El Athletic No se han cumplido ni veinte días desde que los jugadores marcharon de vacaciones tras el cierre de la competición, y aún se desconoce la fecha de su regreso a la actividad para preparar la siguiente temporada, aunque se prevé que caerá en la primera semana de julio. En mitad de este paréntesis, la atención está puesta en las elecciones del club, pero sea cual sea su desenlace está asegurado que el primer equipo iniciará los entrenamientos con un considerable exceso de personal.

No es nuevo y podría afirmarse que hasta cierto punto es normal que ocurra. De un lado, pese a que lleve un lustro sin participar en torneos continentales, un extra en el calendario que aconseja disponer de un grupo amplio, el Athletic no va corto de mimbres. Luego, hay un cupo de futbolistas que vuelven tras foguearse en calidad de cedidos y otro de jóvenes con opciones de saltar desde el filial, al menos para probarse con los mayores durante el verano. La suma de todo ello y el hecho de que no estén previstas bajas, salvo acaso la de Capa, el único que finaliza contrato el día 30, dispara el número de hombres que coincidirá en Lezama para ponerse a las órdenes del entrenador, sea el que sea.

Por tanto, lo más probable será que en breve se asista a una coyuntura idéntica o muy similar a la que se vivió doce meses atrás. Entonces, llegaron a juntarse hasta 33 elementos, a pesar de que Marcelino García había advertido en mayo que le bastaba con 25, cifra que incluía tres porteros, para encarar la liga. Solo hubo dos salidas previas al inicio de la pretemporada: Herrerín, cuyo vínculo había concluido, e Iñigo Vicente, que aceptó irse por segunda vez cedido al Mirandés. Luego, irían desfilando aquellos que el técnico había señalado como prescindibles, como fruto de una serie de operaciones donde el Athletic dejó bastante pluma, léase dinero. Los Ibai, Kodro, Córdoba y Unai López, a los que más adelante se agregarían Morcillo y Nolaskoain.

Lo cierto es que a lo largo de la campaña 2021-22 intervinieron hasta 27 jugadores, varios de forma casi testimonial o sin casi, y hubo uno más, Jokin Ezkieta que permaneció inédito aunque su nombre figuró en muchas convocatorias. Precisamente el portero navarro pudiera convertirse en uno de los que dejase la disciplina rojiblanca, pues a su edad querrá sumar partidos, empresa complicada si elige agotar su último año de contrato en Bilbao. Su caso y el de Capa aparecen en principio como descartes probables después de que la directiva de Aitor Elizegi decidiese ampliar los contratos de todos los veteranos del vestuario: Raúl García, Balenziaga, De Marcos, Dani García o Yuri Berchiche.

posibles altas

Todavía es muy prematuro citar a nadie en el capítulo de presumibles incorporaciones, que alguna habrá, al bloque de 23 jugadores que acaparó prácticamente la totalidad de los minutos de competición en el pasado curso. No es un tema para abordar ahora que la identidad del próximo responsable y sus preferencias constituyen una incógnita absoluta. No obstante, si se parte de la premisa de que la plantilla tal cual se encuentra diseñada es muy extensa, parece razonable plantear que para que se registren entradas, antes deberán concretarse salidas. De lo contrario, la nómina será ingobernable por su dimensión, circunstancia que nunca es del agrado del entrenador.

Hombre, sí se puede apuntar que la aspiración a hacerse un hueco supone el denominador común del quinteto de cedidos que vuelve a casa. Y de varios es posible decir que han sacado provecho de sus experiencias fuera de Lezama. En este supuesto acaso no quepa citar a Morcillo, sin apenas margen para acumular minutos en el recién ascendido Valladolid. Sin embargo Córdoba, competencia directa del anterior, se ha revitalizado en Holanda, una liga menor se dirá, pero militando en un club modesto ha firmado registros notables, especialmente en el gol, faceta en la que nunca se había prodigado. También Vicente, alternativa a ocupar la demarcación de Morcillo y Córdoba, al igual que dos años atrás ha dejado el sello de su visión y recursos técnicos en Segunda.

Con la misma camiseta que el anterior, Imanol García de Albéniz ha completado una buena campaña y lucido una presencia considerable, por más que Marcelino opinase que no llega a la altura de los laterales zurdos que él dirigía, Yuri y Balenziaga. Y, por último, Nolaskoain que ha podido rodarse en el Amorebieta después de una prolongada inactividad y aporta el plus de su versatilidad para ser medio o central.

Estos cinco, como Artola, Serrano o Petxarroman, que se han tenido que conformar con picotear minutos en su primera toma de contacto con la máxima categoría, o Prados y Paredes, ambos reclutados en la anterior pretemporada, así como otros chavales del Bilbao Athletic que habrán cumplido las expectativas en ellos depositadas, afloran como alternativas de cara al corto o medio plazo.

No es cuestión de especular con la cifra exacta de futbolistas que correteará y efectuará rondos en las sesiones previstas para el comienzo de julio, aunque a bote pronto, sin necesidad de apurar, salen del orden de los 35. Muchísimos para facilitar la tarea de coger la forma y sobre todo de adaptarse a los criterios o la concepción del juego que se vayan a desarrollar en los meses venideros. Y aplicar medidas drásticas destinadas a rebajar de antemano ese número, aparte de complicado, carece de sentido cuando lo que se busca es componer la plantilla más potente y del gusto del técnico. El que sea.