L Athletic ha superado el primer tercio de la liga anclado en la mitad de la tabla, a las puertas de un enero de película de terror y con la sensación de que tiene mucho margen de mejora. Entre otras cosas porque ha sido incapaz de enlazar buenos resultados ni tan siquiera cuando las sensaciones han sido positivas. La irregularidad está lastrando a un equipo que no ha conseguido dos triunfos seguidos en lo que va de temporada y que, para colmo, ofrece mejores prestaciones, que no resultados, cuando actúa lejos de San Mamés. Algo anecdótico, tal vez, pero esa es la dinámica de las últimas semanas.

Gaizka Garitano no termina de conformar un once inicial de garantías, ya que son contadas las ocasiones en que todos los futbolistas han respondido a gran nivel de manera uniforme, lo que explica los dientes de sierra del equipo de una temporada en la que el entrenador ha vivido en el alambre hasta antes de ayer, como quien dice.

El propio entrenador, en unas declaraciones que levantaron cierto revuelo entre la afición e incluso en parte de la Junta Directiva, se refirió hace pocos días a la incapacidad de su equipo de ganar dos partidos seguidos. Sin ir más lejos, la mejor racha del Athletic en la presente liga es de solo cuatro puntos, hecho este que se ha repetido en dos ocasiones (jornadas 10-11 y 14-15), aunque un resultado positivo en el derbi del próximo jueves ante la Real Sociedad, en el que será el último partido de 2020, permitiría a los bilbainos mejorar dicho registro. Un año en el que, pase lo que pase en el derbi, el conjunto rojiblanco lo cerrará habiendo encadenado dos victorias únicamente en dos ocasiones.

Las declaraciones de Garitano se ajustan, visto lo visto, a la realidad, si bien sorprendió que salieran de su boca, más aún porque está en su mano darle la vuelta a la situación y ponerle remedio a dicho problema, al que de momento, tras quince partidos de liga, no ha sido capaz de meterle mano con eficacia.

La irregularidad que exhibe el equipo en la actualidad no es un hecho novedoso. El curso pasado, en la primera campaña completa del técnico de Derio en el banquillo, el equipo arrancó con fuerza, encadenó seis partidos sin perder para sumar doce puntos de dieciocho posibles, entre la jornada once y la quince logró trece puntos de quince, pero en diciembre, enero y febrero no ganó ni un solo encuentro de liga. Tras el confinamiento, a pesar de un arranque esperanzar, el equipo volvió a hacer gala de su irregularidad para quedarse a las puertas de alcanzar posiciones europeas.

La temporada 2018-19, en la que Garitano cogió el testigo del destituido Eduardo Berizzo en diciembre, el equipo sí se mostró regular de la mano del entrenador de Derio. Sin ir más lejos, el equipo enlazó siete partidos sin perder, en los que sumó quince puntos que le permitieron sacar la cabeza del pozo y acercarse a posiciones europeas. Alcanzarlas este curso, con 23 jornadas aún por delante, pasará por que el Athletic muestre esa regularidad de la que hizo gala coincidiendo con la llegada de Garitano al banquillo del primer equipo.

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Son los puntos que sumado el Athletic en su mejor racha en los quince encuentros que ha disputado hasta el momento. Incapaz de enlazar dos victorias consecutivas, los rojiblancos se han conformado con encadenar un triunfo y un empate, hecho que se ha repetido en dos ocasiones, jornadas 10-11 y 14-15.

Garitano aseguró, en unas declaraciones que levantaron cierta polémica, que el equipo no tiene potencial para ganar dos partidos seguidos