Estaba previsto que Vinicius, Rodrygo, Casemiro y Militao, los cuatro internacionales brasileños del Real Madrid concentrados con su selección, ya clasificada para el Mundial de Qatar, regresaran en vuelo chárter a la capital estatal el próximo miércoles nada más concluir el choque que la canarinha tiene programado contra Paraguay en Belo Horizonte en la madrugada del martes al mismo miércoles.

El objetivo inicial del club blanco era que, a la carrera y sobre la bocina, pudieran estar disponibles para disputar el jueves el cruce de cuartos de final de Copa a partido único frente al Athletic en San Mamés. Solo una expulsión o una amonestación que acarreara sanción en el desarrollo del encuentro de anoche contra Ecuador en Quito podía variar el citado plan y aliviar las urgencias del Real Madrid. Y se dio la segunda premisa.

El central Eder Militao, que disputó los noventa minutos al igual que Casemiro, autor del gol de Brasil en el empate (1-1) registrado en un tenso envite en el que Vinicius sumó 63 minutos en las piernas sin que Rodrygo se sentara siquiera en el banquillo, fue amonestado al filo del descanso y no podrá jugar por acumulación de tarjetas ante Paraguay. Se espera, por tanto, que la selección brasileña le libere antes que al resto de sus compañeros y pueda regresar a Madrid en los próximos días con el tiempo suficiente para preparar la crucial cita copera en San Mamés.

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La nota curiosa del Ecuador-Brasil la protagonizó el guardameta carioca Alisson Becker, que se convirtió en el primer futbolista en ser expulsado dos veces en un mismo partido y en ser readmitido en ambas ocasiones después de que el colegiado revisara sendas acciones con la ayuda del VAR.

VALVERDE, CON URUGUAY

Contra Paraguay, próximo rival de los brasileños, entró en acción también anoche el madridista Fede Valverde, quien disputó 89 minutos en la victoria por la mínima de Uruguay a domicilio gracias a un gol de Luis Suárez. Su presencia en San Mamés, al volver a jugar en la madrugada del martes al miércoles y no asomar un plan especial en su caso, se antoja más complicada que la de los internacionales brasileños.