bilbao - Dicen que en Sevilla ya se están frotando las manos. Lo dicen los que se dedican a la hostelería y el comercio en la ciudad hispalense. Lo dicen porque su deseo radica en que el Athletic y la Real Sociedad lleguen a la final de Copa del próximo 18 de abril en el estadio de La Cartuja. Lo dicen porque saben que si se produce esta inédita final, gozarán de su particular superagosto. Los pronósticos apuntan a este desenlace, pero la teoría suele ser traicionara en estos casos. Los dos clubes tienen que hacer primero sus deberes en sus respectivas semifinales. Y, especialmente, el Athletic, que tiene que dar un rodeo por Granada para llegar al ansiado destino y disputar su cuarta finalísima en el siglo XXI de su torneo por excelencia. La euforia está servida en el entorno athleticzale, si bien la cabeza apunta a la reflexión, a leer la letra pequeña de una eliminatoria que ofrece su punto de engaño.

La suerte quiso que los dos equipos vascos, que el domingo se verán las caras en Anoeta en un derbi que se intuye intensísimo, presentes en el bombo no se cruzaran en la antesala de la final. La Real se llevó el rival deseado, pero el Athletic no se queja. El primer capítulo de la semifinal está a la vuelta de la esquina, el próximo miércoles, y se desarrollará en San Mamés, cuyo efecto fue trascendental para que el colectivo de Gaizka Garitano apeara en los cuartos de final al mismísimo Barça. Ander Capa, uno de los jugadores más en forma de los leones, tiró de una sinceridad en la primera reacción dentro del vestuario bilbaino: "El Granada es un hueso duro, que se ve que está haciendo las cosas bien tanto en liga como en Copa. Pero esperamos dejar los deberes medio hechos en casa y luego ir con todo al partido de vuelta (el 5 de marzo en Los Cármenes)". Se puede decir más alto, pero no más claro.

El Athletic quiere rentabilizar el empuje que aporta su masa social, en pleno subidón después del exitazo firmado ante el Barça. Y muchos se apoyan en el referente más cercano ante el Granada, verdugo del Valencia en los cuartos. Se remonta al pasado 1 de diciembre, dentro de la décimo quinta jornada de liga. El conjunto de Garitano se impuso por 2-0 en un partido marcado por el penalti infantil que cometió el nazarí Domingo Duarte sobre Raúl García, que tuvo que ejecutarlo en segunda instancia después de que el colegiado lo mandara repetir una vez que el meta Rui Silva se adelantó en su estirada. Paradójicamente aquella es a día de hoy la última victoria que ha firmado el Athletic en liga, competición en la que, sin embargo, encadena siete jornadas consecutivas sin conocer el triunfo.

especie de 'flashback' El reencuentro entre Athletic y Granada obliga a viajar 51 años atrás. Entonces, en 1969, se vieron ambos las caras por primera vez en una semifinal, saldada con éxito para los dirigidos en aquellos tiempos por Rafa Iriondo, que en el duelo de ida sacaron un empate (1-1) en Los Cármenes con gol de Javi Clemente, para sentenciar en la vuelta en el viejo San Mamés por 2-0, con tantos de Argoitia y Fidel Uriarte. Una semana después, el Athletic conquistó el título de Copa tras vencer en la final al Elche. Es una buena estela a seguir, sin duda alguna. Diego Martínez, actual técnico del Granada, pone el acento en el matiz histórico: "Nosotros lo que queríamos era estar en semifinales, eso es lo importante, a partir de ahí el rival que nos tocase seguro que iba a ser muy difícil, y en este caso el Athletic lo es. Es un grande que tiene tradición copera y es uno de los equipos más difíciles de batir".

El Athletic, con todo, no se puede fiar. La presión, además, recae en sus espaldas por encima de la que puede tener el Granada y la memoria ejerce de guía. La anterior semifinal de Copa que consumó el conjunto rojiblanco data de 2015 a estas misma alturas del calendario. El Espanyol tocó en suerte y los periquitos sacaron un buen resultado en el choque de ida en San Mamés (1-1), aunque los dirigidos por Ernesto Valverde presumieron de autoridad en el encuentro de vuelta en Cornellà-El Prat, donde sellaron un enorme triunfo por 0-2 que les llevó a la final perdida a posterior en el Camp Nou frente al Barça. La gabarra, por si acaso, se va poniendo guapa.