bilbao - Algo más que el orgullo de un pueblo. Eso es el Sestao River, que recibirá el sábado la visita del Athletic en una eliminatoria de Copa que convertirá Las Llanas en una auténtica olla a presión. Fundado en 1996 a partir de la desaparición del histórico Sestao Sport, el club verdinegro buscará la proeza de seguir adelante en el torneo del K.O. a costa del conjunto rojiblanco, que tendrá enfrente un equipo que pondrá todo su corazón sobre el césped al calor de una entregada y fiel afición con ganas de rememorar épocas pasadas. Sabedores del significado de defender el escudo del Sestao y de la trascendencia de la inminente cita copera frente al Athletic se muestran José Manuel Esnal, Mané (Balmaseda, 1950), Javier Irureta (Irun, 1948), Carlos Pouso (Leioa, 1960) y Koikili Lertxundi (Otxandio, 1980).

Mané, que dirigió al antiguo Sestao Sport entre 1982 y 1984 firmando un cuarto puesto en Segunda B en su primer curso y una sexta posición en su segundo y último año al frente del cuadro verdinegro, destaca que se trata de un "histórico del fútbol vizcaino" en el que vivió una experiencia "muy positiva, porque cada temporada era un máster para mí". "Recuerdo, como anécdota, que en la temporada 1983-84 marcaron todos los jugadores que tuve en la plantilla, salvo Julián Ruiz, que se marchó en la segunda vuelta", añade Mané, a quien sucedió en el banquillo de Las Llanas Irureta, que permaneció entre 1984 y 1988 como entrenador verdinegro. En su primera temporada, lejos de necesitar un periodo de adaptación, logró el ascenso directo a Segunda como campeón de la categoría, mientras que en 1987 se quedó a solo dos goles de alcanzar la Primera División. "Aquel año subió el Celta con grandes jugadores en su plantilla, pero nosotros estuvimos muy bien y nos quedamos muy cerca del ascenso", advierte el de Irun, quien recuerda asimismo que "tuvimos la mala suerte de no poder contar en el partido decisivo contra el Celta con algunos futbolistas, pero la afición quedó satisfecha con lo que hicimos".

"Tengo los mejores recuerdos posibles de aquella época en el Sestao, porque para mí fue como estar en casa y me dejó muy marcado el hecho de cómo se viajaba en autobús hasta A Coruña, Figueras o Huelva, entre muchos otros sitios. Algunos jugadores, además, compaginaban el fútbol con su profesión y fueron años muy bonitos en los que la gente disfrutó con el equipo. A mí me sirvieron también como trampolín en mi trayectoria en los banquillos", admite el propio Irureta, quien subraya que el Sestao era entonces "uno de los gallos y el presidente ayudó mucho, porque trabajó a destajo e hizo una gran gestión".

desaparición... y river "Cuando se produjo la desaparición del club en 1996 me dio mucha pena, pero poco a poco el Sestao está volviendo y a ver si este año pueden hacer una buena temporada, porque sería importante subir de nuevo a Segunda División B", asegura el exentrenador irundarra, cuyo parecer comparte Carlos Pouso, otro histórico técnico verdinegro. El de Leioa, a los mandos del Pontevedra en la actualidad, dejó una profunda huella durante sus cinco años como timonel del Sestao River (2003-08), con dos ascensos incluidos a Segunda B. "Para mí también fueron temporadas inolvidables y soy de los pocos partícipes de ambos clubes, porque jugué en el Sestao extinto y entrené al nuevo", señala orgulloso Pouso, quien se mantiene como socio verdinegro convencido de que el conjunto vizcaino "es mínimo de Segunda B y a ver si consigue el ascenso este año, en el que están en el buen camino".

Uno de los futbolistas a los que tuvo a sus órdenes Pouso en el Sestao fue Koikili, a quien dirigió entre 2005 y 2007 antes de que pusiera rumbo al Athletic. El de Otxandio, trece años después, no duda en dar las "gracias" al técnico de Leioa por darle cabida en su proyecto. "Fueron dos temporadas muy buenas para mí. Pude ir a jugar a Segunda B o quedarme en Tercera con el Gernika, pero elegí al River y no me equivoqué, porque ascendimos a Segunda B y en mi segundo año allí fuimos la sorpresa de la categoría de plata", afirma con satisfacción Koikili, un enamorado del ambiente de Las Llanas y del amor de todo un pueblo para con su equipo, el cual recibirá el sábado al Athletic en una eliminatoria copera "muy bonita" y "emocionante", como aciertan a describir cuatro ilustres del Sestao.