KOLDO Aguirre, cuyo fallecimiento a los 80 años de edad lloraron en la noche del miércoles el fútbol en general y el Athletic en particular, fue despedido en la tarde de ayer en un sentido funeral que tuvo lugar en la iglesia de San Pedro de Deusto. Hasta allí se desplazaron, entre muchos otros, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, los expresidentes Fernando García Macua, Fernando Lamikiz, Ana Urquijo y José Julián Lertxundi y reconocidos exleones como José Ángel Iribar, Jose Mari Argoitia, Manu Sarabia y Dani Ruiz Bazán. El ahora vicepresidente Mikel Martínez y la directiva Itziar Villamandos, en ausencia del presidente Aitor Elizegi, que se encontraba de viaje, representaron a la actual Junta Directiva rojiblanca, además de otros miembros del club como Manolo Delgado Meco o Iraia Iturregi. Representantes de la Real Sociedad como el mítico Alberto Gorriz o Josep Maria Fusté, legendario jugador del Barcelona, que entró a la iglesia junto a Iribar, también estuvieron en el adiós a un auténtico mito del Athletic como lo fue, es y será Koldo Aguirre, quien destacó en todos los roles que llegó a asumir.

Brilló primero como león disputando un total de 296 partidos y ganando, con solo 19 años y como titular, la inolvidable final de los once aldeanos contra el Real Madrid en 1958 y, después, hizo lo propio como entrenador al alcanzar en 1977 las finales de Copa y UEFA, en las que la suerte le dio la espalda.

El legado de Koldo Aguirre, no obstante, va aún más allá, pues también dejó su inconfundible sello personal como embajador del club durante años, con su inseparable amigo Argoitia como fiel compañero en innumerables viajes por todo el estado. Numerosas peñas y aficionados del Athletic pudieron disfrutar en los últimos años de la cercanía de un hombre al que solo su delicado estado de salud apartó finalmente de su relación diaria con el club de su vida, si bien colgó las botas en el Sabadell y entrenó a otros seis equipos. El Athletic, no obstante, siempre figuró en lo más profundo del corazón de un eterno mito rojiblanco al que se despidió ayer con dolor y emoción.