultado, se tiende a poner el acento en la importancia de extremar la eficacia en las dos áreas. Se presupone que Simón tendrá más trabajo que Ter Stegen, de modo que el índice de acierto, en un lado y en el otro del campo, es básico. Eludir concesiones y exprimir cada llegada. No existe una fórmula distinta que conduzca al éxito. El grado de inspiración azulgrana cuenta, cómo no, pero será determinante en función de la actitud del Athletic, de cómo gestionen los hombres de Valverde cada faceta del juego.

Vuelven a la lista Ruiz de Galarreta, Raúl García y Nolaskoain. El primero después de perderse tres encuentros. Su estado no será, por tanto, el ideal, si bien su aportación se reveló muy provechosa en el arranque de la temporada. Se desconocen las intenciones del entrenador, si le ve para actuar de inicio o si valora que la propuesta azulgrana, posesiones largas y permuta constante de posiciones en la zona ancha, le va a exigir en exceso y opta por incorporarlo sobre la marcha. La titularidad de Galarreta iría en detrimento de Herrera, quien empezó a tener minutos a raíz de que el eibarrés pasó a la enfermería.

Por lo demás, no cabe esperar variaciones, pese a que sea en citas así cuando salta la sorpresa: el año pasado en el Camp Nou, la novedad llevó el nombre de Zarraga, colocado como enlace con el ariete, donde nunca más jugó. Una línea media reforzada con tres elementos restando un delantero sería una alternativa, si bien sorprendería que Valverde retocase su dibujo habitual.

Por delante de Unai Simón, De Marcos y Yuri ocuparán los costados, quedando centrados Vivian y Paredes, para quienes no hay relevo inmediato. En la zona ancha, persiste la incógnita ya apuntada, Galarreta o Herrera y al lado Dani García, reforzado tras cuajar un partido muy completo que adornó con su estreno goleador en el club. Los hermanos Williams se perfilan como extremos, salvo que Valverde considere que Nico debe ir con calma a causa de las molestias musculares que le han mermado estos días. Entonces, se abriría una ventana para Berenguer o Muniain, en ese orden a tenor de lo que se viene observando. Hace tiempo que la banda izquierda dejó de ser una ubicación para el capitán. Sancet, en la franja central, y Guruzeta, más adelantado, completarían una formación muy reconocible. El equipo tipo a falta de Vesga.