L fútbol, en ocasiones, proyecta historias maravillosas. La constancia, la fe y la capacidad de superación se entremezclan en la que protagoniza con el orgullo de un veterano y la ilusión de un juvenil el guardameta Alberto Cifuentes (Albacete, 29-V-1979), quien ha roto todas las marcas en lo referente a estrenos tardíos en Primera División. El portero y capitán del Cádiz, que visitará mañana San Mamés por primera vez para poner a prueba la puntería de los leones, hizo historia diez días atrás al convertirse en el futbolista más longevo en debutar en la máxima categoría del fútbol estatal al lograrlo con 41 años y 114 días tras 22 años de carrera y 578 encuentros bajo los palos. Casi nada. Lo hizo menos de tres meses después de que el mexicano Luka Romero pasase a la historia como el más joven en debutar en Primera con 15 años y 219 días de la mano del Mallorca, y lo consiguió de la mejor manera posible, con victoria y portería a cero en la visita al Huesca en la segunda jornada liguera de un campeonato en el que el conjunto gaditano volvió a saborear el triunfo catorce años después.

Buena parte de culpa la tuvo un atinado y solvente Cifuentes, convertido también en el tercer jugador más veterano en disputar un partido de liga por detrás del exguardameta Ricardo López (41 años y 141 días) y el exrealista Harry Lowe, quien puso el listón demasiado alto al completar por necesidad la alineación del equipo al que entrenaba en la década de los años treinta con la friolera de 48 años y 226 días. El caso del inglés, que se antoja irrepetible en el fútbol actual, pone de manifiesto la histórica comparación que ha obligado a realizar tras su soñado debut el cancerbero del Cádiz, quien llegó al club andaluz en 2015 para militar en Segunda División B. Tras estrenarse en la división de plata en 1998 con el Albacete y pertenecer después al Quintanar del Rey, Dos Hermanas, Mallorca, Ciudad de Murcia, Rayo Vallecano, Unión Deportiva Salamanca, Murcia, Lorca y Piast Gliwice de la Primera División polaca, su única aventura en el extranjero, Cifuentes encontró en el Ramón de Carranza la vía para hacer realidad un sueño que comenzó a dibujar con el ascenso del cuadro gaditano a Segunda División.

Primero bajo las órdenes de Claudio Barragán y después de Álvaro Cervera, actual técnico del recién ascendido Cádiz, Cifuentes se convirtió en indiscutible para un equipo con el que firmó su renovación por dos cursos en 2019 sin saber que competiría contra los mejores con 41 años. Su estreno en Primera, tras 199 partidos de liga y dos ascensos con el conjunto amarillo, también se hizo esperar, pues arrancó la presente temporada en el banquillo, ocupando su puesto en la derrota por 0-2 ante Osasuna el guardameta David Gil, su suplente en las cuatro pasadas temporadas.

HUMILDAD

Una semana después, sin embargo, Cifuentes encontró su ansiado premio contra el Huesca y se agarró con fuerza a él completando una notable actuación a título individual. "No haber debutado en Primera hasta ahora me dice que con 23 o 28 años me equivoqué. Si lo he hecho ahora será porque soy más honesto y he trabajado más. Si no lo conseguí antes es porque no estuve cerca, pero ahora tengo la piel de gallina y estoy muy feliz de haberlo hecho con el Cádiz", reconoció con plena satisfacción y humildad el arquero tras el mágico estreno ante el Huesca, precedido de su primera derrota en la élite ante el Sevilla (1-3) antes de rendir visita mañana al Athletic.

Harry Lowe y Ricardo López son los únicos futbolistas que han disputado un partido en Primera con más edad que Cifuentes