Bilbao - La noche de ayer tuvo de todo para Iñaki Williams, autor de dos goles y de un penalti en un choque en el que resultó decisivo y en el que, por encima de todo, agradeció en clave personal el cariño que recibió por parte de compañeros y aficionados tras el desagradable trago del pasado sábado en el RCDE Stadium de Cornellà, donde varios seguidores del Espanyol se dirigieron hacia él con gritos racistas al ser sustituido por Raúl García en el minuto 69. Tres días después y a la espera de lo que dictamine durante la jornada de hoy el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol, órgano ante el que la Liga de Fútbol Profesional denunció lo ocurrido en el feudo del Espanyol solicitando el cierre parcial de la grada afectada, el delantero rojiblanco vio cómo el Heliodoro Rodríguez López le arropaba desde el primer instante. La salida de los futbolistas al terreno de juego fue el primer momento que aprovecharon los aficionados de uno y otro equipo para abrigar al punta bilbaino.

Tal como había anunciado de antemano la federación de peñas del Tenerife, una pancarta con los mensajes de No al racismo y No a la violencia se extendió cuando los futbolistas hicieron su aparición sobre el césped. Los once titulares del Athletic lo hicieron con la camiseta de Williams, la cual exhibieron con orgullo en la foto oficial antes de que el balón echara a rodar en un caótico inicio de encuentro con expulsión de Iago Herrerín, penalti por manos del propio Williams y gol del ariete rojiblanco, a cuya diana dio respuesta Joselu en el minuto 21 para colocar el 2-1 sin apenas tiempo para parpadear.

Para entonces, más allá del frenético desarrollo del juego, el partido había dejado otro momento emotivo y reivindicativo. Ocurrió cuando el encuentro alcanzó el minuto 9, dorsal de Williams. Volvió a asomar entonces la pancarta que tomó vuelo en los prolegómenos del partido, se escucharon gritos en contra del racismo y aplausos hacia el delantero del Athletic, cuya imagen se mostró también en el videomarcador del estadio bajo los lemas No al racismo y Todos somos Iñaki Williams.

Agradecido por el detalle de la hinchada chicharrera, el bilbaino respondió con aplausos a las distintas muestras de cariño. La última, una calurosa ovación al ser sustituido en el minuto 96 por Asier Villalibre.

"necesitamos buenas personas" Tras el partido, Williams tomó la palabra en zona mixta, donde reconoció que "estoy feliz, muy contento". "He acabo el partido reventado, pero ha merecido la pena y quiero acordarme de todo el cariño que he recibido estos días. La afición del Tenerife se ha portado de diez y es lo que necesitamos, buenas personas, porque así acabaremos con el racismo. No me afecta que cuatro tontos se metan con alguien por el color de la piel, pero sí que no se pusiera remedio, porque tiene que haber sanciones más duras que les haga pensarse dos veces volver a gritar o insultar a cualquier jugador", subrayó el rojiblanco, que pidió disculpas por su reacción en Cornellà y añadió que los aficionados del Tenerife "se sienten indentificados conmigo y que todo el campo me ovacionase ha sido muy emotivo".

"Aquí tienen un seguidor más", remarcó Williams, feliz por sus dos goles y convencido de que este año "podemos llegar lejos en Copa".