El partido comenzará sobre las diez de la noche y en función del minutaje que pudiera añadir el colegiado en cada tiempo podría finalizar iniciado ya el día del miércoles. Es un dato anecdótico, pero que retrata la tiranía que marca LaLiga con los horarios en este tipo de jornadas entre semana y que no hacen más que retraer la presencia de aficionados. Es lo que puede suceder hoy martes en San Mamés, cuando tiene lugar un encuentro lleno de atractivos y que en otras circunstancias, sin pandemia y con una programación más sensata, generaría una mayor asistencia a la que se intuye, ya que ni siquiera se espera que se llegue al tope de 31.786 localidades que ofrece el 60% del aforo del recinto bilbaino. Juega un Athletic invictoen las cinco jornadas recorridas, un Athletic que ha reanimado a su parroquia y lo hace ante un Rayo Vallecano que se presenta al mando de Andoni Iraola, una leyenda del Athleticy que incluso podría ser en el futuro entrenador del conjunto rojiblanco. También vuelve Unai López, uno de los descartes de Marcelino y se entiende que su punto de motivación aumentará como la espuma en caso de que comparezca ante los que han sido sus compañeros hasta hace un puñado de semanas. O sea, ingredientes para asistir a La Catedral se sabe que se dan en abundancia, aunque jugar un martes, ya en otoño, a las diez de la noche invita a otros menesteres.

Sea como fuere, el conjunto de Marcelino afronta un nuevo examen en el que le toca reiterar en su trayectoria positivista en cuanto a resultados y fiabilidad, sobre todo en el matiz defensivo, por algo es el equipo menos goleado en cinco partidos de las ligas europeas más poderosas junto a Manchester City, Liverpool y Chelsea. Pero el compromiso de esta noche también tiene un tufillo a trampa para los leones e, incluso, a algunos les resultará extraño encontrarse en el banquillo rival a Iraola, con el que han compartido vestuario durante largo tiempo, como son los casos de Muniain, De Marcos y Balenziaga, y en menor medida Iñaki Williams. Con todo, el Athletic debe huir de esa añoranza y centrarse en un Rayo que llega a Bilbao vestido de piel de cordero, pero que es capaz de dar un susto a cualquiera. El sábado ya goleó al Getafe y la estadística dice que es el tercer equipo más goleador de esta liga, con una tarjeta que dobla a la de los rojiblancos, una dato que tiene en cuenta el propio Marcelino, que pone a sus hombres en guardia de cara a no despistarse y proponer lo necesario para sumar una victoria que prolongue la bonanza de este arranque de curso.

El hecho de jugar tres encuentros en un intervalo de una semana obliga a un entrenador a manejar rotaciones. Marcelino, que deja fuera de la lista a Ezkieta para recuperar a Agirrezabala, no es ajeno a esta coyuntura y anunció ayer que introducirá varias novedades en el once, que, claro está, no matizó, lo que da pie a las conjeturas. El de Villaviciosa es el que tiene información de primera mano sobre el estado de sus jugadores y las necesidades puntuales de descanso, especialmente tras un duelo tan exigente como el del Metropolitano, por lo que se esperan movimientos en la zaga, quizá de un Lekue muy intenso y al tener varias alternativas en ese lateral derecho; en la medular de un Dani García que recibió alguna que otra caricia por parte de los colchoneros; o de Vencedor, lo que podría dar chance a Zarraga; de un Muniain al que no se le nota fresco, con opciones para Nico Williams como su sustituto; de un Raúl García que requiere de dosificaciones más cuando Sancet seguirá en la enfermería varios días más, lo que daría la primera titularidad del curso de Villalibre, que quiere resarcirse de su grueso error en el Wanda...

Son posibilidades que no se despejarán hasta una hora antes de un choque ante el Rayo de Iraola, quien también podría aplicar cambios en su idea. El de Usurbil conoce bien la marca Athletic y no sería de extrañar que se guardara alguna sorpresa a modo táctico, incluso no habría que descartar la titularidad del colombiano Falcao, que ya le hizo una faena a su entrenador y al Athletic en la final de la Europa League de 2012 en Bucarest como jugador del Atlético.