Ver para creer. La pesadilla fue terrible para un Athletic que firmó un ridículo con tintes históricos, porque así hay que entender una derrota en el mismo San Mamés frente a un recién ascendido que jugó con diez desde el minuto 48 y que lo hizo, para más inri, con nueve desde el 70, lo que genera altas dosis de enojo en el entorno rojiblanco, que se las prometía muy felices con la expulsión de Akapo, primero, y la de Negredo, después. Pero sucedió todo lo contrario, emergió el Athletic más pequeño que se recuerda en los últimos tiempos, incapaz de tomar soluciones ofensivas, ni desde el banquillo ni en el césped, para desnudar sus carencias que hicieron dichoso a un Cádiz que celebró una victoria épica casi como si hubiera logrado el ascenso a Primera División, a la que retorna 16 años después. El subidón de Ipurua se tornó en un auténtica bofetada en su vuelta a La Catedral, donde el conjunto rojiblanco sufrió su cuarta derrota consecutiva tras las tres que encadenó en la liga pasada, lo que asoma como un dato también histórico, porque se trata de la primera vez en su biografía de la liga que padece esta tacada y con el agravante de anotar solo un tanto.

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La imágenes del Athletic - Cádiz

El plan de Gaizka Garitano hizo aguas, con un fútbol plano y que ratificó que este Athletic puede ser muy mediocre cuando le toca asumir el dominio territorial ante rivales a priori más débiles en potencial, un asunto que no es nada nuevo. El derioztarra se fió de inicio al once que compareció en el derbi frente al Eibar, pero su equipo fue una caricatura ante un Cádiz que planteó el partido consciente de las debilidades de los leones, que cayeron en una desesperante precipitación e improvisación cuando competían en superioridad numérica. El técnico, al igual que hizo en el debut en Granada, señaló a algunos de sus pesos pesados cuando el partido se puso feo y cuesta arriba. En Los Cármenes sustituyó, en este orden, a Capa, Vesga, Williams, Raúl García y Dani García; y ayer retiró a Morcillo, Muniain, Williams, Dani García y Capa; con lo que dejaba el marrón a un buen puñado de canteranos, que lo intentaron pero que no pudieron consumar la buscada remontada, que hubiera servido para que el entrenador se colgara la medalla.Porque el Athletic cerró el partido con Asier Villalibre, Iñigo Vicente y Ohian Sancet en el césped, como los referentes para aportar frescura y soluciones al caótico plan ofensivo diseñado por Garitano, que incluso reclutó casi a última hora al defenestrado Kodro, el que es a día de hoy el último fichaje de la Junta Directiva y de ello han pasado 19 meses. Ni así. El derioztarra quiso remover y la mezcla se le atragantó, pese a utilizar tres nueves diferentes, marear de posiciones a Raúl García y Muniain, que jugaron en tres demarcaciones diferentes, para no dar fluidez al juego, ya que, en esta ocasión la sociedad Dani García-Unai López no funcionó. Para más inri, Unai López anotó su tercer gol del curso, pero en este caso fue un pichichi alterado.

vicente, el sexto en debutar

Dentro de esa revolución postrera, sobresalió el nombre de Iñigo Vicente, un futbolista de perfil diferente y que vivió el deseado debut como león, aunque no llegó en el mejor día colectivo, como le ocurrió a Jon Morcillo en Granada. Se trata del sexto canterano que debuta en el primer equipo de la mano de Garitano, después de que el curso pasado lo hicieran Sancet, Ezkieta, Vencedor y un Gaizka Larrazabal que desde hoy ejercerá en las filas del Zaragoza, con el que se compromete por tres temporadas. Vicente, al que descartó la campaña anterior el entrenador, sacó detalles de su calidad, como en la primer acción que protagonizó con caño incluido, cambio de ritmo y desborde a tres rivales, aunque faltó la guinda en la decisión posterior de sus compañeros. Vicente ya se ha estrenado. Le toca tener continuidad a corto plazo.