El mercado veraniego se cerró el viernes con dos incorporaciones en clave rojiblanca: Iñigo Ruiz de Galarreta y Javi Martón. Solo el primero, no obstante, permanece en la plantilla tras la cesión del ariete navarro al Mirandés de LaLiga Hypermotion con la opción de que Ibaigane recupere sus servicios en enero de forma unilateral. Como una “oportunidad de mercado” al quedar libre y dadas las dificultades de encontrar delanteros fuera de Lezama calificó la apuesta por Martón el director general de fútbol del Athletic, Mikel González, quien alabó la rápida adaptación de Ruiz de Galarreta en su regreso y desveló que fueron dos los objetivos que se marcó el club para reforzar el centro de la defensa tras la marcha de Iñigo Martínez.

Uno de ellos fue Aymeric Laporte, seducido finalmente por una mareante oferta económica del Al Nassr de Arabia Saudí. El otro, César Azpilicueta, quien a sus 34 años se decantó por el Atlético de Madrid el pasado 6 de julio después de finalizar su contrato en el Chelsea. No le nombró explícitamente Mikel González, pero desveló que “era un central que podía jugar también de lateral y que prefirió continuar compitiendo en un equipo de Champions antes que optar por la opción del Athletic”. Con risas respondió después el máximo responsable deportivo de la entidad rojiblanca a la pregunta directa de si se trataba del ahora jugador colchonero. Blanco y en botella.

Con suma claridad se refirió también Mikel González al caso de Laporte al explicar que el de Agen “tenía dos años más de contrato con el Manchester City y había que llegar a un acuerdo tanto con él como con su club. Como conocéis hay también mercados que irrumpen con mucha fuerza y que son capaces de pagar grandes cantidades de traspaso. Nosotros desde hace muchos meses trabajamos en ello y tanto el jugador como su entorno sabían perfectamente el esfuerzo que iba a hacer el Athletic, por lo que entendemos que hemos hecho todo lo posible y más y dejamos la puerta abierta a posibles nuevas opciones en el futuro”.

Jon Uriarte, por su parte, reconoció que llegó a comer con el propio Laporte en Manchester y se mostró convencido de que el central “estaría aquí si no hubiera aparecido el Al Nassr”.