Todo parecía perdido para el Athletic ante un Sevilla que le pasó por encima en la primera mitad y que en el inicio de la segunda pudo dejar sentenciado el partido. Pero por suerte para el conjunto rojiblanco los encuentros duran 90 minutos y el sol terminó por salir en medio de la tormenta.

Respira Gaizka Garitano, cuya continuidad en el banquillo rojiblanco en caso de derrota hubiera sido una especie de milagro, y también los jugadores, señalados al igual que el técnico debido a sus últimas actuaciones.

El Athletic le salvó su amor propio, ese al que se aferra en los momentos más delicados, y el triunfo ante un Sevilla que desapareció del choque en los 20 últimos minutos debe servir para espolear a un equipo incapaz de enlazar dos buenos partidos en lo que va de curso.

Los goles de Iker Muniain y Oihan Sancet, en el caso de este último en el primer balón que tocó, hicieron realidad una remontada que parecía imposible a tenor de lo acontecido en la primera hora de juego. El Sevilla se plantó en San Mamés menos de 72 horas después de jugar ante el Rennes en Champions, pero demostró una frescura en sus piernas que pilló por sorpresa a un Athletic timorato en el arranque y al que le costó un mundo desperezarse. Cuando lo hizo, perdía ya 1-0 merced al tanto de En-Nesyri tras una jugada pésimamente defendida por los bilbainos, a quienes les faltó mucha intensidad.

El delantero marroquí ya había avisado unos pocos minutos antes en una acción en la que la rápida reacción de Yuri evitó males mayores, pues En-Nesyri, ayer omnipresente en ataque, se plantaba solo ante Simón. No desaprovechó la segundo que tuvo a los nueve minutos de juego, cuando culminó una buena acción de su equipo por banda izquierda que acabó en el fondo de la portería rojiblanca tras golpear en Yeray.

El tanto fue todo un jarro de agua fría para un Athletic que quiso reaccionar rápidamente por medio de Zarraga, titular junto a Dani García en la medular, pero el disparo de este se marchó muy desviado. La otra novedad en el once de Garitano fue la entrada de Morcillo en lugar del capitán, un Muniain que rompió el partido con su entrada en la segunda mitad. El remate del joven centrocampista desde la frontal, al que le siguió otro de Berenguer en una acción similar por el costado derecho, fue un espejismo ante un Sevilla que llegaba en tromba al área bilbaina. Aunque sí es verdad que sin excesiva sensación de peligro.

PARONES DE RITMO

Los continuos parones bajaron el ritmo del Sevilla, que pareció conformarse con esa mínima renta, quizá consciente de su superioridad en el terreno de juego ante un Athletic poco consistente en el centro del campo y que inquietó mínimante por banda, pero sin ocasiones claras ante un Bono que pasó desapercibido en la primera mitad. Solo Raúl, con un testarazo que se marchó fuera por muy poco, le alteró un poco el pulso al meta nacido en Canadá.

CAMBIOS TRAS EL DESCANSO

El paso por vestuarios, lejos de venirle bien al Athletic, le volvió a dejar semi aturdido. Qué decir de Garitano, que en su línea habitual y sin que se encuentre una explicación demasiado lógica, consideró que todo marchaba bien y no movió el banquillo. Espero nueve minutos para dar entrada a Villalibre y Unai López por un gris Raúl García y un desaparecido Zarraga.

Está bien que Garitano apueste por los chavales, pero hay que medir muy bien contra qué rivales y saber rodearles de futbolistas que entienda el fútbol de la misma manera. Los cambios, que llegaron tarde, pues la pésima primera parte exigía que estos se hubieran realizado antes, pudieron llegar ya con 0-2 en el marcador, pero Iñigo Martínez evitó el segundo de En-Nesyri sobre la línea y tampoco De Jong en una acción inmediatamente después encontraron el premio del gol.

Ahí se apagó el Sevilla. El cansancio hizo mella en las piernas de los futbolistas hispalenses. A Navas se le encogieron las alas y Ocampos se escondió. El conformismo también hizo acto de presencia en un Julen Lopetegui que retiró al que hasta el momento era su futbolista más peligroso en ataque, En-Nesyri, y dio entrada a Franco Vázquez. Lejos de dominar el choque, sin duda la intención del técnico guipuzcoano, su equipo cedió metros y el Athletic, que creció de la mano de Muniain y Vesga, que salieron desde el banquillo con más de 20 minutos por disputarse, comenzó a creer en la remontada.

De la conexión entre ambos nació el tanto del empate rojiblanco. Vesga peinó al segundo palo a la salida de un córner y Muniain, libre de marca, fusiló a Bono. Festejó con rabia el tanto el capitán, que encontró muchos espacios por banda izquierda y en la media punta para cambiar la cara a su equipo.

Lejos de conformarse con el empate, el Athletic buscó con ahínco el segundo. Con las espaldas cubiertas ante la torre De Jong, sin posibilidad de que el Sevilla le buscara las cosquillas a la contra, el amor propio y un gran centro de Williams a Sancet salvaron al Athletic. En el primer balón que tocó, a solo cuatro minutos para el final, el navarro batió a Bono muy cerquita de donde lo hizo nueve minutos antes Muniain para sellar la remontada y dar aire a Garitano.

GALERÍA DEL ATHLETIC-SEVILLA

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-Ficha técnica:

2 - Athletic: Unai Simón; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García (Vesga, m.67), Zarraga (Unai López, m.54); Berenguer (Muniain, m.67), Raúl García (Villalibre, m.54), Morcillo (Sancet, m.85); y Williams.

1 - Sevilla: Bono; Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Fernando (Munir, m.87), Jordán (Gudelj, m.68), Rakitic (Óliver Torres, m.68); Ocampos, En-Nesyri (Vázquez, m.63) y De Jong (Carlos Fernández, m.87).

Goles: 0-1, m.9: En-Nesyri. 1-1, m.76: Muniain. 2-1, m.86: Sancet.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Comité Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a los locales Raúl García (m.26), Iñigo Martínez (m.53), Williams (m.61), Unai López (m.89) y Yuri (m.92), y a los visitantes Fernando (m.26), Koundé (m.62), Acuña (m.69), Navas (m.88) y Diego Carlos (m.90).

Incidencias: partido de la octava jornada de LaLiga disputado en San Mamés a puerta cerrada.