EL Athletic abrirá la sexta jornada de liga ante el Alavés con el objetivo de adjudicarse la segunda victoria del curso a domicilio. Vencedor frente a Osasuna en El Sadar (0-2) en el primer derbi de la temporada, la tropa de Ernesto Valverde firmó un empate sin goles contra el Mallorca en Son Moix y tratará de doblegar en Mendizorrotza a un rival que proyecta dos caras bien distintas. Los problemas para actuar como visitante, con pleno de derrotas sin ver portería contra Cádiz (1-0), Getafe (1-0) y Rayo Vallecano (2-0) contrastan con la fortaleza mostrada en los dos primeros compromisos al calor de su afición. En casa, arropado por los suyos, ha sumado el conjunto gasteiztarra los seis puntos que colecciona en la clasificación al tumbar a Sevilla (4-3) y Valencia (1-0).

Dos rivales de postín, el primero de Champions League y el segundo con la capacidad suficiente para golear al Atlético el pasado sábado en Mestalla, han sufrido en sus propias carnes la versión más eficiente y convincente de un Alavés que, de vuelta a Primera División gracias al penalti convertido por Asier Villalibre en la final del play-off de ascenso, asoma en decimocuarta posición en la tabla con un balance de cinco goles a favor y siete en contra. En el cuarto escalón con cuatro puntos más y mejores registros a nivel ofensivo y defensivo figura el Athletic, consciente aun así de la dificultad que entrañará salir victorioso de un campo en el que se prevé una ardua batalla de principio a fin. El equipo dirigido por Luis García Plaza, quien cumple su segunda temporada al frente de los babazorros, apostará no en vano por un fútbol intenso, vertical y sujeto a continuos duelos individuales en los que buscará imponerse para sacar tajada de las segundas jugadas.

Cuenta para ello como principal referencia en ataque con Kike García, un maestro en la materia que ha caído de pie en Gasteiz. El exdelantero de Osasuna, con pasado también en el Eibar, se ha metido en el bolsillo a la afición del Alavés nada más llegar a un club en el que vuelve a ser capital tras su escaso protagonismo en Iruñea. Autor de un doblete contra el Sevilla en su primera aparición como local en Mendizorrotza, incluso fallando dos penaltis ante el Valencia salió ovacionado por la hinchada el veterano ariete nacido en Cuenca, un continuo incordio para los defensas gracias a su incansable trabajo en favor del colectivo.

Hábil también con el balón en los pies y cerca siempre del gol, Kike García es la punta de lanza de un Alavés que cuenta con un puñal en la banda izquierda. Luis Rioja, diez goles y cinco asistencias al término del pasado ejercicio en la categoría de plata, es la otra gran amenaza de un equipo que ha sufrido más de lo deseado en defensa. Lejos de mostrarse sólido en las cinco primeras jornadas del campeonato, el Alavés, con solo una portería a cero por las tres que suma el Athletic, ha evidenciado problemas atrás. Su guardameta Antonio Sivera, clave en el triunfo ante el Valencia con una salvadora intervención en un mano a mano con el joven Diego López, evitó que los gasteiztarras salieran goleados la pasada semana de Vallecas, donde realizó nueve paradas, cinco de ellas a disparos dentro del área.

Una mayor consistencia en el apartado defensivo busca así las cosas Luis García, quien no ha tardado en alzar la voz contra los arbitrajes. Un penalti no señalado sobre Jon Guridi en los compases finales del choque ante el Getafe y una polémica pena máxima decretada a favor del Rayo Vallecano por un tibio derribo sobre Álvaro García, acción que sirvió a los madrileños para adelantarse en el marcador, ha sido suficiente para que en Gasteiz se haya puesto ya el foco en los árbitros.

EL SELLO DE ZUBIETA

En hacer bien su trabajo deberá centrarse desde el pitido inicial el Athletic, que tendrá enfrente un rival con inconfundible aroma a Zubieta. De la Real Sociedad al Alavés se han movido hasta seis integrantes de la actual plantilla del cuadro gasteiztarra: Andoni Gorosabel, Ander Guevara, Jon Guridi, Xeber Alkain, Alex Sola y Jon Karrikaburu. Solo los dos últimos se encuentran cedidos en Mendizorrotza, donde el resto milita en propiedad de un Alavés que reaccionó a la grave lesión en pretemporada del joven atacante Giuliano Simeone con la incorporación como cedido del prometedor Samu Omorodion, revulsivo por el momento en un equipo de dos caras.