GETAFE: Soria; Damián Suárez, Bruno, Djené, Antunes; Foulquier (Min. 40, Portillo), Arambarri, Maksimovic, Olivera (Min. 57, Ángel); Jorge Molina (Min. 93, Ignasi Miquel) y Jaime Mata.

ATHLETIC: Herrerín; De Marcos, Yeray Álvarez, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche; San José, Dani García; Ibai Gómez (Min. 16, Susaeta), Raúl García, Córdoba (Min. 79, Aduriz); y Williams (Min. 70, Kodro).

Gol: 1-0: Min. 78; Ángel.

Árbitro: González González (Comité de Castilla y León). Mostró cartulina amarilla a San José (Min. 11) por parte del Athletic y a Damián Suárez (Min. 32) y Ángel (Min. 60) por parte del Getafe.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo primera jornada de LaLiga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante 11.617 espectadores. Los jugadores del Athletic lucieron brazalete negro con motivo del fallecimiento del exjugador rojiblanco Ángel Sertutxa.

El Getafe apuntaló su candidatura a Europa a costa de un Athletic que ve cortada en seco su mejor racha de resultados en una cita que discurrió por el cauce previsible. Midieron sus fuerzas dos representantes de un tipo de fútbol que ha ido ganando adeptos en la liga española y que se caracteriza por priorizar el trabajo defensivo, el esfuerzo físico y la agresividad en las disputas sobre la creatividad, un estilo donde el espectáculo se concentra en el resultado, no en lo que sucede sobre la hierba. Athletic y Getafe se anularon mutuamente y opositaron al cero a cero durante muchos minutos, pero al final desequilibró quien demostró estar en posesión de un segundo registro del que suele valerse para desatascar partidos sin gracia. José Bordalás maniobró con acierto y la réplica brilló por su ausencia. Ángel cazó una y la metió en la cazuela. Fin de la película.

Sabía el Athletic por dónde irían los tiros en el Coliseum y aceptó gustoso el desafío. De entrada supo controlar a su rival, al que le aplicó el mismo tratamiento con que acostumbra a gestionar sus actuaciones. Durante el primer tiempo evitó que el balón llegase al área de Herrerín y hasta anotó la única oportunidad de gol, a cargo de Córdoba, quien en ventaja remató al muñeco. El plan se le torció a raíz de que el Getafe pusiera en liza su arsenal ofensivo al completo. Hubo una primera advertencia seria, siguió una segunda y la tercera acción profunda de los madrileños subió al marcador. El Athletic no halló antídoto alguno para impedir el paulatino crecimiento de un equipo que se ha convertido en un especialista en aprovechar al máximo el resquicio más insignificante para imponer su ley, como lo demuestra el hecho de que acumula un montón de semanas instalado en posición de Champions.

Con Garitano también el Athletic ha abrazado el pragmatismo como manual para competir y es innegable que le funciona, pero no deja de ser una fórmula que le expone a desenlaces muy ajustados, basta con repasar su trayectoria. Y no siempre el índice de acierto o la fortuna, o ambos factores a la vez, le pueden favorecer. En el caso de ayer se daba además la circunstancia de que el oponente se maneja a las mil maravillas sin necesidad de llevar la iniciativa, no le hace ascos a chocar, correr y saltar, no se frustra si no liga tres pases seguidos, es muy consciente de su potencial y de lo que le conviene desarrollar. Vamos, que se parece demasiado al Athletic como para no amoldarse a lo que el Athletic propone, una realidad que en pura teoría tendía a disminuir las opciones de éxito de los rojiblancos.

No hay peor cuña que la de la misma madera. Cómo será la cosa que Bordalás no tuvo inconveniente en sacar el once que emplea como visitante. Asumía sin complejos que la clave radicaría en el desgaste, calculaba que si el empate inicial permanecía inalterable, aún tendría margen para buscar el gol. Incómodo ante la entereza del rival, el técnico de origen alicantino metió a Portillo antes del intermedio, y en vista de que el Athletic no cedía, recurrió a Ángel y afrontó la recta final con sus piezas más creativas. Buscó el triunfo y acertó.

Mata acarició el premio cerca de la hora, su maniobra fue perfecta, pero el disparo no quiso entrar con Herrerín superado. Se diría que el Athletic dudó en esa fase, siguió sin asomar arriba y la pelota dejó de volar. Portillo, Arambarri, Mata y Ángel quisieron combinar, asociarse, el partido adquiría un cariz preocupante. Previamente se había asistido a una batalla cuerpo a cuerpo en la zona ancha, huérfana de ingenio y precisión, la primera parte se cerró con 22 faltas bien repartidas, el primer córner se sacó con la hora cumplida. Pero ya no era suficiente con meter la pierna y despejar debido a que el Getafe ampliaba repertorio. En el del Athletic lo excepcional se limitaba a las andanzas de Córdoba, que acusó el tute.

Así todo, tras unos minutos inquietantes, pareció reestablecerse ese equilibrio donde los rojiblancos se sienten a gusto dado que no sucede nada relevante: ni proponen ni dejan que el otro lo haga. Pero entonces salió a relucir el perfil incisivo adoptado por el Getafe, que cuando aparentaba resignarse ante la solidez del enemigo asestó la cuchillada mortal. Después de varios pelotazos, Portillo se anticipó a Dani García y sirvió a la espalda de la zaga. Ángel arrancó como un poseso, se fue de Yeray y la cruzó con habilidad sobre la salida de Herrerín.

Quedaba un cuarto de hora largo y reapareció Aduriz. A su lado tenía a Kodro, que había relevado a Williams. Dio igual, la aportación de ambos fue nula y es que nula fue la respuesta del equipo. Es lo que tiene olvidarse de generar fútbol, que cuando más necesario resulta tampoco fluye. El Getafe no experimentó agobio alguno, tiró de oficio para matar la contienda y Mata, con un cabezazo a la madera, protagonizó la solitaria acción de peligro que coronaba un partido donde el balance rematador se limitó a tres intentos por parte local y uno de los visitantes, el apuntado de Córdoba.

Así se le escurrió al Athletic la posibilidad de derribar la puerta y mostrar sus credenciales para acudir a Europa. Hay jornadas para insistir, ayer quizá no era el mejor día, delante tuvo a un conjunto más ducho y versátil, un Getafe que no se achica ante los que pretenden restarle puntos con un ideario similar al que ha encumbrado a Bordalás.