Raúl García a punto estuvo el domingo, en el encuentro frente al Barcelona, de lograr el segundo tanto del Athletic en un córner en lo que va de liga. Solo unos pocos centímetros impidieron que el navarro superara a Marc-André ter Stegen. Corrió hacia el primer palo en busca del buen balón lanzado por Alex Berenguer y le ganó la breve carrera a Sergio Busquets, pero su cabezazo fue repelido por el larguero, para lamento de la afición, que no pudo celebrar el gol y se conformó con un sonoro ¡uy! Pese a lo cerca que se quedó de marcar, cada vez que el conjunto rojiblanco saca un córner o una falta peligrosa en las proximidades del área se percibe una sensación extraña en el ambiente, impensable en otra época, como de resignación; incluso ha habido algunos encuentros en los que se ha silbado el saque en corto de un córner. Y es que el Athletic está demostrando esta temporada una notable deficiencia en las acciones a balón parado; que le cuesta un mundo marcar en ese tipo de jugadas es un hecho.

Consumidos ya prácticamente dos tercios de la temporada, con 25 jornadas de liga disputadas y solo trece por delante, el conjunto que dirige Ernesto Valverde únicamente ha anotado cinco de los 33 goles que figuran en su haber en jugadas a balón parado. El margen de mejora en este apartado, un arma súper útil para desequilibrar encuentros cerrados, trabados, es más que evidente. Que el equipo no está sabiendo sacar provecho de ella, también.

Esos cinco tantos se desgranan de la siguiente manera: dos de penalti, frente al Elche y el Almería, con Oihan Sancet y Mikel Vesga como lanzadores; otros tantos de falta, contra el Valladolid y el Cádiz, en los que Dani Vivian y Yeray Álvarez cabecearon al fondo de la red dos muy buenos centros de Iker Muniain; y un último de Yuri Berchiche, que se sacó un potente y medido disparo desde la frontal del área frente al Girona tras un córner jugado en corto.

De haber entrado, el testarazo de Raúl García frente al Barcelona habría supuesto el primer gol de córner del curso en un saque directo, pero ese es un melón que aún está por abrir. ¿Será frente al Valladolid, ante el Getafe tras el parón o se están guardando para marcar contra Osasuna en la vuelta de las semifinales de Copa? Como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena.

La prolongada ausencia de Iñigo Martínez, inédito en los tres primeros meses del año por lesión, y que el curso pasado anotó tres goles en liga en jugadas a balón parado, seguro que tampoco ha ayudado. Al menos, este curso ha vuelto a asomar Yeray en la parcela realizadora, un futbolista que no se estrenó como goleador hasta la temporada 2020-21, su quinta como león. Desde entonces ha marcado tres tantos, uno por campaña, si bien en la pasada su tanto fue en la Supercopa.

Así las cosas, los cinco goles anotados en liga en jugadas a balón parado, sobre un total de 33, suponen únicamente el 15%. Unos datos que han obligado al equipo que dirige Valverde a explorar otras muchas vías para marcar: bien en recuperaciones cerca del área rival, en transiciones rápidas hacia la portería contraria o en jugadas más elaboradas.

ono de cada tres

La pasada campaña, la única que dirigió al completo Marcelino García Toral, que llegó al banquillo de San Mamés en enero de 2021, los tantos marcados en jugadas a balón parado supusieron un porcentaje mucho mayor sobre el total de goles anotados. En concreto, uno de cada tres llegaron en este tipo de acciones. Concluida la liga, los leones lograron 43 goles, de los que 15 (35%) fueron a balón parado.

Siete de ellos fueron de córner, bien en lanzamientos directos al área o con saques en corto. Los goles en ese tipo de jugadas los firmaron Iñigo Martínez, Dani Vivian, Raúl García, Alex Berenguer y Oihan Sancet. Cuatro fueron de falta, con protagonismo para Iker Muniain, que marcó de lanzamiento directo en el derbi frente a la Real Sociedad en Anoeta, donde contó con la inestimable ayuda de Alex Remiro, Vivian, Iñigo y Pathé Ciss, del Rayo, que se marcó en propia. Y los cuatro restantes, de penalti, lanzados por Muniain, que anotó dos, uno de ellos tras acertar en el rechace tras fallar en primera instancia, Oier Zarraga e Iñaki Williams.

En la comparativa entre las 25 primeras jornadas del curso pasado y el actual, la diferencia es considerable. Si ahora solo se han marcado cinco (15%), con el técnico asturiano se lograron once (38%).

No es menos cierto que este Athletic es más goleador, a estas alturas de liga suma cuatro más que hace un año, pero seguro que entre el blanco y el negro hay un término medio, un equilibrio que este curso habría permitido al Athletic obtener algún punto más. Su deficiencia a balón parado es palpable.