UN terremoto, sin previo aviso, sacudió El Sadar el pasado 24 de enero. Aquel día Osasuna ganó 2-0 al Levante con goles de Rubén García e Iñigo Pérez, pero los aficionados rojillos abandonaron el campo sobrecogidos, presos de una desagradable sensación de angustia, por lo sucedido en el minuto 55 con 0-0 en el marcador. Fue el momento en el que su jugador franquicia, el infatigable delantero argentino Chimy Ávila, gritó de dolor. Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y adiós a la temporada. La peor noticia posible para un equipo que se había acostumbrado a vivir al abrigo de su comandante y a explotar al máximo las virtudes de un futbolista que sumaba nueve goles en veinte partidos. Osasuna, con el mercado invernal a pocos días de echar el cierre, perdía así su mejor baza, motivo suficiente para reinventarse y apostar por una vuelta a los orígenes.

Sin el Chimy, pero con las incorporaciones sobre la bocina del escurridizo extremo José Arnaiz y del corpulento ariete Enric Gallego, los planes de Jagoba Arrasate pasan ahora por minimizar los efectos de la delicada chimydependencia y armar un nuevo dibujo con las bandas con renovado protagonismo en busca de Gallego. El punta barcelonés, un trotamundos del fútbol que debutó en Primera División en enero de 2019 con 33 años, ha aterrizado en Iruñea cedido por el Getafe, pero con una opción de compra obligatoria de 2 millones de euros en caso de que el conjunto rojillo mantenga la categoría. En sus dos primeras comparecencias ligueras, en las que Osasuna, sin la añorada presencia del Chimy mordió el polvo a domicilio contra el Villarreal (3-1) y como local ante el Real Madrid (1-4) tras caer también en la visita copera a la Real Sociedad (3-1), el catalán ha salido desde el banquillo a la espera de alcanzar una primera titularidad que podría llegarle este domingo en San Mamés.

En el derbi, con el Athletic como ilustre rival, es donde el cuadro navarro confía en dar un paso al frente y sumar sus primeros puntos en el campeonato desde la grave lesión del delantero argentino, sin cuya presencia suma Osasuna tres derrotas en otros tantos partidos, con un saldo de tres goles a favor y diez en contra. “Hay que olvidarse del Chimy, porque no va a estar más esta temporada y con las incorporaciones que hemos hecho podemos volver al juego de antes, pero más allá de cada partido, donde puede haber matices, no vamos a cambiar nuestra forma de jugar”, advirtió el técnico rojillo, consciente de la necesidad de seguir sumando puntos y no caer en unas dudas que podrían comprometer la continuidad del equipo en Primera División.

diez puntos de colchón El buen hacer de Osasuna en la primera mitad del curso, no obstante, permite a los de Arrasate encarar cada cita con cierta calma, habida cuenta de los diez puntos de ventaja que presentan los navarros respecto a los puestos de descenso. Con 28 puntos en el zurrón, por los 18 que coleccionan Mallorca, Leganés y Espanyol, los tres equipos que cierran la clasificación, los rojillos disponen de un agradable margen de maniobra que podría verse aumentado o reducido en función de lo que depare el choque del domingo en San Mamés.

En el encuentro correspondiente a la primera vuelta, el pasado 24 de noviembre, el Athletic consiguió sumar los tres puntos en El Sadar, donde los leones acabaron con una brillante racha de resultados de Osasuna en casa al imponerse por 1-2. Los goles de Iñaki Williams y Kenan Kodro dejaron sin efecto el tanto marcado por el Chimy, quien batió a Unai Simón en otra exhibición de entrega, pundonor y capacidad goleadora del argentino, destinado a ver a través de la televisión la evolución de unos compañeros que, sin él en el campo, están obligados a dar un paso al frente para no ver comprometida su situación en la clasificación. Confía en ello Arrasate, que recuperará ante los rojiblancos a Oier Sanjurjo y Aridane Hernández, recién renovado por un equipo que tratará de sortear frente a los leones una tercera derrota consecutiva en liga.