La carrera profesional de Óscar de Marcos (Biasteri, 14 de abril de 1989) no se puede explicar sin mencionar a la Supercopa. Es su competición fetiche. El segundo capitán del Athletic vive una especie de segunda juventud, aunque es consciente de que la presente puede ser su última campaña en activo. Él tendrá la última palabra en función de la sensaciones que maneje en clave personal durante las próximas semanas. A la espera de tomar su decisión, De Marcos, amante de la música, bien que podría entonar la letra de una de las canciones de Fito, uno de sus referentes: Mi barco es de papel, pero saldré a navegar... El alavés emprendió ayer martes viaje, junto al resto de la expedición rojiblanca a Riyadh, capital de Arabia Saudí, con el equipaje repleto de ilusión y con el objetivo de reeditar el título que el colectivo de Marcelino conquistó contra pronóstico en La Cartuja doce meses atrás. De Marcos fue partícipe de aquel éxito y volverá a tener protagonismo de nuevo mañana jueves en la semifinal que los leones competirán frente al Atlético de Madrid y en la que buscarán el billete a la finalísima, donde les esperaría el ganador de la primera semifinal de hoy miércoles, Real Madrid o Barcelona.

Las emociones se acumulan para el de Biasteri, que entra en el Top-10 de partidos oficiales disputados (440) en la historia de la entidad bilbaina. Es un dato que retrata su trayectoria como león, que comenzó el 6 de agosto de 2009 en una calurosa noche veraniega en Berna, cuando jugó sus primeros 80 minutos en aquel encuentro de vuelta de la eliminatoria de Europa League frente al Young Boys suizo. Diez días después, disfrutó de su estreno en el viejo San Mamés, cuando prácticamente aún era un desconocido para gran parte de la parroquia athleticzale. Aquella presentación en sociedad tuvo lugar en el duelo de ida de la Supercopa, competición que le marcó a las primeras de cambio, frente al Barcelona, al equipo al que más ocasiones se ha enfrentado. No en vano, en ese duelo convirtió el primero de los 35 goles que lucen en su palmarés. Supuso el 1-0 provisional, pero el conjunto azulgrana remontó el resultado por medio de Xavi, actual técnico de los culés, y Pedro, hoy en día en las filas de la Lazio. De Marcos se llevó todo un alegrón en el plano íntimo, pero lo que no podría intuir es que, con el paso del tiempo, se erigiera en el futbolista que más partidos haya disputado como rojiblanco en la Supercopa, en la que ha sumado los dos únicos títulos logrados por el club desde el doblete de Liga y Copa en 1984.

De Marcos ha participado en cinco de los seis últimos partidos recorridos por el Athletic en esta competición, uno más de los que suman los ya retirados Carlos Gurpegi y Gorka Iraizoz (este jugó uno más en las filas del Espanyol), y Mikel Balenziaga, que supuestamente engordará mañana ante el Atlético sus estadísticas, y dos más que el exleón Markel Susaeta y el mismo Iñigo Lekue, que también tiene opciones de jugar ante el cuadro colchonero. El segundo capitán, sin embargo, es el único que ha completado todos los minutos de los cuatro partidos que han generado estos dos títulos de la Supercopa para el Athletic y solo se perdió el choque de vuelta de la final de 2009 en el Camp Nou ante el Barça, que sentenció a los dirigidos por Joaquín Caparrós. Es, por tanto, una competición talismán para De Marcos, que vuelve a disponer de la máxima confianza de Marcelino, como ya ocurriera en la pasada edición, aunque entonces ejerciera tanto en la semifinal frente al Real Madrid como en la finalísima frente al Barça en el interior derecho por delante del hoy en día defenestrado Ander Capa. La cita en el polémico destino de Arabia Saudí supondrá un nuevo capítulo del rojiblanco en su idilio con la Supercopa, un gancho que puede contagiar de nuevo al resto del vestuario, confiado en hacer más historia y celebrar el título bajo los sones del grupo Orsai

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Los goles que ha firmado Óscar de Marcos en los cinco encuentros que ha disputado en la Supercopa, los dos ante el Barcelona, el primero en la edición de 2009 y el segundo en la final del año pasado en Sevilla.