L Athletic tiene un talismán en la figura de Dani Vivian (Gasteiz, 5-VII-1999)... ¿o algo más? Al joven central le llueven los halagos en su primera temporada en la élite, a donde ha llegado tras firmar una notable campaña en Segunda División en las filas del Mirandés. Cerca de casa, en un club humilde con aspiraciones de salvación, Vivian se convirtió desde el primer día en uno de los líderes del vestuario. Por él apostó con fuerza Chema Aragón, director deportivo del Mirandés, quien ya le quiso cedido en la temporada 2019-20, en la que la pandemia y una lesión de espalda le impidieron jugar todo lo que le hubiera gustado. No le importó a Aragón, que volvió a insistir en él. Además, sus compañeros le confiaron la capitanía del equipo a pesar de que se plantó en Miranda de Ebro con 21 años recién cumplidos y él aceptó tamaña responsabilidad sin rechistar. Hoy, año y medio después de su cesión al conjunto burgalés, brilla en el Athletic, donde está haciendo méritos más que suficientes para cuestionarle el puesto a Yeray Álvarez, cuya dupla con Iñigo Martínez parecía inamovible hace no demasiado tiempo. Por si fuera poco, Vivian no conoce la derrota en los doce encuentros que ha disputado como león, con un balance de siete victorias y cinco empates. Es, pues, más que un talismán.

Y lo es por su desempeño sobre el verde. En la docena de partidos en los que se ha enfundado la elástica rojiblanca ha mostrado su solvencia en el juego aéreo, su contundencia y su concentración; pero, por encima de todo, ha demostrado que conoce sus limitaciones. Saber qué debe y qué no debe hacer en cada momento es uno de sus puntos fuertes. Ha cometido fallos, como es lógico, y los seguirá teniendo, pues es un recién llegado a la élite y muy joven aún, pero en términos generales ha compensando de largo con sus buenas prestaciones.

Una notable pretemporada y los problemas de rodilla de Yeray le abrieron las puertas de la titularidad. Si bien en un principio podía imaginarse que partía como el cuarto central en el orden de preferencias del técnico, pues era el recién llegado y el único de los cuatro -Iñigo Martínez, Yeray y Unai Nuñez, además del protagonista- sin experiencia en la élite, se ganó la confianza de Marcelino García Toral y jugó de titular ante el Elche en el primer partido del curso.

Después, sin apenas tiempo para asimilar su debut llegaron los encuentros contra el Barcelona, el Celta, el Mallorca -choque en el que se estrenó como goleador, de cabeza, cómo no-, y el Atlético de Madrid. Descansó frente al Rayo Vallecano en una jornada intersemanal en la que el técnico realizó numerosas rotaciones, y enlazó después tres encuentros más -Valencia, Alavés y Villarreal- antes de caer lesionado frente al Espanyol en un encuentro que si bien no iba a jugar tuvo que ser de la partido debido a unos problemas estomacales de Iñigo Martínez.

“Sufre una lesión importante”, avanzó Marcelino, quien pudo contar con el joven zaguero desde aquel 26 de octubre y hasta la llegada del nuevo año. El día de Reyes, tras 72 días parado, volvió a vestirse de corto en Mancha Real. Fue suplente en la Supercopa, pero unos nuevos problemas físicos de Yeray le permitieron enfrentarse al Barcelona en Copa y el Rayo en liga, citas en las que ha ofrecido un rendimiento sobresaliente.

bendito problema

Así las cosas, y suponiendo que Yeray se recupere a tiempo y esté disponible para el choque de cuartos de final contra el Real Madrid, que será el próximo reto del Athletic y para el que restan nueve días, Marcelino tiene un problema. Bendito problema, eso sí. Tendrá que decidir entre uno y otro para acompañar a Iñigo, el único que parece indiscutible de los cuatro. Deberá pensar y masticar su decisión el técnico asturiano. A favor de Vivian juega el gran rendimiento que ha ofrecido tras salir de lesión y que aún no ha visto ninguna cartulina amarilla en doce encuentros; a favor de Yeray, su veteranía, sin obviar el buen nivel exhibido también. No será fácil. Y quizá tampoco deba pasarse por alto que con Vivian el Athletic no conoce la derrota. Eso sí, es algo más que un talismán.

Vivian arrancó el curso como titular, pero una lesión muscular producida a finales de octubre le mantuvo parado 72 días

Además de que aún no ha perdido ningún encuentro como león, tampoco ha visto ninguna amarilla en esos doce partidos